Como con todo, hay bicicletas que, quizá, a primera vista no terminan de expresar toda su belleza, posibilidades o, simplemente, personalidad. Modelos en los que hay que detenerse, recorrerlas y, cuando es posible, probarlas. Es entonces cuando lo que parece una máquina se transforma en un ser vivo. Que respira. Y, en algunos casos, repleto de fuerza. Algo de todo esto pasa, o me ha pasado al menos, con la Winora Radius Tour, un modelo que lleva varios años en el mercado pero que, ahora incorpora pequeños cambios (un nuevo motor, por ejemplo), que hacen lo que resultaba notable en sobresaliente.
Durante casi diez semanas nos hemos subido, a diario, en esta Winora Radius Tour. Una bicicleta de tamaño contenido, con un magnético color negro y, para colmo, equipada con distintos accesorios facilitados por la distribuidora Comet que completaba un conjunto, en una palabra, impecable. Con la Radius Tour hemos hecho recados, hasta hemos grabado vídeos (lo tenéis, sin ir más lejos, en este test, obra de Javier Gadea y, en definitiva, hemos pedaleado durante muchas horas y kilómetros. El resultado, la suma de todas estas sensaciones… en los próximos párrafos.
Pequeña pero ambiciosa
La Winora Radius Tour de 2021 conserva muchas de sus características pero, probablemente, su cambio más reseñable es el del motor. El modelo de este año equipa un Yamaha PW-ST, en lugar del Bosch de anteriores generaciones. El Yamaha PW-ST es, por supuesto, utilizado en multitud de eléctricas de gama alta, y sin ir más lejos es el corazón de abundantes máquinas del grupo Accell, bien se llamen Haibike, Lapierre o, en este caso, Winora.
A simple vista, y llama todavía más la atención en un modelo de tamaño pequeño como es esta Radius Tour, el Yamaha PW-ST tiene un tamaño muy reducido. Distintas partes del conjunto, como la carcasa, han sido diseñadas para ocupar el mínimo espacio, y el resultado es un motor compacto y, por cierto, con un diseño tan atractivo como deportivo. Pero eso no es lo más importante, sino su baja rumorosidad o, claro, rendimiento. Según la propia Yamaha, se trata de un motor “que mantiene la sencillez para que pueda ser usado por cualquiera”, y cuya adaptabilidad “permite al software modular la entrega de potencia. Combinando potencia con control estable, esta tecnología facilita al ciclista arrancar con confianza en mitad de una cuesta empinada”. Como es evidente, este motor nos ofrece asistencia hasta los 25km/h, momento en el que, por motivos legales, se corta dicha asistencia eléctrica.
Yendo entonces al conjunto de la bicicleta, la suma de ese motor y su asistencia eléctrica, la batería (en este caso una Yamaha Lithium Ion 500Wh, de la que hablaremos después) y el resto de elementos de una bicicleta convencional dan como resultado un modelo equilibrado, que permite un uso intensivo y que, y aquí adelantamos algunas de las conclusiones, parece ideal para personas que quieran desplazarse durante muchos años, y kilómetros, en una máquina fiable, divertida y muy aconsejable para casi cualquiera.
Y decimos casi porque otra de sus virtudes es su adaptabilidad y ambición. Porque la Radius no es, desde luego, una plegable (su peso es elevado, y apenas pueden plegarse sus pedales y manillar), pero está llena de detalles que facilitan la vida ciclista en la ciudad. El manillar es ajustable (el sillín, por supuesto, también). Tiene múltiples elementos en el cuadro para engancharle mochilas, alforjas, cestas, además de un transportín trasero muy robusto. Luces delantera y trasera. Un largo listado de accesorios que, sin duda, se agradecen en nuestro rodar.
Rodando
Para rodar, precisamente, la Radius Tour cuenta con unas Schwalbe Big Ben de 20 pulgadas. Sobre todo las hemos usado por asfalto en buenas condiciones, y es cierto que su tamaño no permite enormes alegrías fuera de la carretera. Pero, sobre esta, las sensaciones son siempre positivas. El dibujo permite un agarre muy bueno para un vehículo que a su peso propio puede llegar a añadir 130 kilos más (sumándole el peso del ciclista, equipamiento extra, alforjas cargadas, etc., etc.). Tienen una línea lateral reflectante que nunca está de más en un vehículo con el que vamos a desplazarnos de noche y cruzaremos miles de intersecciones. Tienen suficiente balón para cargar con el peso mencionado y, al menos en nuestro test, no tener el más mínimo percance.
Son muchos más los elementos que juegan en nuestras sensaciones rodantes, pero es evidente que toca ahora hablar también del cuadro. Se trata del Winora aluminum 6061, que integra el motor en el centro y en la parte inferior, ayudando así a que el reparto de pesos ofrezca el mejor equilibrio. Respecto al cuadro, quizá a muchos no le parezca que cuenta con el diseño más bonito y fino del mundo, pero a cambio sus creadores ofrecen abundantes tubos que permiten manipular la bicicleta (agarrándola con comodidad en caso de tener que levantarla) o cargarla con alforjas o complementos casi en cualquiera de sus zonas. Como hemos dicho mil veces, en este tipo de bicicletas no se prioriza la pureza de líneas o el atractivo a primera vista, sino la practicidad que nos exige en convertirla en nuestro medio de transporte cotidiano pero, también en este caso, emprender alguna aventura más lejana para la que debemos transportar equipaje. Tanto por solidez como por ergonomía, la Winora Radius Tour destaca notablemente, y nos parece una de las bicicletas más prácticas que ofrece ahora mismo esta gama del mercado.
