30 días por delante. Y un objetivo: montar en bicicleta todos los días, aunque sea un rato, y contárselo a todo el mundo a través de las redes sociales. Así de sencillo es el planteamiento de 30 Días en Bici, un proyecto que nació en 2010 en Mineápolis (EE UU) y que, dada la popularidad adquirida, cada vez necesita menos presentación.
Carlos Rodríguez es, además de su organizador en Gijón, el gran impulsor en España de 30 Días en Bici. Mereció el premio AMBE (Asociación Marcas de Bicicleta en España) el pasado año, y es consciente de los avances conseguidos. “Vamos evolucionando poco a poco”, explica, “para hacer mejor nuestra función: ser una herramienta para provocar cambios de conductas en materia de movilidad, y hacerlo a gran escala”, cuenta.
En esa tarea hay una parte pedagógica: explicar que la iniciativa no es simplemente un reto, o algo pasajero que se prolonga durante un mes, sino una forma de lograr un objetivo: “Que haya más gente pedaleando por las calles para conseguir ciudades más limpias y más amables, para conseguir una movilidad más eficiente, económica y sostenible”, explica Rodríguez. Para lograrlo, Gijón celebrará charlas, talleres, paseos en bicicletas clásicas, jornadas gastronómicas… Más de 40 actividades para animar a todo el mundo a subirse a la bici.
El bikepolo tendrá su sitio en 30DEBMadrid.
Aunque el objetivo de cada año es idéntico, la organización ha querido hacer hincapié durante este abril en la movilidad al trabajo. O, lo que llama Rodríguez, “los desplazamientos obligados” en los que también incluye los trayectos de los estudiantes a las universidades o los niños al colegio. “Ahí reside buena parte del secreto para cambiar la movilidad en las ciudades. Porque en muchos lugares de España tenemos una gran cantidad de desplazamientos a pie, pero en lo que se refiere a ir al trabajo seguimos apostando por formas de movilidad claramente insostenibles, incluso en trayectos no especialmente largos”, lamenta.
Sumar para cambiar
En Madrid, el equipo responsable de esta nueva edición de 30DEB lo conforman algunos nombres clave en el ciclismo urbano local como Juan G. Alberdi, Eli Sánchez, Isis Mas, Berenice Zambrano, Miguel Gatóo o Ignacio Prieto. “Somos más personas las que estamos coordinando la programación”, explican, “lo que nos ha permitido contactar con más entidades colaboradoras, desde colectivos ciclistas y ecologistas hasta pequeños comercios como tiendas, ciclomensajerías o talleres de bicicletas”.
Las actividades de 30DEB Madrid serán variopintas: además de las clásicas masas críticas habrá actividades de introducción a la mecánica al aire libre, paseos culturales a pedales, cursos para aprender a andar en bicicleta, talleres de iniciación al bike polo, música sobre ruedas o, aprovechando que el 28 de abril son las elecciones generales, la actividad A votar en bici. “Esperamos que todo este esfuerzo se refleje en un aumento del número de personas comprometidas con el reto”, apuntan los organizadores, “pero sabiendo que sigue siendo una iniciativa hecha a mano, con mucha ilusión pero organizada por un equipo pequeño con muy poco tiempo libre”.
Barcelona fue, el pasado año, escenario de 80 actividades en torno a la bicicleta. “Nuestro objetivo es que en 2019 haya más ciclistas que se hagan activistas que, a su vez, sumen nuevos ciclistas”, explican desde Abril bicis mil, uno de los colectivos organizadores de 30DEBBarcelona. “Queremos darle visibilidad internacional, situar a Barcelona como ciudad ciclable y amiga de la bicicleta y desarrollar todo el potencial del activismo probici local”. No sólo eso: también consolidar el evento en la ciudad y su ámbito metropolitano, para lo que celebrará una gran fiesta de inicio en BiciHub,
Al otro lado del charco
Pero el 30 Días en Bici es cualquier cosa menos un movimiento local. También ha adquirido fuerza en países como Argentina, donde nació hace dos años “casi sin querer”, como reconoce su portavoz en Buenos Aires, Pablo Lebedinsky. Lebedinsky abrió una cuenta en Twitter para promocionar la iniciativa, pero fue contactado desde España para darle un marca regulatorio y sumar a su ciudad a toda esta corriente ciclista. ”No se trata de usar la bici compulsivamente”, explica Lebedinsky, “sino de hacerle entender a la gente que puede usarla para cualquier cosa”.
Por el momento, eso sí, las cosas van poco a poco. “El movimiento en Buenos Aires aún no cuenta con el apoyo y los recursos necesarios para poder darle un gran impulso mayor”, lamenta Lebedinsky. “Esta ciudad es muy grande, por ella se mueven millones de personas a diario y la cobertura se hace complicada, pero vamos logrando que la cosa vaya tomando color”.
[Este reportaje forma parte de la edición impresa de Ciclosfera #28- Lee el número completo aquí]
