Cultura ciclista

Turquía: perla ciclista EuroVelo

90.000 kilómetros: esa es la distancia que, según los últimos cálculos, ofrece la red EuroVelo. Una infinita cantidad de experiencias, aventuras y placeres para pedalear, distribuidos por 19 rutas que cruzan nuestro continente. EuroVelo, quizá el proyecto de turismo sostenible más ambicioso de la Unión Europea llega a Esmirna, la tercera ciudad de Turquía. Viajamos hasta allí para conocer los paisajes deslumbrantes y joyas históricas que podemos descubrir con nuestras bicis.

EuroVelo: un proyecto tan mágico como aún desconocido. Un sueño a veces interrumpido por la falta de sensibilidad de algunos. Pero, sin lugar a dudas, una idea fascinante, capaz de consolidarse como una opción ideal para recorrer el Viejo Continente. Coordinada desde Bruselas por la European Cyclists Federation (ECF) en colaboración con los Coordinadores y Centros de Coordinación de EuroVelo (C/CCEV) de cada país, EuroVelo llega a otra zona de Turquía, un país imprescindible y que, con la calma y la humanidad que aporta la bicicleta, puede transformarse en un paraíso.

De Cádiz a Atenas

Escribimos esto desde Esmirna, tras Estambul y Anatolia la tercera ciudad del país. Es aquí, en la llamada “Perla del Egeo”, por donde pasará EuroVelo 8, la deliciosa ruta mediterránea que a través de 7.500 kilómetros (incluyendo los 500 adicionales que recorrerán esta zona) serpentea desde Cádiz hasta Atenas y por los que los ciclistas atravesarán la Europa más antigua y fascinante.

Será la segunda ruta EuroVelo que llegue a Turquía (la primera fue EuroVelo 13, la del ‘Sendero del Telón de Acero’, que discurre junto a la frontera con Bulgaria) y nos permitirá contemplar las maravillas de Esmirna. Son abundantes: paseos salpicados por el agua y la brisa del Mar Egeo (el mar del Mediterráneo comprendido entre Grecia y Turquía), conocer el imponente Ágora (el sitio arqueológico mejor conservado de la ciudad, huella indeleble del paso del Imperio Romano), las ruinas de Éfeso (Patrimonio Mundial desde 2015) y las de Pérgamo (que guardan los vestigios del espectacular templo de Trajano y la que fue la segunda biblioteca más importante de la Antigüedad detrás de la de Alejandría) o, puestos a pedalear, acercarnos hasta Birgi, un ensoñador pueblecito que la Organización Mundial del Turismo destacó, en 2022, como uno de los más bonitos de Europa.

“La llegada de EuroVelo es una gran noticia para Esmirna”, nos cuenta el alcalde de la ciudad, Tunç Soyer. “Contribuirá al desarrollo de la infraestructura, mejorará la cultura ciclista local y convertirá la ciudad en un destino cicloturista. Quienes lleguen hasta aquí no sólo descubrirán una ciudad con más de 3.000 años de historia: también degustarán atractivos pueblos costeros, la variedad de la gastronomía local, las playas, la arquitectura y las texturas de aquí. Cicloturistas… ¡nos alegrará mucho teneros como nuestros invitados!”

Una aventura total

¿Gastronomía? ¿Ha hablado el alcalde Soyer de gastronomía? Es lógico, porque la cocina aquí merece un capítulo aparte. Sabido es que el cicloturismo implica un considerable gasto de energía, y es necesario satisfacerlo alimentándonos bien. En pocos lugares es tan sencillo (y suculento) lograrlo como por aquí. Hemos probado manjares que recomendamos con euforia: el ciğ köfte, una mezcla de carne cruda de cordero o ternera, bulgur (trigo partido), especias y verduras frescas envuelta en una masa muy, muy suave y que se sirve con lechuga fresca y limón.

También se nos hace la boca agua pensando en el menemen, huevos cocinados con tomates, cebolla, pimientos y especias, servido con un trozo de pan crujiente y que los turcos suelen tomar en el desayuno. Y, claro, no hay que pasar por alto las köfte, esas albóndigas de carne picada de cordero o ternera que se mezclan con pan rallado, cebolla, huevo y especias, se cocinan en una parrilla o asador y se sirven con ensalada, arroz blanco y pan. Un auténtico manjar.