La Winora Radius Tour destaca tanto por su solidez como por su ergonomía.
Para concluir con esos razonamientos a mitad de camino entre lo estético y lo práctico, evidenciar que quizá la disposición de su batería, anclada en el tubo diagonal del cuadro, tampoco es lo más elegante del diseño, pero es una solución probada hasta la extenuación, que muestra un compromiso otra vez por la comodidad y la belleza (es muy fácil quitar y poner la batería, su ubicación contribuye a un buen reparto de pesos, y el color completamente negro ayuda a “disimularla” en el conjunto).
A los mandos, la primera sensación es la de llevar una bicicleta pequeña… con muchas cosas alrededor. Por supuesto, en la parte izquierda del manillar, encontramos el clásico display (en este caso un Yamaha Side Switch de 1,9” LCD) para recibir información del rodar (velocidad a la que circulamos, distancia total y parcial recorrida) y del sistema eléctrico (nivel de la batería o nivel de asistencia seleccionado) Junto a dicho display está el controlador de la asistencia (a elegir entre distintos niveles, desde el clásico ECO al más potente, TURBO) y, debajo, tres botones: el primero es el habitual Walk (que “empuja” la bicicleta durante unos breves segundos para ayudarnos, caminando, a subir por ejemplo una cuesta o rampa de un garaje), el de apagar y encender las luces y un tercero que conecta o desconecta el sistema eléctrico.
En cuanto al manillar, puede ajustarse su altura. Es un detalle importante y que, por ejemplo, permite vender la bicicleta en un solo tamaño, ya que jugando con la altura del sillín y del manillar no nos costará encontrar la posición más cómoda y segura a casi cualquiera. En el centro del manillar está la luz delantera (un Trelock Airflow de 70 lúmenes) y, en su parte derecha, la maneta de cambio, un Shimano Nexus de ocho velocidades. El conjunto es adecuado para la ciudad, permite una buena manejabilidad y transmite un tacto resistente. Los puños XLC Endorfin no tienen reposamanos (serían bienvenidos, considerando que vamos a pasar muchas horas ahí apoyados), pero son agradables. Y, respecto a los frenos, ambas manetas son Shimano MT400, conectadas a los frenos de disco Shimano RT30-S. Para terminar con el manillar, insistir en el hecho de que puede girarse en ángulo recto, un detalle muy, muy interesante que nos permite meter la parte frontal de la bicicleta en espacios más reducidos, disminuyendo al guardarla su anchura, y que se complementa con la posibilidad de, también muy fácilmente, plegar ambos pedales para conseguir lo mismo.
Empuje y disfrute
Todo esto repercute en que cada desplazamiento a los mandos de la Radius Tour es muy placentero. Las marchas son fáciles de cambiar, los frenos responden a la perfección, el comportamiento de la bicicleta es, pese a su peso y tamaño de ruedas, muy noble, y el sillín Selle Royal Arco cumple su trabajo con la máxima eficiencia, ya que por muchos kilómetros y horas que pasemos sentados sobre él apenas notamos molestia. Como curiosidad, destacar también la cadena: está "envuelta" en una goma que evita que nos manchemos con ella y que, ya de paso, la protege también de la suciedad. Una solución intermedia, y más barata, a la de otras bicicletas que incorporan correa en lugar de cadena.
En marcha, la Radius tiene buen aplomo en línea recta y a altas velocidades, pero todavía se disfruta más cuando callejeamos con ella por la ciudad o nos movemos con agilidad por el tráfico urbano. Ahí, las Schwalbe se manejan con soltura, el reducido tamaño de toda la bicicleta nos invita a aprovechar nuestras ventajas y, muy importante, la potencia del motor nos sirve para devorar kilómetros y trayectos con el máximo placer. Lo más probable es que viajemos bastante erguidos (insistimos: jugando con la altura del sillín y el manillar podemos elegir la postura a nuestro gusto), lo que nos permitirá tener una muy buena vista de todo lo que sucede a nuestro alrededor (una buena dosis extra de seguridad).
Mientras, y gracias a ese Yamaha PW-ST, elegiremos el esfuerzo que queremos realizar. Sin asistencia, superior al de una bicicleta normal debido al peso superior, por lo que el ejercicio y el esfuerzo máximo también están aquí admitidos. Pero, en cuanto optemos por aprovecha esa ayuda eléctrica (que es, a la postre, también por lo que hemos elegido esta máquina), nuestras piernas contarán con una carga enorme de potencia. Son 70Nm de Torque con los que volaremos hasta en la cuesta más dura, que nos permitirán salir a buena velocidad de los semáforos y, gracias a la excelente pareja que realizan con el cambio de ocho velocidades, resolver cualquier reto del rodar cotidiano.
Con un precio recomendado de 2.999€, la Winora Radius Tour nos parece una estupenda máquina para un uso intensivo y cotidiano.
En resumen: quien adquiera la Winora Radius Tour obtendrá, por un precio de 2.999€, una estupenda máquina para el día a día en la ciudad. Su aspecto nos parece atractivo. Cada uno de sus componentes evidencia cuidado, experiencia y calidad. Insistimos: en muchos kilómetros hemos rodado a tope sin ningún desperfecto. Es una bici silenciosa en la que, incluso, podemos emprender alguna aventura de larga distancia y excursión por vías sin asfaltar. Y, lo que más nos ha gustado, hablamos de una bicicleta con enormes posibilidades de personalización, una estupenda base sobre la que, en función de nuestras necesidades, construir un vehículo perfecto. ¿Quién da más?