A veces surgen ideas, proyectos y oportunidades donde menos te lo esperas. El pasado mes de noviembre, Ramiro Sobral, dueño de la tienda barcelonesa El Ciclo, ubicada en pleno barrio gótico, se dio de bruces con una oportunidad única.
“Me llamaron de un desguace”, recuerda Sobral. “Tenían muchas bicicletas que estaban a punto de ir a la fundición y me preguntaron si me interesaba empezar a trabajar con ellas. Decidí comprar un lote de 250, alquilé un local frente a la tienda y empecé a restaurarlas”.
El objetivo era claro: darles una nueva vida. “Había bicicletas de todos los tipos: de carretera, de montaña, clásicas, de paseo, infantiles..”, relata Sobral. “Me propuse resucitarlas y que salieran de nuevo a rodar a las calles de Barcelona“.
“La idea es apostar por el reciclaje en su máxima expresión”
No todas las bicicletas son recuperables, pero siempre hay algo que se puede aprovechar. “La idea es apostar por el reciclaje en su máxima expresión”, apunta Ramiro. “Las que no tengan posibilidad de salvarse, por ejemplo porque tengan el cuadro torcido o roto, siempre pueden aportar componentes que puedan ser reutilizados en otras bicicletas. Algunas requieren muchas horas de trabajo. Otras, en cambio, vienen impecables”.
Son bicicletas especiales. “No las vas a encontrar en cualquier sitio: muchas te hacen viajar a otra época”, asegura Ramiro. “Además, tienen un componente de personalización que las hace únicas. Cuando alguien se compra una bici de alta gama no le cambia nada. Sin embargo, con estas es fácil que te animes a cambiar el manillar, el sillín…”
El precio de las bicis restauradas oscila entre los 60 y los 120 euros
Una vez restauradas, las bicicletas tienen un precio más que razonable. “Desde los 60 euros hasta los 120 como máximo”, cuenta Ramiro. “Lo importante es que tengan una nueva vida”. Y es que, para el dueño de El Ciclo, existe mucha gente para la que prima la funcionalidad sobre la estética. “Muchos ciudadanos no se preocupan de tener una bicicleta que sea el último modelo del mercado: sólo les importa que sea un vehículo que les transporte de un lugar a otro”.
Hacerse con una de estas bicicletas soluciona, en parte, otro problema acuciante: el de los robo. “Son bicicletas que puedes dejar atadas a cualquier aparcabicis: dado que su precio es barato, el miedo a sufrir un robo es menor”, cuenta Sobral. Aun así, en su labor de reciclaje también ha incluido viejos candados a los que se le pone un nuevo cierre, de cara a que cualquiera pueda permitirse un buen candado.
La iniciativa de Ramiro Sobral -que ya nos sorprendió en su día con sus espectaculares lámparas fabricadas con materiales reciclados- es la prueba perfecta de que más bicis hacen mejores ciudades. Y de que el espíritu de la reutilización y la sostenibilidad sigue caracterizando al ciclista urbano concienciado en materia medioambiental. De cara al futuro, la idea de Ramiro es “ir contactando con otros proveedores y darle continuidad al proyecto”. Estaremos aquí para contarlo: si quieres todavía más información, aquí tienes la web de El Ciclo con todo lo que necesitas saber.