En un mundo globalizado, la competencia frente al gigante asiático se torna compleja. A veces, inasumible. La Comisión Europea ha puesto en marcha este jueves una investigación que trata de esclarecer si los exportadores chinos de bicicletas eléctricas se beneficiaron de subvenciones estatales excesivas.
La situación, que crea una nueva tensión entre Bruselas y Pekín, parte de una queja presentada el pasado es de noviembre por la Asociación Europea de Fabricantes de Bicicletas (EBMA). En ella se denuncia el supuesto dumping (venta de un producto por debajo de su precio normal) en el que habrían incurrido estas empresas, que habrían recibido a manos del Gobierno chino préstamos preferenciales de bancos estatales, ayudas, créditos a la exportación, desgravaciones fiscales y el suministro de tierras y materias primas a precios excesivamente bajos.
Para sustentar su denuncia, EBMA se apoya en los datos: en el año 2016 se vendieron en la UE más de 430.000 bicicletas eléctricas de origen chino, lo que equivale a un 40% más que el año anterior. A falta de conocer los datos de este 2017 que está a punto de terminar, la Asociación pronostica que esa cifra aumentará a 800.0000 unidades.
Los precios de las bicicletas eléctricas chinas llegan a ser la mitad que los de las europeas
Tal y como explica EBMA, las empresas europeas del sector fueron pioneras en la tecnología de asistencia en el pedaleo e invirtieron del orden de 1.000 millones de euros el año pasado, pero corren el riesgo de perder frente a sus rivales chinos, cuya participación en el mercado de la UE ha subido al 33% con precios que a veces son la mitad de los que ofrecen los fabricantes europeos.
Los europeos compran al año unos 20 millones de bicicletas, de los cuales alrededor del 10% son eléctricas, una cifra que podría aumentar hasta un cuarto del total en cinco años.