En Berlín el ciclismo urbano es ya toda una religión, y él es, sin duda, uno de sus profetas: hablamos con Fares Gabriel Hadid, director de la Berliner Fahrradschau (tres días de exposición en torno al ciclismo) y la Berlin Bicycle Week, y responsable también de la Wiener Fahrradschau, cuya primera edición se celebra a partir de este viernes en Viena. Ex músico, abogado y especialista en moda, Hadid es, además, un fanático del ciclismo y de los ciclistas.
¿Cómo definirías la Berliner Fahrradschau?
Es el mayor espectáculo del mundo de estilo de vida ciclista. Fue creada hace ocho años por, y para, amantes de la bicicleta. Queríamos centrarnos en el ciclismo urbano, pero yendo más allá de la escena de los mensajeros y facilitando a las nuevas marcas una plataforma para darse a conocer.
¿Cómo ha evolucionado el evento?
Cada año ha duplicado su tamaño y, desde 2015, lo enmarcamos en un show más grande que es la Berlin Bicycle Week, un festival de toda una semana en torno a al cultura ciclista. Este crecimiento nos permite ofrecer una mirada más amplia sobre todas las disciplinas ciclistas, siempre desde un punto de vista internacional e incluyendo desde marcas pequeñas a gigantes como Specialized, Giant, Canyon o Cannondale.
El tamaño de los stands está entre los 14 y los 5 metros: así pueden convivir mejor grandes y pequeñas marcas
¿Qué diferencia a la Berliner Fahrradschau de otros eventos similares?
Por ejemplo, el límite de espacio para cada expositor. Aquí tienen que adaptarse: el máximo son 14 metros cuadrados, y el mínimo 5. Eso nos permite que, más allá de su presupuesto, las marcas compartan espacio y protagonismo, por lo que las más pequeñas se aprovechan del tirón de las más grandes y éstas pueden recibir influencias y frescura de los recién llegados al negocio.
¿Cómo empezó tu relación con la bicicleta?
Desde siempre he ido en bici… Siempre he amado la libertad que ofrece la bicicleta, el poder ir a cualquier lugar sobre ella, la manera en que te conecta con la naturaleza. Pedalear es como meditar, como ir a terapia.
¿Por qué creaste un evento y no una marca de bicis o de accesorios?
Trabajé durante mucho tiempo en el sector de las ferias… Fui director de ventas de Bread and Butter, la mayor feria de marcas urbanas que se organizaba en Berlín y Barcelona. Fue allí donde me di cuenta de que la moda y el ciclismo urbano tenían muchos puntos en común.
En Alemania ya existía, por ejemplo, Eurobike… ¿Por qué hacer algo nuevo, y cómo hacerlo único y diferente?
Las ferias de ciclismo a las que iba tenían stands horribles, mala comida… Nosotros queríamos ofrecer un concepto nuevo, crear una especie de club privado en el que los miembros fuésemos amantes del ciclismo. Como queremos seguir siendo especiales, únicos, tampoco queremos que la feria crezca en tamaño, y por eso preferimos expandir la misma filosofía a otros lugares como Viena.
“Las ferias de ciclismo tenían stands horribles y mala comida, y queríamos ofrecer un concepto nuevo, una especie de club privado”
Este viernes empieza, en efecto, la Wiener Fahrradshau, que traslada el evento a la capital austriaca. ¿Por qué allí?
Viena es un lugar muy especial: para muchos, es la ciudad con más calidad de vida del mundo. En parte es por su gran infraestructura ciclista, y hay mucha gente allí que ama las bicicletas y les gusta gastar su dinero en ellas. Pero, sobre todo, elegimos Viena porque es una ciudad fascinante, llena de lugares maravillosos en los que pedalear y dónde además contábamos con la colaboración de In Velo Veritas, un grupo de gente fantástica acostumbrada a crear maravillosos eventos ciclistas.
Hablas de cambiar y la distribución de los stands, darle más protagonismo a la bicicleta urbana… ¿Cómo ha calado este mensaje en una industria tan, a veces, conservadora como la de la bicicleta?
Más que conservadora la definiría como “cuidadosa”… Y, en efecto, tuvimos que convencerles de que el mercado está cambiando, de que cambiará todavía más, y de que nosotros les ofrecíamos una plataforma perfecta para transmitir al consumidor final sus mensajes y filosofía de marca.
¿No es el ciclismo urbano, para muchas marcas, un mercado todavía “menor” respecto a la montaña o la carretera?
No lo creo. La venta de bicicletas urbanas eléctricas está creciendo rápidamente, y ciudades como Barcelona están llenas de nuevas tiendas centradas en el ciclismo urbano. Debemos ser conscientes de que el ciclismo urbano es un sector que crece en todo el mundo, y que está muy ligado a otras tendencias en auge como la comida orgánica, la preocupación por llevar una vida más saludable o preocuparnos por la sostenibilidad o mejorar nuestro entorno.
Primero Berlín, después Viena… ¿La próxima parada será España?
Estamos pensándolo muy en serio, y ya hemos empezado a conversar con distintos actores del sector para, en un futuro no muy lejano, tener también un show en vuestro país.