Antes que de bicis, hablemos un poco de balonmano. ¿Qué es lo que más te apasiona de este deporte?Llevo jugándolo desde muy pequeño, desde los cinco años. Empecé más que nada porque jugaban mis amigos del colegio. Desde el principio siempre estuve en la portería y me decían que se me daba bien. Y aquí sigo. Es un privilegio poder dedicarte a lo que te gusta, viajar al extranjero… Pero el balonmano no es sólo mi trabajo: también mi pasión. Soy capaz de verme todos los partidos por la tele. Me apasiona lo que hago y me considero un afortunado.
¿Alguna vez has pensado a qué otra cosa te dedicarías si no fueras profesional del balonmano?
El lado artístico tengo claro que lo tengo muy poco desarrollado, pero me gusta mucho la fotografía, la edición de vídeo, cocinar… Además soy graduado en ADE.
El deporte de élite tiene una vida corta…
Sí, aunque es cierto que los porteros podemos llegar a jugar hasta pasados los 40, si todo va bien. Pero el jugador de balonmano medio entiende que esto te permite vivir sólo mientras estés en activo. No tenemos contratos de futbolistas, que una vez se retiran lo tienen todo controlado si han sabido invertir bien. En nuestro caso, como sabes que eso no va a llegar, generalmente seguimos formándonos. Es muy habitual estudiar mientras se juega. Acabé la carrera el pasado verano con el objetivo de tener el máximo número de opciones posible cuando llegue el día de retirarme.
¿Hasta qué punto te influyó la figura de David Barrufet, ídolo de la portería del balonmano español?
Tengo una relación muy especial con él, además de ser mi jefe. Yo le había visto en la tele desde que tuve uso de razón. Él y Hombrados son dos referentes a todos los niveles. Trabajar con gente a la que admiras es un privilegio.
En la portería, más que los reflejos, lo importante es el trabajo mental”
¿Qué cualidades debe tener un buen portero de balonmano?
Creo que van más allá de los reflejos y la rapidez. Con los años te das cuenta de que lo importante, antes que los reflejos, es el trabajo mental: la confianza en ti mismo, la fortaleza psicológicos. Porque el de portero es un puesto en el que no te puedes esconder: acabas recibiendo 40 o 50 lanzamientos por partido, y si no tienes un buen día puede ser un calvario. Así que trabajar la psicología es fundamental. Ser analítico y mantener la cabeza fría es más importante que el tema físico. Un portero con la cabeza bien amueblada va a parar mucho más que otro que sea capaz de levantar la pierna hasta el larguero.
Ahora sí: vayamos a las bicis: ¿qué es lo que más te gusta de pedalear?
Desde pequeño siempre me ha gustado salir en bici. Íbamos con mis padres en caravana y las ibis siempre estaban presentes: la dejábamos en el camping y nos dábamos una primera vuelta de reconocimiento. La bicicleta te da una sensación de libertad que no te da ningún otro medio de transporte: te hace vivir la ciudad de manera diferente. Además, en Barcelona tenemos un clima que acompaña.
La bicicleta te da una sensación de libertad que no te da ningún otro medio de transporte”
¿Vas en bici a entrenar?
¡Claro! Por las mañanas adelanto a compañeros del equipo que están atascados en la Diagonal con su coche y les toco el timbre para que vean que en bici se llega antes (risas).
Dado que dependes de tu estado físico, ¿no te ponen limitaciones desde el club?
Tenemos prohibido ir en moto, así como practicar ciertos deportes de riesgo. Hace un tiempo tampoco podíamos ir en bici, pero eso ha cambiado. Hay que tener en cuenta que el balonmano es un deporte que se juega mayoritariamente en Europa. Hay muchos nórdicos que vienen de países en los que la bicicleta forma parte del estilo de vida. Ellos apretaron al entrenador para que se levantase esa prohibición. Todo depende de la forma de utilizarla y de no hacer el loco.
Las bicicletas de Riese & Müller ofrecen una calidad difícil de alcanzar”
¿Cómo llegaste a ser embajador de Riese & Müller?
Estuve un año jugando en Toulouse, donde no había ningún tipo de veto para ir en bici a entrenar. Cuando volví a Barcelona y se levantó el veto algunos compañeros y yo empezamos a mirar bicis eléctricas. En principio yo era más reacio: dudaba un poco, pero es cierto que Barcelona engaña: tiene mucho falso llano. Si salgo en bici no me importa sudar, pero la eléctrica como medio de transporte te soluciona muchos problemas: no quería llegar a muchos sitios cansado. Tras un tiempo pensándolo fui a Vaic, en Sant Cugat, y me apoyaron mucho. Cuando Riese & Muller entró en España y conocieron a Bike, les comentaron mi afición por el ciclismo urbano. Desde entonces he ido probando todas las bicis de Riese & Müller.
¿Qué es lo que más te gusta de la marca?
Creo que ofrece una calidad difícil de alcanzar. Me siento muy identificado con la marca. De la Tinker, por ejemplo, me encanta el motor central, la doble suspensión, el candado integrado, el sistema de plegado… son detalles que a la hora de comprar una bici marcan la diferencia.
[Este reportaje forma parte de la edición impresa de Ciclosfera #28- Lee el número completo aquí]