Por desgracia, todavía se ven pocos en nuestras calles, aunque desde luego llaman la atención. Hablamos de los trailers o remolques para transportar niños en nuestras bicicletas, accesorios que permiten una mayor capacidad de carga que las sillas infantiles, sensaciones muy distintas y aportan la polivalencia, al menos en los casos que hoy nos ocupan, de poder usarlos tanto pedaleando como caminando o corriendo.
Para esta prueba hemos elegido las que probablemente sean las dos mejores opciones del mercado, el Croozer Kid Plus for 2 y el Buggy Go Trailer de WeeRide. El primero lleva muchos años en las tiendas, y durante mucho tiempo ha sido la referencia para todo aquel que quisiera adquirir un trailer infantil. Respecto al Buggy Go Trailer de WeeRide, llegó a España hace un par de años, pero hace unos meses presentó una nueva versión que viene a mejorar algunas de sus deficiencias.
Ambos trailers son perfectos para familias dinámicas, ya que nos permiten pedalear, correr o pasear con dos niños
Ambos carros son una muy buena opción para familias dinámicas, en las que los padres salgan con mucha frecuencia a montar en bicicleta, pasear o correr. Dado su tamaño y equipamiento, tanto el Croozer como el Buggy Go permiten transportar con total comodidad a un par de niños pequeños (de entre seis meses y seis años, aproximadamente), son plegables (lo que no impide que, incluso plegados, sean bastante voluminosos) y aportan un “maletero” con una capacidad de carga sorprendente, ampliada por unos bolsillos interiores ideales para que los pequeños lleven agua, algo de comida o, probablemente, sus juguetes.
El clásico y el aspirante
El Croozer Kid for 2 llego hace unos cinco años a nuestro mercado, y durante todo este tiempo ha sido la referencia indiscutible en el sector. Su calidad es evidente desde el momento en el que abrimos la caja, y pese a sus múltiples configuraciones es muy sencillo de montar. El Kid Plus ofrece dos asientos ergonómicos, con cinco puntos de anclaje, que permiten transportar a los niños con mucha seguridad. Fue revolucionario su sencillo sistema para transformarlo, según nuestras necesidades, en stroller (o carrito de paseo, para caminatas tranquilas), jogger (cambiando la rueda delantera por una mayor para poder correr con mucha más estabilidad) o trailer (enganchándolo a nuestra bicicleta). Su sistema de suspensión AirPad es perfecto para aportarle confort a un rendimiento muy deportivo. Y los materiales son atractivos y sólidos aunque, en algún caso, quizá no tan duraderos como nos gustaría.
Respecto al Buggy Go Trailer de WeeRide, es una muy buena evolución del producto que llegó a España hace dos años. Se han mejorado algunos de sus principales inconvenientes, como un sistema de freno que antes era incómodo y ahora es mucho más lógico y práctico. O como, en general, una mejora de los materiales empleados, mucho más cercanos a los del Croozer. El resultado es un producto muy equilibrado, perfecto para el día a día y a un precio mucho más asequible, con una muy buena atención posventa y una gran disposición de su distribuidora en España.
Desde que sacamos ambos trailers de sus cajas nos damos cuenta de que la calidad de los dos productos es muy alta. Pese a su volumen, montarlos no es demasiado complicado, y en menos de una hora ambos están listos para empezar a rodar. El Croozer es, desde el primer momento, imponente: sus acabados son excepcionales, y las últimas mejoras refuerzan su aureola de producto de gama alta. En cuanto al WeeRide, es muy destacable el esfuerzo de la marca por mejorar tanto acabados como calidad de los materiales. En ambos casos las instrucciones son suficientes, aunque quizá se echa de menos una presentación algo más alegre o emocionante, considerando que ambas máquinas vienen a cada para disfrutar con nuestros hijos y que, desde luego, prometen un sinfín de aventuras y experiencias únicas.
Hechos para disfrutar
Si vamos a usarlos con bicicleta, el sistema de agarre es similar en ambos modelos. El brazo del carro va sujeto por el eje de la rueda trasera, con un sistema bastante intuitivo y que apenas exige conocimientos técnicos ni herramientas. Comparado con una silla tradicional, las ventajas son evidentes: para empezar, el Croozer y el WeeRide nos permiten transportar a dos pasajeros, en lugar de uno. Las sensaciones de nuestros acompañantes serán completamente distintas: en lugar de ir “colgados” o “pegados” a nosotros, rodarán a ras de suelo, de forma mucho más independiente y desde luego disfrutando del paseo de una forma más dinámica. Por último, podemos olvidarnos de mochilas o demás accesorios de cargas, porque en estos dos trailers nos van a permitir salir con muchas cosas de casa.
