Ayer, miércoles 17 de marzo, se celebraron en los Países Bajos las elecciones generales. El Partido Liberal por la Libertad y la Democracia (VVD, en sus siglas en holandés) ganó los comicios, consiguiendo 35 de los 150 escaños que forman el Parlamento (a falta de que se cierre el recuento definitivo). El actual Primer Ministro, Mark Rutte, repetiría así su cargo, que ostenta desde 2010.
En alguna ocasión hemos compartido, en nuestras redes sociales, imágenes de Rutte acudiendo en bicicleta a distintos actos o reuniones, simbolizando así la normalidad de pedalear en su país. Una normalidad y, al mismo tiempo, un protagonismo de la bicicleta que tuvo otro ejemplo en las elecciones generales de ayer, en las que por primera vez se instaló, en Amsterdam, un puesto electoral exclusivo para ciclistas.
Exactamente 2.243 ciclistas depositaron su voto en la urna instalada en el RAI, un importante centro de convenciones de Amsterdam.
“Es la primera vez que se hace en unas elecciones generales en los Países Bajos”, nos cuenta por teléfono Jan-Bert Vroege, portavoz de movilidad del grupo político D66 y miembro del Ayuntamiento de Amsterdam, “pero decidimos hacerlo. En Amsterdam y otras ciudades se iban a instalar urnas exclusivas para votar en coche, y pensamos que había que hacer lo mismo para los ciclistas. Lo propusimos y todos los partidos dijeron… ¡buena idea, hagámoslo!”
El lugar elegido fue el RAI Amsterdam, un importante centro de convenciones situado en la zona financiera de la ciudad. Pues bien: miles de ciclistas (en concreto, 2.243 según cifras oficiales) depositaron su voto sin tener que bajarse de la bicicleta. “Era muy sencillo”, explica Vroege, “venías con tu bicicleta, recogías tu papeleta, te acreditabas y depositabas tu voto. Por supuesto, en muchísimos otros lugares podías aparcar tu bici y votar, pero queríamos hacerlo todavía más sencillo y directo. El coronavirus está aquí y eso perjudica al voto presencial, por lo que queríamos ofrecer una forma segura y rápida de hacerlo y fue un éxito. Queremos repetirlo en muchos más sitios en las próximas elecciones”.
Como no podía ser de otro modo, es obligatorio preguntarle por cómo ha afectado la pandemia al ciclismo urbano en Amsterdam, una de las mecas mundiales de la bici de ciudad. “En lugares como Amsterdam, donde ya se veían muchísimas bicicletas… se ven todavía más”, cuenta Vroege. “Sobre todo, se ven muchas más bicicletas eléctricas, más caras y sofisticadas. La gente no quiere entrar con el coche en la ciudad, y desconfía del transporte público por el covid, y el uso de una e-bike permite recorrer distancias de 10 ó 15 kilómetros, mientras que antes el recorrido habitual en bici se quedaba en 4 ó 5 kilómetros. Eso sí: tenemos que pensar en aumentar y mejorar la infraestructura para estas nuevas, y distintas, bicicletas”.
¿Cuál es el secreto de los Países Bajos? ¿Por qué esta cantidad de ciclistas urbanos? “Creo”, responde Vroege, “que en primer lugar es un tema cultural. Cuando eres pequeño aquí, lo primero que aprendes a hacer es pedalear. También se te transmite el concepto de que en bici eres libre, de que aunque solo tengas seis o siete años puedes ir al colegio, o de paseo con tus amigos, en bicicleta, y así explorar el mundo con más autonomía que si vas andando. Y otro tema importante son las propias características del país: los Países Bajos son muy planos, y tiene poco tamaño, por lo que las distancias son cortas y, además, no tiene sentido ocupar tanto sitio con vehículos como los coches”.