Hoy, 30 de abril, termina el plazo para enviar los planes de recuperación a la Comisión Europea. Desde distintos ámbitos se ha pedido a los estados miembros de la UE incluir a la bicicleta en estos planes para, además de estimular la economía, cumplir con los objetivos de Europa de reducir al menos en un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030. Como aseguró Jill Warren, CEO de la European Cyclist’s Federation, “la bicicleta ha surgido como el modo de transporte más fuerte durante la pandemia, permitiendo a millones de ciudadanos mantenerse activos y saludables. Más europeos que nunca se mueven en bicicleta gracias a nuevos carriles e infraestructura en las ciudades de la UE: los gobiernos deben, ahora, intensificar y mantener ese impulso e incluirlo en líneas presupuestarias específicas en sus planes de recuperación”.
Según la ECF, "solo seis estados de la UE están utilizando adecuadamente los fondos para aprovechar el enorme potencial del ciclismo e impulsar el crecimiento económico y de empleo verde”
Desde la ECF y, más en concreto, publicado por Fabian Küster, han hecho un análisis de las propuestas y planes de cada país de la UE en torno a esos fondos de ayuda y, según sus propias palabras, “solo seis los están utilizando adecuadamente para aprovechar el enorme potencial del ciclismo e impulsar el crecimiento económico y de empleo verde”. No en vano, también la ECF recuerda un estudio (de 2014) que mostraba cómo duplicar el uso de la bicicleta podría generar más de un millón de puestos de trabajo relacionados con el ciclismo en Europa.
Bélgica, en cabeza
Y, sin embargo, la ECF ha analizado las propuestas país por país y no todos lo están haciendo. Este interesante (y representativo) ranking lo encabeza Bélgica, que ha presupuestado 473 millones de euros, un 8% de su plan de recuperación, para la construcción de infraestructuras ciclistas, especialmente en la región de Flandes y en torno a su capital, Bruselas. Esto implica que Bélgica quiere invertir 41 euros por cada habitante en mejorar la movilidad ciclista, con especial interés en aspectos como la accesibilidad en bicicleta a las estaciones de tren, reforzar la creación de aparcamientos, construir carriles bici seguros para acceder a los colegios e impulsar créditos ciclistas a los ayuntamientos.
El país que más dinero total destinaría a la bicicleta dentro de la Unión Europea sería Italia, que propone un total de 600 millones de euros (el 0,3 del total de los fondos) a “reforzar la movilidad ciclista”. En concreto, sus planes son crear 1.770 kilómetros de nuevas vías verdes, de los que 1.200 se enfocarían al cicloturismo y otros 570 a las ciudades. Es muy llamativa, precisamente, la apuesta por el cicloturismo de Rumania, que explica que 120 millones de euros de su plan de recuperación irían enfocados a la bici, un 0,85% del total presupuestado, con el propósito de construir hasta 3.000 kilómetros de vías ciclistas que creen una red para poder recorrer todo el país. Una cantidad de dinero similar a la que planea dedicar Eslovaquia, con un total de cien millones de euros (el 1,6% del total del plan nacional, unos 18€ por habitante). Por último, y en esta lista de países a los que la ECF sitúa a la vanguardia, estaría Francia, quién dedicaría 100 millones de euros (un 0,25% del total de los fondos) para, entre otras cosas, eliminar coches antiguos a cambio de ayudas a la compra de e-bikes y, por ejemplo, crear buenas instalaciones para aparcarlas. También, por último, estaría Letonia, que aboga por integrarse en la red EuroVelo y promocionar la micro movilidad y ciclologística para la última milla.
En un grupo intermedio, que la ECF resume con un “incluyen menciones al ciclismo, pero con potencial para mucho más” están la República Checa, Grecia y, sin planes concretos para la bici, Chipre, Lituania, Polonia y Portugal.
Y, a la cola...
Y, después, vienen los suspensos. Los peores son Bulgaria, Hungría y Luxemburgo, que ignoran directamente el ciclismo. Hay una larga lista de países cuyas propuestas no se han publicado (Austria, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Malta, Países Bajos, Eslovenia y Suecia), por lo que están fuera de la clasificación. Y, los otros cuatro a los que la ECF “denuncia” y define como “oportunidades perdidas” son Croacia, Finlandia, Alemania y, sí… España.
De Croacia se dice que “se habla de invertir en medios de transporte para convertirlos en vehículos eléctricos o de hidrógeno, pero no se menciona a la bicicleta, que parece no estar considerada como medio de transporte”. Respecto a Finlandia, se subraya su objetivo de lograr ser un país neutral en sus emisiones de carbono en 2035 y el primero en eliminar las combustiones fósiles, pero no se menciona por ningún lado el ciclismo.
Es llamativo el caso de Alemania, que destaca por ser “el más prominente de los países de la UE que no incluye el ciclismo en sus planes de recuperación pospandemia. El país anunció que invertiría hasta 5.000 millones de euros en un plan de impulso al motor para “fomentar la transición al coche eléctrico”, pero sin embargo no ha incluido a las bicicletas en sus planes, pese a que el ministro federal, Andreas Scheuer, asegure que “estamos haciendo de Alemania un país ciclista”.
Según la ECF, el plan de España "tiene un gran potencial que debe traducirse en inversiones ciclistas prácticas”
Y, por último… queda hablar de España. Según el informe de la ECF, la propuesta española “menciona un plan para fomentar la movilidad sostenible, segura y conectada en zonas urbanas; la configuración de espacios peatonales y garantizar la conectividad de personas que viven en zonas despobladas o remotas; estimular la movilidad eléctrica y establecer zonas de bajas emisiones”… pero sin menciones directas al ciclismo. Para la ECF, “todo este contenido tiene un gran potencial… ¡Pero debe traducirse en inversiones ciclistas prácticas!”.