Ocurrió el pasado fin de semana. La Policía Municipal de Pamplona dio el alto a dos ciclistas ebrios que circulaban por dos puntos diferentes de la ciudad y les realizó un control de alcoholemia. Los resultados no dejaron lugar a dudas: el primero de ellos, interceptado en la calle Monasterio, arrojó una tasa de 0,56 mg/l. El segundo fue parado en la calle Nueva y dio 0,89 mg/l en la prueba.
Aunque la cifra del segundo ciclista habría supuesto una sanción penal de haber ido circulando con un vehículo a motor, el hecho de desplazarse en bicicleta deja a ambos con una sanción administrativa, estimada en 1.000 euros de multa, ya que la Ley no habla de delito cuando el infractor conduce una bicicleta con una elevada tasa de alcohol.
Según informa la web autopista.es, las autoridades de la capital navarra han recordado que las pruebas de etilometría se pueden realizar a cualquier conductor, tanto de bicicleta como de vehículos a motor, siempre que el agente lo estime oportuno y observe una conducta extraña y/o infracción.
Pamplona no es la primera ciudad española en apostar de manera decidida por realizar controles de alcoholemia a los ciclistas. Grandes capitales como Madrid ya hacen lo propio, especialmente durante el fin de semana, cuando muchos jóvenes salen de fiesta y vuelven a casa en bicicleta. Muchos de ellos lo hacen en el servicio público de alquiler de bicicletas, BiciMad. En otros países de Europa, los controles a ciclistas son habituales.
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