Las protestas vecinales para tratar de salvar La Traba han servido de poco. Esta misma mañana, y por sorpresa, una pala escavadora ha comenzado a derribar el Centro Social La Traba a eso de las 11.30 h. En los alrededores, y asistiendo con impotencia al derribo, unas 50 personas se contentraban pacíficamente frente a una veintena de antidisturbios tras ser convocadas por las redes sociales. Concluye así la historia de uno de los edificios okupados más célebres y longevos de la capital.
4.000 metros cuadrados de ocio y cultura
El Centro Social Okupado La Traba, ubicado en las antiguas cocheras de autobuses de la calle Batalla de Belchite, en el distrito de Arganzuela, fue fundado en el año 2007. Sus más de 4.000 metros cuadrados estaban repartidos en dos naves. Una de ellas albergaba el conocido bikepark; la otra, instalaciones como un gimnasio, un estudio de grabación, un local de ensayo o un grupo de consumo. Además, allí se desarrollaban actividades como bailes folklóricos, teatro o talleres y charlas diversas.
“Era un edificio vacío al que se estaba dando un uso legítimo”, según el abogado del CSO
El pasado 22 de julio, los vecinos lograron paralizar el derribo, y el desalojo quedó aplazado. Para los responsables de La Traba, fue la demostración de que el barrio apoya activamente una iniciativa que propone alternativas de ocio para los jóvenes y que ha dinamizado la vida cultural del barrio, en un edificio vacío al que, según el abogado del colectivo, “se estaba dando un uso legítimo”. El edificio es propiedad de la empresa Aiser, que tenía previsto construir 110 viviendas de lujo, pero con el estallido de la burbuja inmobiliaria abandonó el inmueble a su suerte. Ahora, sus dueños tienen previsto retomar la inversión, lo que ha precipitado el fin de un lugar emblemático para la bicicleta y, en general, para todo el movimiento okupa.