Cada mañana del viaje experimentamos también los placeres de un buen desayuno típico de Esmirna (o, como la llaman los turcos, Izmir) con el obligatorio simit, un pan redondo cubierto de sésamo que se come con queso feta, aceitunas y tomates y es bueno acompañar con té turco. Los dulces son otra tentación, y en este caso me quedo con las célebres baklavas: es difícil resistirse a estas pegajosas delicias, preparadas con capas finas de masa phyllo (hojaldre) y rellenas de nueces trituradas, miel y jarabe de azúcar.

Y para cerrar las comidas, antes de pedalear, el café turco. Se prepara con un grano que da como resultado el arábigo molido, muy parecido a la harina, una infusión muy concentrada servida en tazas pequeñas sin asa, y con azúcar a tu elección. ¿Algo más de magia? Aquí va una buena dosis: en muchos lugares, al terminar de beber el café, es fácil encontrar a gente que se ofrece a leer su borra, el residuo que queda una vez filtrado, para pronosticarte el futuro.

Entre las más deseadas

Con la llegada de este nuevo tramo, EuroVelo 8 atravesará doce países (Turquía, Francia, Mónaco, Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Montenegro, Albania, Grecia, España y Chipre) y 23 ciudades Patrimonio Mundial. El evento al que asistimos en Esmirna, la Conferencia EuroVelo y Turismo Ciclista 2023, contó con representantes de treinta y cuatro países, periodistas, profesionales y autoridades del Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía que compartieron estrategias de promoción de esta ruta.

“Según datos de 2022, la Ruta Ciclista del Mediterráneo EuroVelo 8 es una de las más importantes”, afirma Mehmet Nuri Ersoy, Ministro de Cultura y Turismo de Turquía. “De hecho, es la segunda más transitada”. Por eso durante el encuentro hubo conferencias en torno a la ruta en sí, el desarrollo del cicloturismo y cómo la bicicleta puede aportar una nueva perspectiva al patrimonio histórico del país.

El periodista de viajes Alex Crevar, habitual colaborador de The New York Times, y Pinar Pinzuti, organizadora del Fancy Women Bike Ride, compartieron su experiencia y remarcaron la importancia de incorporar el tema en la agenda política. Algo parecido señalaron Elif Balcı Fisunoğlu, directora general en funciones de la Agencia Turca de Promoción y Desarrollo del Turismo (TGA), Jill Warren, directora ejecutiva de la Federación Europea de Ciclistas (ECF), o el ex eurodiputado alemán Michael Cramer.

Esta claro: promover la bicicleta para visitar lugares declarados como patrimonio de la humanidad es una excelente forma de reducir el impacto turístico en esas reliquias históricas. Si crece el número de cicloturistas se reduce la contaminación, se evitan los problemas de tráfico y aparcamiento y se refuerzan los vínculos con la población local. La bici ha de tener un papel clave en la industria turística del presente y del futuro, y la llegada de EuroVelo a esta zona de Turquía puede convertirse en un hito, en el capítulo inicial de una historia en la que todos los ciclistas del mundo tenemos un rol decisivo. Planifiquemos nuestros viajes teniendo en cuenta el cicloturismo: toda una garantía de disfrute y superación personal, todo una exhibición de concienciación ecológica y humana. En Ciclosfera estamos convencidos: colaboraremos para acentuar esa tendencia y por supuesto, la celebraremos siendo parte muy activa de ella.

Hoja de ruta

El tramo de EuroVelo 8 que pasa por Esmirna está disponible desde octubre de 2019. Conecta Pérgamo y Éfeso, dos ciudades de Turquía que la UNESCO ha declarado Patrimonio Mundial, y en 2024 incorporará otras “rutas temáticas” locales (Dikili-Çandarlı, Menemen Rural y Efes-Pamucak) para completar un recorrido que alcanzará los 580 kilómetros. Sumar estos nuevos destinos permitirá pasar por la Mezquita Çandarli Atik Ali Pacha, uno de los más antiguos edificios musulmanes de Turquía, construido en 1477, las preciosas playas de Pamucak, cinco kilómetros de arenas doradas y un mar ideal para los amantes del surf que están muy cerca de Selcuk, una ciudad con mucha historia y monumentos increíbles como el Templo de Artemisa, cuya construcción exigió 120 años y es considerado como una de las siete maravillas del mundo antiguo.