Un grupo autodenominado Departamento de Transformación de Dallas, con poco más que una cuenta de Twitter, ha sido el responsable e instigador de una de esas acciones que levantan aplausos y ampollas a partes iguales: crear su propio carril bici como respuesta a la falta de respuesta a sus demandas por parte de las autoridades de la ciudad.
La infraestructura, compuesta d*e tubos pintados* y que tuvo un coste de apenas 100 dólares, sólo ha durado dos días en la calzada. “Sabíamos que no sería permanente, pero pensamos que la gente podría de esta manera valorar lo que una infraestructura como esta aporta a sus barrios”, ha declarado a la agencia Associated Press Layne, un portavoz del grupo que declinó dar su nombre real para no ser detenido, dado que el proyecto es considerado como vandalismo por parte del Ayuntamiento.
A pesar de que sobre el papel su acción les aseguraría una cuantiosa multa, diversas organizaciones han mostrado públicamente su apoyo a acciones como ésta. “Esos grupos de transformación están creando cambios en la ciudadanía, y nosotros lo respaldamos”, ha asegurado Kathleen Ferrier, de Vision Zero Network, un grupo dedicado a eliminar muertes causadas por los accidentes de tráfico en todo el mundo.
“Lo que está sucediendo con este tipo de tácticas de guerrilla es que están creando a una mayor sensación de urgencia. Están ayudando a la gente imaginar e experimentar posibles cambios”, añadió Ferrier.
Como ocurre en muchos de estos casos, parte del motivo por el que no se construyan infraestructuras ciclistas en determinadas vías de la ciudad es la oposición frontal de los comerciantes, que aseguran que eliminarían plazas de aparcamiento y, supuestamente, desmotivarían a todos aquellos que van a comprar a sus negocios en coche. Además, desde las autoridades se esgrime que el coste es demasiado elevado.