Accesorios para bicicletas

Bryan y Bobike para Brompton: la vida es bella

Nuestra valoración 4.6
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Ser práctico, veloz y ciclista no está reñido con tener hijos. Y tampoco ser usuario de Brompton gracias a complementos como el Bryan, un adaptador de sillita infantil Bobike que nos permite desplazarnos con un bebé y total comodidad, seguridad y diversión.

Ya hemos hablado alguna vez de Dany Milian, responsable de Cap Problema, lugar de referencia en Barcelona para todos los interesados en las bicicletas plegables Brompton. Pero Milian, uno de los mayores expertos del mundo en la marca, no sólo regenta esa tienda, sino que también es el creador de una serie de accesorios únicos para la Brompton, que comercializa bajo la marca Milian Parts.

Uno de sus productos estrella es, sin duda, el adaptador Bryan. Hablamos de dos pequeñas piezas que, unidas a la potencia de la bicicleta, nos permiten adaptar una silla Bobike y transportar así a un niño (de entre 8 meses y dos años y medio, aproximadamente) en la Brompton, justo junto al manillar.

En apenas cinco minutos podemos tener instalados el adaptador y la silla

El primer aspecto a analizar siempre en este tipo de accesorios es la complejidad de su instalación. En este caso, es casi inexistente: el adaptador Bryan consiste en apenas dos piezas, muy sólidas, y muy fáciles de instalar en nuestra Brompton. Bastan cinco minutos para tener el Bryan bien enganchado a la potencia y al manillar de la Brompton, sin ser necesario ningún conocimiento de mecánico ni, apenas, herramientas.

Una vez montado el adaptador nos queda tener la sillita Bobike Mini, una de las referencias en el mercado de sillas infantiles para bicicleta y el único modelo compatible con el adaptador Bryan. No hay problema: la Bobike es ligera, cómoda, segura y no demasiado cara (puede conseguirse por unos 55€), y su reducido tamaño nos permite integrarla con cierta comodidad en una montura tan pequeña como la Brompton.

(foto: www.milianparts.com/)
(foto: www.milianparts.com/)

Una vez instalado… ¿Cómo queda el conjunto? Es cierto que, al principio, el espacio que deja disponible la silla y el bebé parecen algo insuficientes para manejarnos nosotros al manillar de la Brompton (que, por cierto, tiene que ser el “clásico” de la marca, el M). El hecho de llevar un “bulto” voluminoso delante puede dificultar nuestras primeras maniobras y, si somos altos, también nuestras pedaladas. Sin embargo, es cuestión de acostumbrarse: el hueco que ocupa el pasajero no tiene por qué afectar a nuestros movimientos de brazos, y respecto al pedaleo bastará con cambiar mínimamente nuestro gesto (y abrir un poco las piernas) para poder rodar sin mayor dificultad.

El que, seguro, viajará encantado es el pasajero. Tengo dos hijos y ambos “han pasado” por la experiencia: si al mayor, el niño, le encantaba, la segunda, niña, es todavía más feliz. Hablamos de usuarios diarios, que cada día viajan a la guardería (algo menos de media hora en bici) sobre la Brompton, y jamás han protestado (es más, suelen mostrar alegría al llegar la hora de montar y enfadarse cuando es turno de bajar). Es verdad que, quizá por la posición delantera y la propia configuración de la marcha, nunca se han relajado lo suficiente como para quedarse dormidos, pero quizá tenga también algo que ver con la diversión que les produce viajar “a los mandos”, con las manos en los puños y fácil acceso a cosas tan divertidas como, por ejemplo, el timbre.

El “pasajero” irá feliz, con la sensación de controlar la bicicleta

Esa es la gran virtud de accesorios como este Bryan: que el uso cotidiano de la bicicleta se integre con las necesidades diarias de una familia. Las virtudes de la Brompton se ven potenciadas al poder convertirla en el “vehículo familiar”: a la practicidad y solidez de la bicicleta se le unen el poder transportar en ella a un bebé y, muy importante, no perder ventajas. Por ejemplo, la silla se monta y desmonta en apenas unos segundos, lo que en mi caso me ha permitido, durante meses, dejar a la niña y a la silla en la guardería y, en el acto, poder volver a moverme con mi Brompton “original”, desplazándome con toda normalidad o, por ejemplo, combinándola con el transporte público.

Ventajas… Todas. La sensación de seguridad es total, el montaje es sencillo y rápido, la comodidad es más que aceptable… ¿Inconvenientes? Alguno hay, por supuesto, aunque casi todos más achacables a la propia idiosincrasia de la Brompton. Por ejemplo, que el adaptador es compatible sólo con el manillar M, como ya hemos comentado, o que no puede combinarse con una de las prácticas mochilas delanteras que hay en el mercado (es lógico: simplemente, no hay espacio para tanto).

Sin embargo, el balance es muy positivo. Por unos 135 euros (el adaptador cuesta 65€, y la sillita ronda los 70€) podremos disfrutar del producto durante unos dos años, o mejor dicho hasta que el bebé pese 15 kilos, momento en el que cargar con tanto peso puede afectar a la manejabilidad de la pequeña rueda delantera de la Brompton. Durante todo ese tiempo podremos disfrutar de todas las ventajas de la Brompton y compartirlas con nuestro hijo, acostumbrándole además a moverse en bicicleta e inculcándole que el ciclismo es totalmente compatible con la practicidad, la eficiencia y las obligaciones cotidianas.

Adaptador Bryan + Silla Bobike

Probamos el adaptador Bryan de Milian Parts, que permite transportar a un bebé en una silla Bobike en la Brompton.

4.6
  • Instalación
  • Comodidad
  • Resistencia
  • Diseño
  • Precio