El Bici-Metro es un proyecto que pretende revolucionar el transporte urbano creando carriles bici aislados del tráfico. Se busca así garantizar la seguridad y comodidad a la hora de desplazarse en bici, evitando el molesto humo de los coches o la -a veces- conflictiva convivencia con el tráfico urbano. Para ello, se construirían unos conductos elevados (uno para cada sentido de la marcha) a través de los cuales los ciclistas se desplazarían por encima de la ciudad, pudiendo acceder a la calle o a los puntos clave de conexión con otros transportes.
Saludable y sostenible
En su diseño, Richard Moreta ha calculado que este sistema podría, en un tramo de 10 kilómetros, mover a 350.000 personas en 12 horas. Además de tener una capacidad para 18.000 bicicletas, Moreta ha sugerido la instalación de placas solares y molinos de viento para abastecer la plataforma y generar energía extra. Dado que el servicio sería gratuito, falta determinar qué sistema de financiación sería el más viable y efectivo para materializarlo, garantizando así un desplazamiento más saludable y tranquilo.