Hovenring. Así se llama la rotonda cilcista -y flotante- de Eindhoven que se ha convertido ya en un icono de la ciudad. Su peculiaridad radica en que se eleva sobre el suelo gracias a los 24 cables que sujetan la estructura circular, que cuenta con 72 metros de diámetro. Ha sido diseñada por IPV Delft y está situada en la entrada principal de la ciudad, junto a Veldhoven y la autopista Norte-Sur más importante de los Países Bajos, por donde cada día pasan casi 25.000 vehículos.
Seguridad y compromiso urbano
Si bien antes esta rotonda contaba con carriles bici y semáforos para controlar el tráfico, los ciudadanos de Eindhoven no la consideraban lo suficientemente segura -la zona está llena de nuevas viviendas con una gran cantidad de niños que, en su mayoría, se desplazan en bicicleta para ir a la escuela- y decidieron apostar por esta simple y espectacular estructura flotante que se eleva sobre el tráfico. Además, se ilumina por la noche desde abajo -por lo que parece, efectivamente, flotante-, ofreciendo así una vista excepcional a todos los visitantes que entran en la ciudad. Un paso más en infraestructura y compromiso ciclista al que los Países Bajos nos tienen acostumbrados.