Islas artificiales. Hoteles de siete estrellas. El edificio más alto del mundo y un puñado de rascacielos a su alrededor que no le van a la zaga. Futuristas calles, disparatados coches, las tiendas más caras que puedas imaginar. Futuro, lujo y modernidad a un lado; comportamientos arcaicos (contra los homosexuales, las mujeres, los obreros inmigrantes) por otro.
Y en medio de todo, Dubái, una de las ciudades más importantes de los Emiratos Árabes Unidos, repleta de multimillonarios y ejemplo de crecimiento urbano masivo: de los menos de un millón de habitantes de 2000 a los casi tres millones y medio que se espera la habiten en 2030.
“Concebimos las futuras infraestructuras de movilidad de Dubái como espacios para las personas, con servicios de ocio y comunitarios”
La utopía
Rodeada por el Golfo Pérsico y el desierto, ni Dubái ni los Emiratos Árabes Unidos (sexto productor de petróleo del mundo, con unas altísimas emisiones de CO2 y donde apenas tienen protagonismo las energías renovables) son referentes de sostenibilidad climática (por mucho que el país acabe de ser escenario de la COP28, la conferencia anual sobre el clima de la ONU). Pero algo se intenta cambiar. Está, por ejemplo, la llamada Estrategia Industrial de Dubái 2030, que aspira a promover la fabricación respetuosa con el medio ambiente y combatir la desertificación. Y estudios de arquitectura locales, como URB, pretenden convertirse en un referente internacional en el desarrollo de “ciudades sostenibles”.
Uno de los planes estrellas de URB gira en torno a la bicicleta. Se llama Dubai Cycle City 2040 y quiere transformar Dubái en un referente ciclista por encima de Ámsterdam o Copenhague, sumando incluso más kilómetros de carriles bici (más de mil) que ambas en 2040.
Además del clima controlado, 'The LOOP' albergará granjas verticales, parques, zonas recreativas, servicios, oportunidades para el emprendimiento y, en resumen, actividades para interconectar los barrios
Aún hay más: según Baharash Bagherian, Director General de URB, “rediseñamos las futuras infraestructuras de movilidad de Dubái para que sean algo más que sistemas de transporte sostenible. Las concebimos como espacios para las personas, con servicios de ocio y comunitarios. Unas infraestructuras modélicas, sostenibles y agradables, más allá de las condiciones meteorológicas”.
Autopista al futuro
El proyecto tiene una gran estrella, una excelsa obra de ingeniería que sueña con hacer palidecer de envidia a los países más avanzados y parece extraída de una película de ciencia ficción: The LOOP. Una autopista ciclista con 93 kilómetros de longitud, totalmente climatizada, sostenible y que anime al 80% de la población a desplazarse andando o pedaleando. “El proyecto pretende reducir la dependencia del automóvil”, explican desde URB, “ofreciendo la mejor infraestructura e integrando en su diseño servicios esenciales.
Dubái está centrada en el automóvil y se construyó mediante un proceso de rápida urbanización y The LOOP supondría un cambio significativo. Además del clima controlado, albergará granjas verticales para asegurar los recursos alimenticios, parques, zonas recreativas, servicios, oportunidades para el emprendimiento y, en resumen, actividades para interconectar los barrios, usando la energía cinética como fuente de alimentación renovable y con sistemas de riego con agua reciclada”.
“El objetivo de The LOOP es convertir a Dubái en la ciudad más conectada del planeta a pie o en bicicleta”, asegura Baharash Bagherian. “Queremos desarrollar la primera infraestructura de movilidad activa del mundo, integrando servicios y formas de sostenibilidad que configurarán el futuro de la movilidad urbana en Dubái y más allá”, afirma este visionario. “Mientras las ciudades se apresuran a actualizar sus infraestructuras hacia modos de transporte más sostenibles”, concluye Bagherian, “el proyecto The LOOP aspira a crear un nuevo punto de referencia para la infraestructura ciclista y peatonal más inteligente del mundo”.
93 kilómetros acristalados para que pedaleemos y andemos protegidos del sol abrasador. Un suelo cinético que produciría energía al pisarlo. Plantas y estanques de agua por doquier. Gimnasios, hoteles, pistas deportivas, granjas sostenibles. Una autopista con forma de serpiente hacia el futuro y la sostenibilidad. ¿Una fantasía? ¿Un sueño? El tiempo, Dubái y los Emiratos Árabes Unidos, nos lo dirán.