Xavier Corominas es una de esas personas que, de no existir, habría que inventarlas. Exalcalde de Salt (Girona) y ciclista empedernido -“no tengo coche desde 2012, y vivo muy bien”, asegura- ha recorrido el planeta en bicicleta, siempre con su paellera a cuestas para hacer un buen arroz allí donde vaya. Y lo ha contado en dos libros. El primero, Cuaderno de viaje, sobre sus aventuras pedaleando en solitario desde Catalunya a Japón. En el segundo, que acaba de ver la luz, hace lo propio con Australia, Nueva Zelanda y Bali, pero en pareja. El título, Del amor y otros viajes, *ya da una pista: *el amor surgió precisamente pedaleando. Dos pasiones, amor y bicicleta, que combinan a la perfección.
¿Qué le llamó más la atención de las antípodas?
Hay tantas cosas… Indonesia no tiene nada que ver con Australia y Nueva Zelanda. Bali es la única isla hindú de Indonesia, que es el país con mayor número de musulmanes del mundo. Lo más característico es que es muy, muy barato. Dormir en un resort espectacular en una playa paradisiaca con velitas y desayuno incluido te cuesta 16 euros. Y además son extremadamente amables. Australia, a pesar de ser inmensa, todo un continente, no deja de ser una isla: para salir no te queda más remedio que coger un avión. El desierto semiárido no es precisamente atractivo para viajar en bicicleta, porque hay muy pocas carreteras alternativas y mucho camión. Es peligroso. En cambio Nueva Zelanda es bastante mejor: tiene espacios increíbles, parques naturales… Lugares perfectos para la bici.
Si tuviera que quedarse con una enseñanza de este viaje, ¿cuál sería?
De este viaje en concreto me quedo con la felicidad, porque vas con una persona querida. Si además ves lugares insospechado y viajas en bicicleta, lo tienes todo.
Hemos viajado con la paellera en las alforjas: en este viaje habré hecho unas 60 paellas”
¿Hay mucha diferencia entre viajar solo y hacerlo acompañado?
No tiene nada que ver. En solitario interactúas con muchísima gente. Cuando vas en pareja lo haces menos. Aunque hay que decir que en Australia y Nueva Zelanda ha sido un descubrimiento el Warmshowers: allí hay una red espectacular. Tienen unas casas tremendas, porque les sobra el terreno, y te reciben con los brazos abiertos. Aunque en mi caso hay trampa, porque yo les decía que les cocinaba. Hemos viajado con la paellera en las alforjas y he hecho unas 60 paellas.
Se trata de pasarlo bien: para pasarlo mal mejor no embarcarse en una aventura como esta”
¿Cualquiera puede embarcarse en una aventura como la que le llevó a escribir este libro?
Yo creo que sí. Este libro es una llamada a la reivindicación de la gente que somos de la juventud avanzada. Que la gente no cierre el grifo tan pronto: hay mucha vida más allá de los 60, también en el amor. Y sí: lo puede hacer cualquiera, aunque sea con trayectos más cortos, combinando la bici con el transporte público. Se trata de pasarlo bien: para pasarlo mal mejor no embarcarse en esto. Recuerdo una anécdota muy graciosa con el padre de Iniesta, que dijo que no podía ir a ver a a su hijo porque le daba miedo volar. Le escribí diciendo que yo había llegado hasta allí sin tocar un avión. Y no hace falta que sea en bici: hay otros medios de transporte fantásticos. Hoy en día se puede ir desde Cádiz hasta Ho Chi Min en tren.
Fue alcalde de Salt. ¿Qué es lo que más disfrutó y lo que menos de su paso por la política?
Yo siempre digo que no hicimos la revolución, pero sí unas cuantas obras al servicio del ciudadano que van a perdurar en el tiempo, como la Ruta del Carrilet que luego ha continuado con el consorcio de Vías Verdes. Creo que también fueron importantes los retos que tuvieron que ver con la inmigración: llegamos a tener casi un 40% de población inmigrante, procedente de 70 nacionalidades. Y creo que lo hicimos con un resultado positivo en cuanto a integración.
Como ciclista convencido, ¿cómo cree que se están haciendo las cosas en materia de movilidad ciclista en Cataluña y el resto de España?
Hemos avanzado, pero gracias sobre todo a nosotros mismos. Exceptuando algunos ayuntamientos, creo que ha habido muy poca fe desde las instituciones. Está produciéndose un cambio muy radical con el tema de la movilidad personal, pero tenemos que intentar que sea una movilidad activa. Se tendría que promocionar mucho más la bicicleta eléctrica que los patinetes.
¿No se anima a pasarse al pedaleo asistido?
Es algo a lo que me resisto, porque creo que hasta ahora no me ha hecho ninguna falta. Sí: puede que haya bajado un poco mi ritmo: si antes iba a 20 ahora voy a 18. Pero esto no es problema si tienes tiempo. Y cuando viajas no debes tener prisa. La prisa es el enemigo de todo buen viaje.