Cuando nació Ciclosfera hace once años, eran pocos los que le daban demasiada viabilidad. El salto al mundo digital obligaba a cerrar periódicos y revistas impresas, una crisis económica aniquilaba medios de comunicación y el ciclismo urbano era casi una utopía en España, donde moverse en bicicleta era, en el mejor de los casos, para soñadores, y en el peor un reducto de inadaptados, antisistema o, directamente, dementes.
Pasada más de una década, con una pandemia en medio y en plena crisis climática, no han cambiado tantas cosas. El periodismo sigue en crisis. Periódicos y revistas siguen viendo cómo otras formas de comunicación les arrebatan su público, especialmente entre los más jóvenes. Y, respecto al ciclismo urbano… Que cada uno mire a su alrededor y opine por sí mismo, porque es cierto que en muchas ciudades ha habido mejoras, mientras que en demasiados lugares todo sigue igual (o peor).
En todo este proceso, Ciclosfera vive un momento espléndido. La revista que tienes entre manos tiene mucho mejor papel que cuando nació, un diseño mucho más elaborado y más páginas que nunca, esta vez 124, pero sigue costándole al público lo mismo que entonces, cero euros, pese al notable incremento de costes.
Pero no es sólo eso: somos el medio de ciclismo urbano en castellano con más seguidores y tráfico web en el mundo. Y tenemos un escenario físico donde seguir remando para difundir el ciclismo: Ciclosferia, la feria de ciclismo urbano (y, desde ahora, también cicloturismo) que organizamos en Valencia por segundo año consecutivo y de la que tendrás mucha información en este número. Un lugar donde reunir a marcas y público. Donde dar a conocer servicios en torno a la bicicleta y a nuevos actores de un sector cada vez más ambicioso. En el que, en resumen, ponernos cara, hablar y disfrutar. Entre ciclistas y gente que, aunque todavía no lo sabe, también va a moverse en bici. Porque, por encima de todo, nos mueve la pasión y el optimismo, y estamos convencidos de que, dentro de no tanto tiempo, los inadaptados, antisistema y dementes serán los que sigan despreciando a la bici.