Un estudio realizado en la capital guipuzcoana ha arrojado interesantes datos sobre la calidad del aire que respiran los ciudadanos de San Sebastián en condiciones de inversión térmica, un fenómeno que se está produciendo con especial intensidad en los últimos tiempos. Lo ha hecho para tratar de arrojar luz sobre cuál es el medio de transporte en el que los ciudadanos están expuestos a un aire más contaminado: a pie, en bicicleta, transporte público o en coche.
Se respira aire más puro en el interior del metro, autobús o coche, aseguran
Las conclusiones son claras: “Se respira aire más puro en el interior del metro, autobús y coche en comparación a desplazarse en bicicleta o caminando”, explica Carlos Pérez Olózaga, miembro de la asociación ciclista local Kalapie y autor del estudio. “La inversión térmica es un fenómeno meteorológico que no podemos evitar. La única solución para pasa por reducir drásticamente los coches que producen esa contaminación, que queda atrapada bajo la capa de inversión”, señala Olózaga.
Las mediciones se realizaron en la mañana del 8 de enero, con unas condiciones de tiempo anticiclónico y unos 4-5 ºC de temperatura. En concreto, se realizaron mediciones de partículas PM2.5 a lo largo de la ciudad entre las 10 y 14 horas utilizando diferentes medios de locomoción.
Aquel día, y como consecuencia de la inversión térmica reinante desde hace varios días en la península, había en la ciudad una contaminación ambiental por PM2.5 que oscilaba entre los 10 y 20 microgramos/m3. Por el contrario, al día siguiente, 9 de enero, la entrada de una masa de aire polar seco continental por el norte de la península limpió la atmósfera, reduciendo los niveles de partículas en aire a valores de 4-6 microgramos/m3, muy inferiores al límite de los 12 microgramos/m3 recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Paradójicamente, con inversión térmica era más saludable desplazarse en metro, autobús y coche privado que hacerlo a pie o en bicicleta”
Entre las conclusiones, los autores del estudio destacan que en los desplazamiento en bicicleta y a pie las partículas PM2.5 se situaron en nivel amarillo, superior a los 12 microgramos/m3 recomendados por la OMS. Por el contrario, en los desplazamientos en metro, bus y coche, las partículas se situaron prácticamente en nivel verde, inferior a los 12 microgramos/m3, y aún más bajo en el interior de los vagones del metro, así como en el interior del bus y el coche.
“Paradójicamente, con inversión térmica era más saludable desplazarse en metro, autobús y coche privado que hacerlo a pie o en bicicleta, cuando estos dos medios de locomoción son, sin lugar a dudas, los más sostenibles, pero no siempre los más saludables para la ciudadanía en lo que a la calidad del aire se refiere”, señalan los autores del estudio.
Si no se reducen los vehículos privados tradicionales, los más perjudicados serán los peatones y ciclistas
“Es conveniente señalar que los periodos de situación anticiclónica con inversión térmica en invierno son cada vez más frecuentes y de mayor duración (hasta cerca de una semana), afectando especialmente al personal más sensible: niños, mayores, y personas con problemas respiratorios, asma, alergias, así como a los practicantes de deportes al aire libre”, añaden.
“Por todo ello, sería conveniente y muy necesario que el término de movilidad sostenible (no productor de sustancias contaminantes ni de gases de efecto invernadero) se amplíe también al de saludable, ya que si no se reduce de una forma notable el uso de los vehículos privados tradicionales, las personas que utilizan los medios de desplazamiento más sostenibles (caminar y la bicicleta) seguirán siendo las más expuestas a la contaminación”, concluyen.