Inaugurado en 2007, el Anillo Verde Ciclista, que rodea la ciudad de Madrid a lo largo de 64 kilómetros, se había convertido en los últimos años en un quebradero de cabeza para los que lo frecuentan a menudo: tramos mal señalizados y partes del asfalto en mal estado y un alumbrado insuficiente eran algunos de sus puntos débiles.
Ahora, y tras un retraso de un año para poner en marcha las obras de reforma, parece que las cosas están a punto de cambiar. Fuentes del Área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid han señalado al diario 20 Minutos que el proceso de adjudicación se cerró a mediados del pasado mes de junio y que se espera que las obras empiecen cuanto antes, aunque no hay una fecha concreta: “La empresa está presentando ahora todo el papeleo. Lo único que sí se puede decir es que las obras empezarán durante este verano”.
Estaba previsto que las obras arrancasen el pasado otoño
En un principio, el Gobierno municipal tenía previsto que los trabajos arrancasen el pasado otoño. “El comienzo de las obras se ha retrasado porque en el proceso de adjudicación de una de las empresas presentó una alegación. Pero ya se ha adjudicado la obra a mediados de junio”. Las actuaciones de remodelación previstas por el Ayuntamiento en el anillo ciclista afectarán a toda la infraestructura y tendrán una duración estimada de 18 meses desde su inicio. La inversión será unos 8,4 millones de euros.
Los trabajos servirán para mejorar la seguridad, accesibilidad y funcionalidad del trazado y se centrarán de manera prioritaria en todos los tramos en los que se ha producido reiteración de avisos o quejas por deficiencias por parte de los usuarios, además de en cruces peligrosos. Entre las quejas más frecuentes de los ciclistas se encuentran el mal estado del pavimento, la falta de iluminación, las deficiencias en la señalización o las indefiniciones del trazado.
300.000 metros cuadrados
Las obras incluyen la rehabilitación de los firmes, la mejora de la accesibilidad y la reparación de los cruces con el resto del viario urbano. Estos trabajos de renovación del pavimento afectarán a una superficie de unos 300.000 metros cuadrados. Pero las actuaciones no solo irán dirigidas al firme sino que también se intervendrá en áreas de descanso, mobiliario urbano, alumbrado público, señalización vertical y horizontal, así como en el drenaje del anillo ciclista para mejorar las condiciones de adherencia. También se actuará en zonas donde haya presencia de barreras arquitectónicas, en tramos con problemas de formación de charcos y recorridos en donde conviven el tráfico de vehículos y/o peatones con el de ciclistas, entre otros.
Los colectivos ciclistas aplauden la iniciativa, aunque opinan que aún quedan cosas por mejorar
Los colectivos ciclistas aplauden la iniciativa municipal, aunque opinan que aún quedan cosas por mejorar. “El anillo está deteriorado en muchos tramos y creemos que la reforma es positiva y necesaria. Sobre todo hemos recibido bastantes quejas sobre la iluminación”, ha explicado un portavoz de Pedalibre. Desde el colectivo añaden, sin embargo, que estas obras no solucionarán dos problemas que siguen presentes en el anillo. «Por un lado, en la zona del Wanda Metropolitano (estadio del Atlético de Madrid) sigue existiendo una interrupción de unos 300 metros que no da continuidad al anillo. Es un hueco incomprensible que llevamos años denunciado», afirma el colectivo ciclista. La subsanación de esta deficiencia, que supondría el cierre definitivo de la infraestructura, está contemplada en el plan municipal de urbanización del entorno del estadio, a caballo entre los barrios de Las Rosas y Canillejas (San Blas), que aún no ha finalizado.
“Por otra parte, el anillo no está bien diseñado en el arco norte. A su paso por los barrios de Montecarmelo y Sanchinarro, sobre todo, el carril cambia muchas veces de lado, lo que provoca que los ciclistas tengan que esperar el semáforo para cruzar. Esto provoca que muchos sigan circulando por la calzada y abandonen el anillo”, concluyen desde Pedalibre.
El anillo ciclista finalizó su construcción en el año 2007 bajo el mandado de Alberto Ruiz Gallardón (PP) tras completar su tercera y última fase, en la que se añadieron más de 40 kilómetros. Cuenta con varios servicios para el usuario de la infraestructura a lo largo de sus 64 kilómetros. Cada kilómetro y medio, el ciclista dispone de un área de descanso con fuentes, horquillas para bicicletas, bancos y un plano informativo con referencias a servicios de transporte como Metro y Renfe. La infraestructura, con numerosas pasarelas, discurre en su mayoría por zonas verdes, aunque en ocasiones se adentra en el tejido urbano.