Los fabricantes de bicicletas confían en Yamaha. Es un hecho comprobado, y tiene lógica. La marca tiene detrás una historia y una trayectoria intachables en la fabricación de soluciones de movilidad de todo tipo. Es el corazón mismo de muchos vehículos: motocicletas, scooters, fuerabordas, motos de agua, coches de golf, quads… Y, por supuesto, bicicletas eléctricas.
Sus soluciones eléctricas son empleadas por decenas de fabricantes de e-bikes de todo el mundo, y han convertido a la marca en uno de los más importantes proveedores de sistemas eléctricos para bicis de todo tipo.
Foto de familia
Yamaha ofrece cuatro series diferentes de motores para bicis eléctricas. Todos ellos están instalados en posición central, es decir, en el eje del pedalier: PW-XM (85Nm), de un rendimiento superior, enfocado al MTB y 2,6Kg de peso; PW-X3 (85Nm), el más novedoso, también enfocado al ciclismo de montaña y el más compacto y ligero de todo el catálogo con 2,75Kg; PWseries S2 (75Nm), que tampoco alcanza los tres kilos de peso y es polivalente y enfocado al ciclismo más trail y sport; y por último los PWseries C2 (55Nm), con tres kilos de peso y muy versátil, el más urbano y cicloturista de Yamaha pero que se nos antoja perfecto casi en cualquier bicicleta. Por eso, entre otras cosas, lo hemos elegido como protagonista de este test, en este caso instalado en una espléndida Rockrider E-ACTV 500.
El motor (con 250W y con asistencia hasta los 25km/h) es la evolución natural de una de sus unidades más vendidas, de nombre PW-CE. Con la actualización Yamaha ha implementado, con aún mayor acierto, mejoras en el diseño y en el control electrónico, consiguiendo avances evidentes en características tan importantes como la aceleración, el tacto, el empuje y el silencio. Veámoslas detenidamente.
Motor Yamaha PWseries C2 en el interior de la Rockrider E-ACTV 500
Que un motor eléctrico esté integrado correctamente en el cuadro de una bicicleta de pedaleo asistido no es una tarea menor. Los esfuerzos de diseño conllevan muchas horas de trabajo y desvelo de multitud de mecánicos e ingenieros.
En el caso de la Rockrider E-ACTV 500, han dado con la fórmula mágica. Esta bici urbana y de trekking es un modelo que Decathlon incorporó hace menos de un año a su catálogo.
La carcasa del motor ha sido diseñada para ser la continuación natural del cuadro y sólo notamos un cambio de color entre el aluminio de la bici y el motor Yamaha. Consigue que el aspecto del conjunto tenga uniformidad y enlaza correctamente con el tren trasero y las vainas. Un diez para este punto, ciertamente, aunque nos hubiera encantado que la carcasa del motor fuera del mismo color que el cuadro. Habría sido de matrícula de honor. Pero por mucho que hablemos de un motor y sus características técnicas o físicas, lo único que realmente tiene valor es la sensación que produce cuando lo usamos para pedalear.
Al ser central, el motor también contribuye casi sin querer a un mejor equilibrio general de la bici, haciendo más fáciles gestos tan sencillos como caminar con ella mientras salimos de la tienda, incluso apagada. Es como empujar una bicicleta convencional, lo que se traduce en una maniobrabilidad efectiva, ágil. Algo muy importante a la hora de manejar la bici en parado, para aparcarla o guardarla en casa, por ejemplo, pero, sobre todo, cuando nos subimos a ella. Nos da un control mucho más preciso de la bici y esto siempre beneficia a nuestra seguridad.
Al encender el motor y empezar con las primeras pedaladas todo cambia. Vemos que la asistencia es inmediata, milimétrica. Casi no es necesario ni que gire la biela. Yamaha nota cuándo estamos ejerciendo presión sobre el pedal para que su motor nos diga “aquí estoy preparado”. Y, muy importante, también sabe cuánto, es decir, la bici no sale disparada como un cohete cuando pisamos los pedales, sino que entrega su asistencia con la intensidad que realmente necesitamos a cada momento. Es vital para nuestra seguridad que la bicicleta y su motor no tomen decisiones que no queremos tomar. Este tipo de cosas son las que hacen que nos demos cuenta de que no estamos ante un motor cualquiera.
