“Si plantas soja recoges soja, y si plantas judías lo que tendrás son judías”. Es un proverbio coreano bastante popular, que incita a reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos y de dónde venimos. En el caso de Tannus, la marca coreana que está popularizando los neumáticos antipinchazos (están fabricados con un polímero sin aire en su interior y con unas prestaciones muy similares a las de un neumático convencional) dicho origen es tan lógico como curioso, y aspira a revolucionar el sector de las ruedas de bicicleta.
“Si hacíamos los mejores zapatos… ¿por qué no hacer las mejores ruedas, que son como zapatos para bicicletas?”
“Mi padre fundó una empresa química especializada en la fabricación de suela de zapatillas hace cuarenta años”, explica personalmente a *Ciclosfera *Young Ki Lee, Team Leader y fundador de Tannus, “y desde el primer momento hicieron un enorme esfuerzo en mejorar y desarrollar las suelas. Yo empecé a trabajar en la compañía y, viendo que contábamos con los mejores técnicos y abundante conocimiento sobre materiales, y que estábamos rodeados de bicicletas, pensamos… ¿por qué no hacer ruedas, que son los zapatos de las bicis?”
La conversación con Young Ki Lee transcurre en este Eurobike 2018, donde Tannus tiene un imponente stand repleto de novedades. El propósito de la marca fue, desde un principio momento, precisamente ese: aportar algo nuevo, revolucionario. “No queríamos ser otro fabricante más”, cuenta Young, “sino algo muy distinto, por lo que nos pusimos a probar todo tipo de cosas. Ese fue el principio de Tannus, a finales de 2003. No fue fácil… Tardamos mucho tiempo en conseguir avanzar. Años de trabajo duro, de mucha paciencia, de invertir en tecnología e I+D. Definitivamente… ¡lo que es bueno para usar en los pies no valía para que una bicicleta rodase!”
Lo que sí tuvieron claro desde el primer momento es que el propósito era evitar uno de los más frecuentes inconvenientes que sufren los ciclistas: el pinchar. “La gente ama montar en bicicleta”, cuenta el máximo responsable de Tannus, “pero odia pinchar. Así que nuestro objetivo era claro: centrarnos en eliminar el aire, resolver esa ecuación a base de tecnología. Los zapatos no suelen tener aire, así que queríamos hacer algo parecido… pero hacer un zapato es mucho más fácil que hacer una buena rueda. El estrés que tiene que soportar un neumático de bicicleta, la velocidad, es muchísimo mayor, así que teníamos que reinventarlo todo. Fallamos muchas veces, revisamos todo y una otra vez, y tuvimos que olvidar todo lo que sabíamos, todo lo que teníamos concebido”.
Fue en 2011 cuando Tannus resolvió la ecuación, y presentaron un producto acogido con entusiasmo
Por un lado, en Tannus tenían claro que los neumáticos resultantes debían ser tan estables, resistentes y ligeros como los convencionales. Pero se enfrentaban a más retos, como un sistema de enganche suficientemente seguro y sencillo como para que los usuarios se atreviesen a emplear una tecnología revolucionaria. Finalmente, en 2011 lograron resolver la ecuación: tras casi una década perfeccionaron el compuesto de polímero (llamado Aither, consiste en unas microcélulas cerradas de resina) y presentaron el producto.
“La respuesta fue excepcional”, recuerda Young Ki Lee. “Se la presentamos al público en la feria ciclista más importante de Corea del Sur, el Seoul Bike Show, y nuestro primer modelo fue recibido con entusiasmo. El camino había sido difícil: unos meses antes habíamos tenido que desechar una importante tirada porque los resultados no eran todavía perfectos, lo que resultó muy costoso. Pero ya estábamos listos: la 1.0 estaba lista. Era digna de salir al mercado”.
En ese 2011 se vendieron 2.000 ruedas Tannus. Una cifra que, desde entonces, se ha multiplicado cada año: la marca calcula que unos 500.000 ciclistas de todo el mundo usan sus productos. “Usar neumáticos sin aire”, explica Young Ki, “permite a los usuarios rodar más tranquilos, más lejos y más seguros que con ruedas convencionales. Es cierto: el ciclista es conservador. El sector de la bicicleta, en general, lo es… Pero pasa lo mismo en todos los sectores. Pero este tipo de avances son los que marcan el camino, los que abren nuevos horizontes. Tener que revisar el aire, tener miedo a pinchar… Es muy pesado. Y, cuando los usuarios prueban las Tannus, alucinan. Se adaptan rápidamente. Y se preguntan por qué no se inventó antes”.
La marca garantiza que cada rueda Tannus estará en perfectas condiciones de uso durante 9.000 kilómetros, promete la máxima ligereza (algún neumático convencional de alta gama de la competencia, en medida 700×25, llega a pesar hasta 175 gramos más) y reúne abundante tecnología (la compañía, fiel a la filosofía empresarial coreana, tiene registradas cientos de patentes). Además, y según Lee, hay un enorme compromiso: “Hemos creado este nicho”, afirma, “y tenemos la responsabilidad de desarrollarlo y liderarlo. Hay muchas marcas que intentan copiarnos, y sabemos que otros fabricantes muy importantes estudian lo que hacemos, esperan a saber hacia dónde nos dirigimos para, quizá, introducirse también en este mercado”. Un mercado que, por otra parte, todavía es mínimo en cuanto a la venta global de neumáticos para bicicleta: “Apenas una de cada cien ruedas que se venden en el mundo tiene esta tecnología”, cuenta Young Ki, “pero estamos creciendo rápido. Bienvenidos los que nos copian, porque eso implica que hay interés en el negocio, y bienvenido todo el que se sume porque así todos seguiremos creciendo. ¿Nuestro objetivo? Revolucionar la rueda. Que, en el futuro, las ruedas antipinchazo sean un estándar, una categoría en sí mismas, donde Tannus sea la referencia total”.
Tras la animada charla (Young Ki Lee es un tipo realmente simpático), nos despedimos con una broma… ¿Sabe, todavía, cambiar una rueda, o se le ha olvidado tras dirigir una compañía que precisamente aspira a que eso pase al olvido? “¡Por supuesto!”, contesta entre grandes risotadas. “Lo que lamento es no poder montar en bici, porque me encanta. Eso sí: lo hago, al menos, tres veces por semana. No son largas distancias, pero sí las suficientes como para probar nuestros productos, porque me siento responsable de todos ellos”.