La pandemia adelantó un proceso: más personas trabajan en casa, ya no es tan necesario hacer largos desplazamientos y la movilidad se asocia, cada vez más, con el tiempo de ocio. “La movilidad no es sólo un medio para alcanzar un fin”, asegura Gregor Dasbach, vicepresidente de Negocio digital de Bosch eBike Systems, “sino que forma parte cada vez más del estilo de vida personal”.
Unos cambios que también exigirán a las ciudades una revolución. “Lo previsible”, añade Dasbach, “es que el espacio ahora asignado al coche se libere. Los objetivos ecológicos exigirán más servicios compartidos y vehículos eléctricos que, junto con el transporte público, ofrezcan más libertad, y donde la bicicleta se convertirá en el centro de atención”. Una atención que, en muchos casos, acapararán las e-Bikes.
Hemos podido charlar con Laura Sánchez, responsable de Bosch eBike Systems en nuestro país sobre todas estas cuestiones en una interesantísima entrevista mantenida con ella en nuestro canal de Instagram. La hemos adaptado para que puedas echarle un vistazo aquí mismo.
“Suelen ser el medio de transporte más rápido y que más mejora la calidad de vida”, asegura Dasbach, “aumentan la motivación para ir en bici y las eCargo bike refuerzan aún más esta tendencia. Cada vez más personas se preguntan si necesitan el coche, si pueden llevar a sus hijos a la guardería en una bici de carga o, en definitiva, qué más podrían llegar a hacer con ellas”.
El investigador Ralph Buehler da algunas claves adicionales: “Una eBike permite recorrer distancias más largas y atrae a nuevos usuarios, como personas que se desplazan al trabajo y no quieren sudar. Sin embargo, es necesario ampliar la red de rutas ciclistas para los habitantes de las zonas periféricas.
Copenhague es un buen ejemplo, el 49% de sus habitantes se desplazan en bicicleta. Pero esto no ocurrió de la noche a la mañana: la ciudad ha sido tradicionalmente favorable al ciclismo y ha intensificado sus medidas en los últimos 30 años. El hecho de convertirse en referencia puede resumirse en una fórmula de éxito: carriles bici segregados y protegidos a lo largo de las principales vías”.
Futuro inmediato
Como fabricante de componentes para eBikes, Bosch eBike Systems se prepara para todos estos cambios. “Siempre nos preguntamos a qué retos se enfrentan los ciclistas y ofrecemos respuestas innovadoras”, explica Dasbach. “Hemos introducido Help Connect, que pide ayuda en caso de accidente con la eBike. Fuimos los primeros en introducir un sistema de asistencia para la eBike con el sistema de freno antibloqueo ABS. Y otro foco de atención son los productos de protección antirrobo y ofertas digitales: la conexión de la eBike con los servicios digitales es un elemento básico en el camino hacia la movilidad del futuro”.
En su opinión, los eBikers no solo estarán conectados mientras montan en bicicleta, sino también cuando la dejen en el garaje o la aparquen en otro lugar. Y otra ventaja de una eBike conectada es la comunicación con otros usuarios de la carretera. “Muchos de los accidentes de bicicleta en la ciudad se producen en giros”, recuerda, “pero al interconectarse los usuarios, conductores y vehículos recibirán advertencias para evitarlo. El potencial es enorme”.
No sólo eso: la tecnología hará del e-Biking una experiencia cada vez más personal. “La eBike me sugerirá una ruta que se ajusta a mi perfil de conducción, cambiará de marcha, aprovechará al máximo la batería y, en resumen, se ocupará de que yo pueda sumar mis aplicaciones favoritas a cada paseo”, explica el vicepresidente de Bosch eBike Systems, marca que seguirá dos estrategias en el futuro. “La primera es la seguridad en la conducción, desde el perfeccionamiento del ABS hasta la asistencia en caso de accidente”, explica. “El segundo gran tema son las ofertas digitales que harán del eBiking una experiencia aún más atractiva y personal”.
Lo que está claro es que vendrán muchos cambios, y las eBikes serán parte de ellos. “La densificación de las ciudades exige más sostenibilidad”, concluye Stephan Rammler, sociólogo y fundador del Instituto de Diseño del Transporte. “De lo contrario, nos quedaremos sin aire para respirar. Esto afecta a muchos ámbitos, pero sobre todo a la movilidad: la propiedad individual del clásico coche de combustión, con su enorme huella ecológica, es un modelo obsoleto”.