Desde hace un lustro, cuando lanzó la Turbo, Specialized ha apostado con fuerza por las ebikes. Intentando adaptarse a los nuevos tiempos pero, como ellos mismos explican, conservando la pasión por el ciclismo, Specialized lanzó hace dos años la gama de bicicletas de montaña Turbo Levo (un éxito en su categoría), y ahora intenta repetir el fenómeno en la ciudad con las Turbo Vado.
La unidad que nos tocó probar fue una Specialized Turbo Vado 4.0, talla XL, de color rojo. La primera impresión es, por supuesto, imponente: hablamos de un modelo con una estética muy llamativa. Desde que se adentró en el mundo de las eléctricas Specialized apostó por ir mucho más allá de el mero hecho de sumarle un motor y una batería a una bicicleta convencional, intentando desarrollar modelos desde cero para así lograr un resultado más integrado, lógico y, por supuesto, eficaz.
En el caso de las Turbo Vado, hay que señalar que además de varias tallas están disponibles con dos tipos de cuadro, uno para hombres y otro para mujeres. Al acercarse a la bici nos llama la atención la situación de la batería en la parte superior del cuadro, fijada al conjunto con un sistema ABUS. Justo a su lado, en el centro del cuadro, está el botón de encendido, sobre unos testigos luminosos de carga de la batería. Alrededor del cuadro, rojo, los componentes y accesorios negros, otorgando al conjunto una imagen deportiva pero también elegante y coherente.
Hay muchas cosas que decir de la Specialized Turbo Vado 4.0, pero quizá lo más lógico sea empezar hablando del “corazón” de la máquina, su motor. La marca vuelve a apostar por la firma alemana Brose. Aunque muy similar, hay cambios respecto al que monta la Turbo Levo: es algo más ligero (ahora pesa 3,4 kilos de peso), más pequeño y exige menos energía al sistema. Por supuesto, conserva la correa interna que le ha convertido en una referencia del sector, y recibe ajustes orientados a un uso mayoritariamente urbano, absolutamente diferente al que se la da a una Turbo Levo. Algunos de esos ajustes son configurables a través de la célebre Mission Control App de Specialized, para personalizar su rendimiento a las necesidades de cada usuario.
Fruto del esfuerzo tecnológico de la marca, el motor de la Turbo Vado también recibe mejoras en lo que se refiere al mantenimiento o la refrigeración. Para la parte inferior del motor, por ejemplo, se ha incluido una placa de plástico con canales para que circule el aire y enfríe el conjunto mecánico. La correa interna, un aspecto muy ponderado por los expertos de Specialized durante la prueba, permiten que la mecánica sea más silenciosa, eficiente y duradera.
Rápida y robusta
Una vez subidos en ella, la primera impresión es que hablamos de una bicicleta muy rápida. Aunque para su diseño se cuente con un motor y una batería “a medida” el total resulta voluminoso, lo que también da cierta sensación de aplomo y robustez. Todo el cableado está oculto, lo que mejora la estética, y la batería se mantiene completamente integrada. El manillar es muy cómodo, y hay que reconocer que la postura es menos agresiva y deportiva de lo que esperaba escuchando a sus creadores, algo que agradeceremos durante los muchos kilómetros que rodamos durante estos días y que también conjuga con la filosofía del modelo de convertirse en el vehículo cotidiano para cualquier profesional urbanita.
En marcha, y aunque el peso total del conjunto sea indisimulable (hablamos de unos 21 kilos), se percibe el esfuerzo de Specialized por obtener unas sensaciones “normales”, desplazando casi todos los kilos a la parte de abajo para mejorar el equilibrio sobre la bici y hacerla más manejable y cómoda. La pantalla de display de control es, en el caso de esta versión 4.0, bastante sencilla (mide 2,2” y es LCD), limitándose a mostrar datos habituales como la velocidad, distancia recorrida, modo de asistencia eléctrica (hay tres niveles) o reserva de batería. En las versiones superiores se incluye una pantalla táctil TFT, pero la empleada en las versiones “básicas” es más que suficiente al ofrecer la información imprescindible, verse bien con cualquier tipo de luz y permitir su extracción para evitar robos.
En el manillar hay oculto un pequeño adaptador USB, con el que podemos carga nuestros dispositivos móviles mientras pedaleamos. Por supuesto, todo lo que pasa por el display y, por extensión, con el motor y la batería puede manejarse y configurarse a través de un teléfono móvil con la app Mission Control, manejando así variables como la asistencia máxima (según la zona del recorrido previsto en la que estemos), la gestión del gasto de batería o algunos aspectos de la respuesta del motor.