Yamaha entrega cinco modos de asistencia en su PWseries C2: apagado, Eco+, Eco, Estándar y Alto. De cualquier modo, en el display que Decathlon ha instalado en la E-ACTV 500 vemos sólo los números del 0 al 4 junto a un rayo. Nos gusta lo sencillo en las pantallas de las bicicletas eléctricas. Nos evita distracciones innecesarias.
Hay también un útil sexto modo de asistencia: el "Walk Assist" o "Walk Mode". Una leve ayuda al alcance de un botón para que podamos empujarla cuesta arriba sin tener que hacer esfuerzo alguno. Esto es especialmente útil cuando tenemos la bici cargada con alforjas, una sillita de bebé o tirando de un remolque con dos niños y tenemos que ir por una zona peatonal y cuesta arriba, o cuando subimos la rampa de, por ejemplo, un garaje. Una característica que empieza a incluirse en muchas e-bikes y nosotros aplaudimos.
Silencio, se rueda
Al principio no nos damos cuenta. El sonido del tráfico a nuestro alrededor no nos permite fijarnos en una de las principales virtudes del Yamaha PWseries C2: el silencio. Según van pasando los kilómetros y nos alejamos de los grandes focos de ruido, el motor continúa sin hacer zumbido alguno, y, si lo hace, es menor que el ruido del aire en nuestra cara. Nos inclinamos todo lo que podemos para acercar nuestros oídos al eje del pedalier mientras pedaleamos. Nada. Todo es suavidad. Todo es sigilo.
El rendimiento y el empuje son constantes, sin tirones ni brusquedades. Vamos cambiando los modos de asistencia para intentar buscarle las cosquillas, pero no lo conseguimos. Los modos ejercen la asistencia prometida en cada uno de ellos. En el modo ‘1’, se amplía tu fuerza un 70%, en el modo ‘2’ hasta 150%, en el ‘3’ un 220% y el modo ‘4’ llegará a sumarle a tu pedalada un 280% más de potencia. Pura vitamina.
La aceleración también resulta natural. Cuanto más apretamos nosotros, más reacciona el motor Yamaha y nuestra bici empieza a volar con toda suavidad, pero con firmeza, dándonos un punto de fiabilidad que agradecemos. Confiamos en ella. Desde el primer momento. Una sensación que consideramos imprescindible tanto en ciudad como en viajes por caminos cicloturistas. Necesitamos poder entregar nuestra seguridad al vehículo en el que nos subimos.
Cuerpo a tierra
Tanto la bici como su motor están enfocados principalmente a un uso urbano, pero sabemos que de vez en cuando a todos nos gusta salir el fin de semana y meternos por algún camino, así que no podemos dejar pasar esta oportunidad sin saber cómo reaccionará el Yamaha si lo metemos por tierra unos cuantos kilómetros.
Y es lo que esperábamos. La asistencia está al nivel de Yamaha. Una respuesta inmediata de un motor se nos antoja aún más importante en entornos no urbanos, en los que tenemos que ser un poco más técnicos a la hora de evitar baches o tomar decisiones inesperadas. Nos volvemos a fiar de él y es algo que valoramos altamente.
Eficiente
A pesar de las idas y venidas, del cambio constante de niveles de asistencia y del firme por el que rodamos, vemos que el motor no le ha exigido demasiado a la batería de 504Wh que incluye nuestra bici (y que, por cierto, podemos extraer sin ningún esfuerzo para recargarla con todavía más comodidad).
Tras realizar los primeros 20Km aun conservamos un 80% de carga. Las cuentas son fáciles: pidiéndole el máximo a la bici, vemos que tenemos unos 100 kilómetros reales de autonomía. Imagínate si nos esforzamos un poquito en ahorrar poniendo algo de pedaleo por nuestra parte. En definitiva, más que suficiente, porque pocas veces superamos en nuestras rutas los 100 kilómetros.
Prueba del motor Yamaha PWseries C2 en una Rockrider E-ACTV 500
Un rendimiento notable en todo tipo de situaciones. También desde parado. Es eficiente, ligero, suave, silencioso y se integra a la perfección en bicicletas de todo tipo. El motor Yamaha PWseries C2 responde de forma brillante en la Rockrider E-ACTV 500, pero estamos convencidos de que lo hará de la misma manera en cualquier otra bicicleta. Fiable y seguro, ofrece una asistencia natural sin tirones ni sustos. Una gran elección para el corazón de una e-bike. Pasa con nota nuestro examen.
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Estética
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Asistencia
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Silencio
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Peso
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Potencia
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Relación calidad/precio