El año pasado fue en León (fue bautizada como la ‘Cazurrona’), la anterior en Ibiza (‘Pitiusona’) y, en 2016, tuvo lugar en Barcelona (se llamó ‘Pantumacoma’): este año la Criticona vuelve a Madrid (donde ya se celebró en 2010 y nació en 2009), y agrupará a muchos colectivos ciclistas del 25 al 28 de abril.
La decisión se tomó, por votación, en la edición del año pasado en León, y llenará la ciudad de actividades ciclistas. “Queremos poner la bicicleta en lo más alto”, nos cuentan desde la organización, “para que la gente vea que necesitamos un Madrid más amable y saludable. Las cuestiones ambientales están cada vez más presentes en la agenda mediática, y nos pareció que era el momento idóneo para celebrarla aquí”.
La primera actividad será el jueves 25 de abril, con la Bicicrítica, y el sábado habrá también una Criticona Feminista
Aunque todavía quedan semanas para que el evento se celebre, y muchas actividades todavía no están confirmadas, sí hay una serie de acciones ya marcadas en el calendario del activismo ciclista. El ‘pistoletazo’ de salida será el jueves 25 de abril cuando, como todos los últimos jueves de cada mes, las calles de Madrid verán pasar la Bicicrítica, a la que en esta ocasión se le sumarán ciclistas de otros puntos. El día siguiente, el viernes 26, se acogerá a todos los asistentes que se hayan apuntado al evento, mientras que el sábado será el día “gordo”, en el que se realizará la Criticona en sí. No vendrá sola: por la mañana, por ejemplo, se realizará la tradicional Meloncleta de Arganzuela, además de una Criticona Feminista a la que solo podrán sumarse mujeres, o una actividad que muestre que la intermodalidad es posible trasladándose desde la citada Arganzuela a Getafe a través del tren y la bicicleta.
Todas estas convocatorias terminarán sumándose a la Criticona en sí, que comenzará a las seis de la tarde del sábado 27 de abril. Después, aunque todavía no hay ubicación confirmada, vendrá la tradicional fiesta final, donde los participantes celebrarán el hecho de moverse en bicicleta para así, intentar conseguir un planeta mas sostenible. Respecto al domingo 28 de abril, es probable que, además de otro paseo ciclista, se celebre un vermú “bicicletero”, con la celebración de algún espectáculo como final de fiesta.
Según explican desde la organización a Ciclosfera, “las personas somos cada vez más conscientes del reto ambiental que tenemos por delante. Cada vez son más frecuentes las grandes movilizaciones, la conciencia ambiental está a flor de piel, y crece el interés por aportar cosas nuevas que mejoren la salud individual y la del planeta”. ¿Qué se consigue con acciones como la Criticona? En su opinión, “es el momento idóneo para reclamar más espacio para la bicicleta y quitarle sitio a los coches. Nuestra intención es que la edición de este año suponga un punto de inflexión”.
Aunque ya se han creado perfiles en Facebook, Twitter e Instagram, pronto habrá también una página web en la que, además de ir anunciando todas las actividades, se publicará un manifiesto (ya está disponible el formulario para que los asistentes de fuera de Madrid puedan apuntarse y solicitar alojamiento, que será en el centro social La Salamandra, en Moratalaz). Como de costumbre, toda la organización es asamblearia, y todos los miembros de la organización lo hacen en su tiempo libre y como ejemplo de su activismo. La financiación también se consigue recaudando fondos a través de, por ejemplo, la venta de camisetas y pegatinas, o con distintos finales de fiesta al terminar algunas masas críticas locales.
Preguntado por su análisis de la situación del ciclismo urbano en Madrid, un miembro de la organización (que prefiere mantenerse en el anonimato porque, se insiste, la Criticona rehuye los protagonismos) asegura que en los últimos tiempos “se ha visto un cambio, pero queda mucho por hacer. El uso de BiciMAD está creciendo bastante y Madrid Central es un avance brutal, se puede circular mucho mejor por el centro de la ciudad, pero hacerlo en la periferia sigue siendo desastroso. Es peligroso, hay mucha contaminación y tenemos que pedalear por auténticas autopistas urbanas donde los vehículos motorizados circulan muy rápido y no se respeta el ciclocarril”. ¿Qué haría falta, entonces, para que la bici despegue en Madrid? En su opinión personal, “la creación de más y mejores carriles bici segregados es algo fundamental, ya que permitirían el acceso a la bicicleta a personas, como niños o personas con discapacidades, que ahora no se sienten seguros”.