La tiza, ese fascinante objeto al que no puede resistirse ningún niño, sobre todo cuando son de colores y les dejan pintar en el suelo. Una herramienta mágica que despierta la creatividad de los más pequeños y que les permite expresarse de forma libre y espontánea.
Ese es el objetivo de Chalktrail, un sistema que permite pintar sobre el pavimento a medida que rodamos sobre nuestra bicicleta. Su creador es el norteamericado Scott Baumann, cuya inspiración -como no podía ser de otra forma- le vino a raíz de ver a sus hijos montando en bicicleta y pintando en el suelo.
“Empecé a preguntarme por qué nadie había combinado nunca las dos actividades para que los niños pudieran montar y dibujar al mismo tiempo”, explica Baumann, quien seguía atentamente cómo los pequeños subían y bajaban de la bicicleta una y otra vez para volver a coger las tizas.
Chalktrail, que utiliza tiza no tóxica y se lava con facilidad, ofrece dos versiones (para bicis y scooters) y permite al niño pintar durante 3 kilómetros aproximadamente.
Aunque hay otros productos similares como Contrail, que también utiliza este material para dejar una estela de color en el suelo, el sistema de Chalktrail es muy sencillo y está enfocado al disfrute de los más pequeños. Su precio: 19,95 dólares (17 euros aproximadamente).