Emilia Romagna es la región donde nació Marco Pantani, ganador del Giro de Italia y del Tour de Francia en 1998.
Quizá sea eso lo que hay detrás de tanta cultura ciclista en toda la zona, pero lo cierto es que, además de un uso deportivo tremendamente extendido en toda la región, las calles de sus pequeñas localidades, muchas de ellas con tráfico restringido y con un ambiente vacacional muy atractivo, están repletas de personas yendo en bici de un lado a otro: a la playa, a tomar algo, a la compra, desplazamientos laborales… da igual. Todo el mundo va en bici sin importar edad o condición física.
El lema que suelen usar es 'La tierra italiana de la dolce vita', con eso lo decimos todo.
No es una región exclusivamente costera. Emilia Romagna comprende desde los montes Apeninos hasta el río Po y la población más importante es la ciudad de Bolonia, con un alto porcentaje de ciclismo urbano, es de interior. Además presume de ser la región con mayor cantidad de carriles bici y rutas exclusivamente ciclistas de todo el país. Cerca de 8.000 kilómetros dedicados a la bici sólo en Emilia Romagna con itinerarios pegados al mar o rutas de montaña por los Apeninos.
Hoteles ciclistas
Prácticamente todos los negocios cuentan con aparcabicis y llama especialmente la atención que todos los hoteles cuenten con una “bike room” accesible sólo con la llave de la habitación, donde guardar cascos, alforjas, zapatillas y, por supuesto, bicis. Cuentan con un pequeño servicio de auto taller y seguridad las 24 horas.
Por supuesto son comprensivos a más no poder y también son conscientes del “no sin mi bici” así que, si tienes mucho cariño a “tu flaca” y no piensas ni por un momento dejarla en un lugar que no sea a tu lado, por mucha seguridad que haya, si te la quieres subir a la habitación contigo, no tendrás problema alguno. De hecho, es bastante común que, al abrirse las puertas del ascensor, aparezca un ciclista con su bici en caballito. Como en casa.
Dar buena atención al cicloturista es un servicio más: como el desayuno, una almohada mullida o información turística.
No es por capricho ni tampoco tiene la intención de atraer a un huésped ciclista. Es sencillamente porque lo demandan los clientes. Un servicio más, como el del desayuno, una almohada más mullida, información turística o el servicio de habitaciones, cosas que el visitante de la zona seguramente utilice.
En torno a eso, la recepción de los hoteles tiene siempre a tu disposición toda la información que puedas necesitar sobre rutas para realizar en bici por la zona, agua gratis, cargadores de bicis eléctricas… lo que te imagines, pero, insistimos, no es tanto como una labor comercial para atraer a un tipo de turismo determinado, sino porque el visitante se lo va a demandar. Es parte del encanto de la zona.
Con todas esas ventajas, la zona está plagada de rutas. De hecho, hay una ruta de 460km que conecta los pueblos más bonitos, viñedos, castillos y fortalezas uniéndolo con la lista de hoteles preparados para ciclistas. Durante la ruta es fácil encontrar puntos de auto reparación de bicis con herramientas básicas e inflador a mitad de camino, en medio de la nada. Donde hace falta.
Y, claro, un festival y una cumbre.
Por supuesto, Emilia Romagna alberga un festival de ciclisto. El Italian Bike Festival. Uno de los eventos ciclistas más relevantes del sur de Europa. 400 marcas del sector se reunieron en Misano (costa este italiana) y en donde, además de las novedades que cada marca expuso para el público en general, lo más interesante siempre ocurre detrás, donde nadie casi mira.
Este año tuvo lugar una interesantísima cumbre de periodistas, bloggeros, YouTubers, influencers, especializados en tres campos: la bici como deporte, la bici como transporte y el turismo en bici. 50 profesionales de diferentes medios de comunicación de 15 países diferentes (Suiza, Austria, Bélgica, Alemania, Rusia, República Checa, Suiza, Francia, Grecia, Italia y España) nos hemos dado cita durante tres días con el Festival como marco.
Es la primera edición del E.M.C.C. (European Media Cycling Contest), promovido por Apt Servizi Emilia-Romagna y Visit Romagna y seguramente vengan muchas más con el tiempo. Gracias a ese tipo de iniciativas hemos podido pedalear dentro del circuito de velocidad Misano World Circuit, conocer una región ciclista que nos ha enamorado y también las piadinas, una comida típica de la región que ya cuenta con la atribución de Indicación Geográfica Protegida de la Unión Europea. Por cierto, deliciosas.
La bici como reclamo turista
Eventos como el Italian Bike Festival y el E.M.C.C. tienen un fortísimo carácter empresarial y en él se dan cita personalidades de toda índole vinculadas a la bici, ya sea esta deportiva, o recreativa, estática o turística y, si de turismo hablamos, tour operadores e instituciones turísticas de todo tipo también cuentan con sus expositores dando información y generando contactos profesionales para atraer cada vez más público en bici a sus diferentes regiones.
Hace tiempo que el cicloturista dejó de ser una especie de loco solitario que viajaba con poco dinero y se echaba a dormir en cualquier lado.
Afortunadamente, hace tiempo que el cicloturista dejó de ser una especie de loco solitario que viajaba con poco dinero y se echaba a dormir en cualquier lado. El turismo en bicicleta en Europa ha demostrado ser de una enorme rentabilidad para los diferentes destinos. Grupos de viajeros del norte de Europa, con bicicletas eléctricas y con ganas de disfrutar de sus vacaciones, llegan a su destino y tienen los mismos deseos que cualquier otro turista: albergarse en un hotel con todas las comodidades, cenar en sitios elegantes, visitar todo aquello que haya que visitar y comprar, por qué no, en las tiendas de la zona alguno (o varios) caprichos para recordar su viaje.
En nuestro país, el Camino de Santiago abrió ese melón del cicloturismo y es común encontrarse con hoteles “bikefriendly” a lo largo del peregrinaje. Lo mismo: responden con naturalidad a una demanda. Ahora contamos con fuertes apuestas en toda España a favor del turismo en bici: Ciclamadrid, Eurovelo, Palencia, las Vías Verdes… y un sinfín de planes que aún están por explotar en los cajones de las diferentes administraciones y que terminarán viendo la luz tarde o temprano.
Más allá de las necesarias infraestructuras que demanda la bicicleta, es igualmente necesario generar cultura ciclista, mostrar normalidad en torno a la bici y conseguir que tu ciudad organice eventos ciclistas, ya sean festivales de cine, conciertos, charlas, ponencias, ferias o cualquier otra cosa que sea capaz de reunir a todos los ciudadanos que van o quieren ir en bici, y sentarles frente a instituciones y empresas que son quienes, a fin de cuentas, pueden dinamizar y acelerar el cambio de una región normal a un paraíso ciclista como Emilia Romagna.