Es uno de los milagros de Internet: poder ver, recuperar, descubrir hazañas casi ilimitadas. Una de ellas es la retratada por …Y llegamos a París, un modesto pero adorable documental que narra la historia de los diez primeros ciclistas colombianos que participaron en el Tour de Francia.
Fue en 1983. Eran los días en los que dominaba el francés Bernard Hinault, asombraban holandeses como Joop Zoetemelk , Johan Van der Velde o Peter Winnen y empezaba a prometer el español Pedro Delgado. Era otra carrera a la de ahora: aunque ya se significaba como la gran prueba por etapas, el Tour seguía teniendo ecos de misterio, sorpresas, aventura.
Ahí aterrizaron, por primera vez, los colombianos en 1983. Fue un Tour histórico: se permitió participar a los ciclistas aficionados que ya llevaban tiempo despuntando en el Tour del Porvenir, lo que abrió las puertas a los colombianos, famosos por su habilidad subiendo puertos. De los 140 participantes, 10 eran colombianos, nombres históricos como Patrocinio Jiménez, Edgar Corredor. “Los escarabajos harán sangre en las montañas”, anticipaba el periodista español Javier Dalmases antes de comenzar la carrera, “pero pueden igualmente hacerse sangre en el pavé”.
Del pavé a la panela: la pasión de Colombia por el ciclismo y la vida están presentes en el documental
El pavé (las carreteras secundarias de piedras que, entonces, contribuían a hacer todavía más indómito, duro y devastador el Tour) o la panela (el azúcar sin refinar que los colombianos tomaban, su poción “mágica”) tienen, por supuesto, su sitio en …Y llegamos a París. Muchos de los héroes protagonistas cuentan su experiencia en ese primer Tour, donde por supuesto también se menciona a los grandes escaladores de entonces, Van Impe, Arroyo, Fignon. “Lo que ganábamos subiendo lo perdíamos bajando”, recuerda alguno de los protagonistas, que también resume lo que realmente les animaba a competir: “Era todo por amor y berraquera”, es decir, por valentía y coraje, no por dinero.
Sólo 5 de esos 10 corredores terminaron ese Tour de 1983. En 1984, ya sin pavé, las expectativas eran mayores: participó por primera vez Lucho Herrera, que se impuso en la etapa de Alpe d’Huez “flotando” sobre su montura, con su maillot de Pilas Varta y piropos de la siempre exigente prensa gala, que le definió como “el hijo de la montaña”.
Después, la historia más conocida. La llegada como patrocinador de Café de Colombia, el legendario final de etapa con Parra escoltado por Herrera en el 85, el primer maillot amarillo para un colombiano, que fue para Víctor Hugo Peña, la desgracia de Mauricio Soler… Emociones que, incluso, desbordan a los participantes en el documental, que termina recorriendo la participación colombiana en el Tour hasta la edición del centenario, en 2013. También, por supuesto, reflexiona sobre cómo aquellos nombres históricos dejaron su semilla, que terminó germinando en los iconos actuales.
Periodistas como Pablo Arbeláez, José Clopatofsky o Rubén Darío Arcila, técnicos como Raúl Mesa… El documental de Rafael Pinaud Velasco no sólo nos muestra a ciclistas, sino también a otros nombres históricos de la cultura, del deporte, de la pasión colombiana por la bicicleta. Breve (apenas 52 minutos) y, desde luego, imprescindible.