La geometría Body Geometry Fit de la marca hace que la posición sea muy cómoda y natural, y de nuevo hay que destacar el esfuerzo de Specialized por adaptarse a todos los posibles usuarios con la introducción de una opción de cuadro femenino. Al realizarse la prueba en Alemania, más concretamente entre las ciudades de Düsseldorf y Neuss, la lluvia y los charcos han sido una constante, siendo de enorme eficacia los guardabarros delantero y trasero que, de serie, equipa la bicicleta. Son muy discretos pero, en cuanto uno se fija un poco, es fácil ver el esmero y cuidado con el que han sido realizados. Por ejemplo, su diseño ha sido pulido en el túnel de viejo de la marca, y nos han permitido rodar por agua, barro y tierra (luego hablaremos de eso) sin apenas mancharnos (otro detalle para los que quieran una Turbo Vado para ir a trabajar).
En marcha, la respuesta del motor es bastante natural y agradable. Tal y como nos prometió Marco Sonderegger, el responsable de e-bikes de Specialized, se ha puesto un especial énfasis en la insonoridad del conjunto, que en efecto es muy silencioso. La respuesta en cualquiera de los niveles de asistencia es rápida y precisa, y la propia configuración y eficacia de la bicicleta nos permite rodar, casi todo el rato, con una asistencia mínima o incluso inexistente. La bicicleta es muy estable y las reacciones, pese al peso del conjunto, ágiles. Casi inmediatamente alcanzamos los 25km/h a los que la 4.0 interrumpe la asistencia eléctrica, y es entonces cuando vemos la suavidad de una bicicleta a la que, también, le sientan bien velocidades mayores, para lo que deberemos aplicarnos en el pedaleo nuestro propio esfuerzo.
Sin disgustos
El cambio, un Shimano Deore XT de once velocidades, es muy apropiado para la bicicleta, y se maneja con soltura y eficacia a lo largo de todo su recorrido. También los dos frenos Shimano de disco hidráulico son más que suficientes para detener el pesado conjunto (entre bicicleta, mochila y ciclista, en mi caso, hablamos de más de 115 kilos en total), y la bicicleta va muy bien sobre asfalto, pero también cumple en la tierra o en el barro. Mención especial merecen los neumáticos, unos Trigger Sport Reflect de 700×47, que además de una perfecta conexión con el suelo brillaron por su resistencia: aunque el grupo de periodistas estaba formado por más de 30 personas, que pedaleamos sobre condiciones de todo tipo, no se produjo ni un solo pinchazo ni el más mínimo inconveniente durante los dos exhaustivos días de prueba. La horquilla delantera, una Custom SR Suntour NCX nos pareció más que valida tanto para circular rápido por las calles de Dusseldorf como para ir por senderos de tierra en los alrededores (muchos de ellos muy bacheados o llenos de barro), por lo que aquellos que también quieran darle un cierto offroad a su Turbo Vado podrán hacerlo sin posteriores lamentos.
Para terminar, viene bien revisar el equipamiento y precio del modelo. En el caso de la Turbo Vado 4.0 hablamos de una bicicleta de 3.499,90€, y que en este caso incluye, además de todo lo comentado, determinados accesorios de buena calidad. La luz delantera tiene 300 lúmenes y cuenta con un diseño perfeccionado que la hace ser muy visible desde lejos, además de ofrecer una gran iluminación desde nuestra bicicleta. La trasera llama la atención por su diseño: integrada en el transportín, es bastante atractiva estéticamente pero también cumple su función sobradamente, permitiéndonos ser vistos desde mucha distancia. En cuanto al transportín está bien integrado en el conjunto, es discreto y soporta hasta 22 kilos de peso.
Lo dicho: el arma eléctrica de Specialized para la ciudad ya está a la venta, con unos precios de entre 2.999 y 4.199€. La que hemos probado, la Specialized Turbo Levo 4.0, cuesta 3.499€, un precio muy alto para los estándares de muchos ciclistas pero que no lo es tanto si, por ejemplo, lo contextualizamos con el coste de otros modelos de bicicletas de pedaleo asistido de montaña. La Turbo Levo 4.0 supone una primera andanada, un primera apuesta de la marca por un nuevo público que, con la presencia de más ciclistas en las calles, mejores infraestructuras y un mercado más maduro, debería llegar a nuestro país, como ha ocurrido en otros lugares como Alemania o los Países Bajos. Aunque algunos vean estas propuestas como, incluso, “enemigas” de la bicicleta convencional, no están en lo cierto: su presencia en la calle supondría, precisamente, que la madurez ha llegado al ciclismo urbano en España, y que muchas personas (con una cierta capacidad adquisitiva, claro) contemplan la bicicleta como una opción real, como una alternativa a otros vehículos cuyo precio es, por cierto, muchísimo mayor. Y sí: máquinas como la Specialized Turbo Vado 4.0 son bicicletas. Porque exigen pedaladas, necesitan de nuestro esfuerzo para avanzar, y porque son divertidas, eficaces, rápidas y saludables.
Specialized Turbo Vado 4.0
Specialized lanza un nuevo arma para la ciudad: probamos la Specialized Turbo Vado 4.0, una ebike urbana repleta de tecnología.
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