El mundo está cambiando. Las ciudades están cambiando. Y afortunadamente, cada vez son más los ciudadanos que empiezan a darse cuenta de que, para la gran mayoría de los trayectos que realizamos de un punto a otro de esas ciudades, no hay nada más eficiente que la bicicleta.
La ciudad canadiense de Toronto es una de las muchas que en los últimos años viven una auténtica revolución de los pedales. Las autoridades han realizado importantes apuestas por la infraestructura ciclista y cada vez son más los habitantes que apuestan por la bicicleta para sus desplazamientos diarios.
El uso de bicicletas de carga supone dar un giro de 180 grados a la movilidad urbana
En toda esa revolución, el transporte de productos juega un papel esencial. Y en concreto, las bicicletas de carga o cargo bikes están llamadas a ser protagonistas. Un informe del Instituto Pembina ha hecho especial hincapié en ellas al señalar la oportunidad que suponen para dar un giro de 180 grados a la movilidad de Toronto, y por extensión, a la de cualquier otra ciudad.
El estudio, titulado Cyclelogistics. Opportunities for moving goods by bicycle in Toronto señala que las cargo bikes no sólo agilizan el reparto de productos, sino que también contribuyen de manera decisiva a visibilizar las bicicletas en las calles y, por tanto, a que las autoridades entiendan la necesidad de apostar por la movilidad ciclista. Del mismo modo, son un arma perfecta para luchar contra las altas emisiones de los vehículos motorizados, por lo que ayudan a conseguir una ciudad más limpia.
El estudio señala que las cargo bikes, además de agilizar el reparto, hacen más visibles las bicis y la movilidad ciclista
“Si Toronto se va a convertir en una ciudad verdaderamente ciclista, pensemos más allá de las personas y comencemos a pensar cómo los bienes también pueden moverse de manera más eficiente en bicicleta”, ha señalado Nithya Vijayakumar, asesora sénior en transporte y soluciones urbanas del Instituto Pembina.