Una vez subidos a los carros, los pasajeros van a disfrutar de inmediato. La capacidad de carga en ambos modelos es de 45 kilos, lo que nos permitirá transportar a dos niños pequeños con algo de equipaje. El tamaño de las ruedas traseras (también, en ambos modelos, de 20”) es propicio para desplazarnos con bastante velocidad y seguridad por todo tipo de caminos, incluso zonas relativamente bacheadas. En ellas, la suspensión del Croozer hace que la experiencia sea más satisfactoria, y sus mejores acabados le proporcionan un poco más de dureza (con un uso muy intensivo, por ejemplo, algunos tornillos del WeeRide se aflojan). Pero ninguno de los pasajeros protestó: en los dos modelos celebraron, desde el primer momento, la experiencia y la posibilidad de desplazarse con sus padres de un modo tan saludable, fresco y original.
Para nosotros, y una vez en marcha, viajar acompañados va a ser una gozada. Hemos dado mucho uso a los dos modelos, saliéndonos de la comodidad de los carriles bici para hacer alguna excursión por terrenos un poco más irregulares, y no hemos tenido el más mínimo problema. Es cierto que ambos trailers son pesados (su peso está en torno a los 16-17 kilos), lo que exigirá un mayor esfuerzo al pedalear, pero más allá de eso el comportamiento en ambos modelos es intachable. Basta con acostumbrarse a determinadas maniobras (la longitud del conjunto bici+trailer es bastante grande) para manejarse con total comodidad y seguridad.
Las mejoras recibidas por ambos modelos son muy bienvenidas. En el caso del Croozer, la marca ha modificado el sistema de la rueda delantera, que permite ahora cambiar el uso como trailer, jogger o stroller todavía más deprisa. Además, el nuevo Croozer Kid for 2 Plus trae unas luces con sensor, que nos hacen mucho más visibles por detrás y los lados en cuanto el sol empieza a caer. Comparado con el modelo anterior, llamado Trailer Deluxe, el modelo de WeeRide ha cambiado por completo su mayor deficiencia, un sistema de freno para fijar el carro que antes resultaba bastante molesto y que ahora se activa con un simple movimiento del pie. Además, este modelo destaca por su ligereza (gracias su cuadro y ruedas de aluminio), buenos tejidos (pese a su precio, es totalmente impermeable, la tela es muy resistente e incluye buenos detalles como un banderín de seguridad o los reflectores de ruedas y trasero).
Diferencias sensibles
Toca hablar, por último, del precio. El del Croozer Kid for 2 Plus asciende a 799€, mientras que el WeeRide Buggy Go Trailer se queda en 308€ gracias al descuento actual que hace la marca. La diferencia de precio, desde luego, es notable. ¿Hasta qué punto también justificable? El Croozer tiene mejores acabados, una suspensión que hace más cómodos los desplazamientos largos (sobre todo si además vamos por un firme irregular) y detalles de equipamiento (sobre todo en esta última versión) que lo hacen todavía más completo. Respecto al Buggy Go de WeeRide, supone una inversión muy asequible, considerando que nos va a permitir con total seguridad con dos niños pequeños y buena parte de su “equipaje”. La conclusión es clara: si vamos a hacer muchos y larguísimos viajes, pisando con bastante frecuencia vías complicadas, y un uso extremadamente intensivo, quizá valga la pena gastarse casi 800€ en el Croozer, al que además puede sumársela una extensa lista de accesorios adicionales (como, por ejemplo, hasta unos sorprendentes esquíes para desplazarnos por la nieve). Si, por el contrario, nos basta con salir a dar paseos ocasionales sin por eso renunciar de una estética muy acertada y unos acabados más que dignos, el Buggy Go de WeeRide va a costarnos menos de la mitad y, en casi todas las circunstancias, los niños tampoco van a necesitar mucho más.
La diferencia de casi 500€ es difícilmente justificable, a menos que hagamos un uso muy intensivo y exigente
Ambos productos son, en todo caso, muy recomendables. Como empezábamos este artículo, ojalá pudiésemos ver muchos más por nuestras calles (en la actualidad, rodar con ellos cargados con niños por la calzada está prohibido en casi toda la geografía española), lo que implicaría una enorme normalización del uso de la bicicleta en nuestro país, además de mostrar que la mayor parte de nuestros desplazamientos cotidianos, incluso con niños (como hacer la compra, ir al parque o, por supuesto, el viaje cotidiano al colegio) pueden hacerse de una forma infinitamente más sostenible, eficaz, saludable y divertida a cómo muchos están acostumbrados (es decir… en coche).