Consejos

Seis buenas razones para ir al trabajo en bici

Se acaban las vacaciones, y son muchos los que intentan hacer realidad los buenos propósitos veraniegos. Te damos seis inmejorables motivos para ir al trabajo en bici y así cambiar tu vida haciéndola más feliz, barata y saludable.

Pasa siempre a primeros de septiembre: adiós a las vacaciones, adiós al verano y, en el caso de que se tenga trabajo, hola a los horarios estrictos, las tareas aburridas y los compañeros a los que no soportamos. ¿Pesimismo? No: también es un momento ideal para hacer realidad nuestros buenos propósitos, y pocos mejores que empezar a movernos en bicicleta.

El buen rollo

Si te deprime volver al trabajo, odias la rutina y sientes que tus días vuelven a ser lo de siempre… La bicicleta alejará todas esas nubes negras y te despejará la cabeza. Porque es cierto: cada trayecto en bici es distinto al anterior, es imposible pedalear y aburrirse, en cuanto te subas a tu montura dejarás atrás las preocupaciones laborales y, mientras vas rodando al trabajo, ni te acordarás de ellas. Moverse en bici es tan, tan gratificante, que hasta tendrás ganas de ir a trabajar sólo por el placer de hacerlo pedaleando.

Mejora tu físico

Nos pasa a todos: las comilonas veraniegas pasan factura. Al principio del verano pensamos que aprovecharemos cada día para cuidarnos, hacer deporte y comer mejor, pero al final la relajación, el alcohol y las comidas opíparas nos hacen llegar a septiembre deprimidos… y en baja forma. Pero la bici es un entrenamiento magnifico, una inmejorable manera de quemar calorías, estimular nuestro cuerpo y ponernos a tope. ¡Y no hace falta apuntarse a ningún gimnasio ni hacer dieta!

Disfruta del buen tiempo

A diferencia de lo que muchos creen, ir en bicicleta no es caluroso: sí, las cuestas y los semáforos en rojo al sol son incómodos, pero el aire al rodar a toda velocidad es una sensación de frescura incomparable. Dentro de poco, además, los termómetros empezarán a bajar y disfrutaremos de uno de los mejores momentos del año para rodar: sol, temperaturas agradables, días todavía largos y unos cuantos grados menos. Piensa que, además, dentro de poco llegará el invierno y la oscuridad, y echarás de menos haber pasado más horas al aire libre y menos encerrado en un coche, un metro o un autobús.

Ahórrate un buen dinero

Es conocida como “la cuesta de septiembre”, y es particularmente dura: de pronto nos damos cuenta de lo mucho que hemos gastado durante las vacaciones y las múltiples obligaciones (cumpleaños, bodas, facturas inesperadas o, a la vuelta de la esquina, las navidades) que nos esperan. Si vas en coche o moto ir al trabajo te obligará a pagar fortunas en las gasolineras, a las aseguradoras o a los aparcamientos. Si te mueves en transporte publico, es hora de volver a pagar billetes de un viaje o abonos mensuales.. Pero si vas en bici… ¡Olvídate de gastos!

Reconcíliate con tu ciudad

La playa es maravillosa, la montaña es increíble y viajar al extranjero es una aventura enriquecedora, pero no lo olvides: vives en tu ciudad, y sus muchos inconvenientes no se habrán solucionado mientras estabas por ahí fuera. Sin embargo, sobre una bicicleta la cosa cambia: descubrirás nuevas calles y recorridos, no te enervarás en los atascos o las muchedumbres del transporte público y, entre pedalada y pedalada, encontrarás un lugar más amable, y una forma de recorrerlo más humana que ninguna.

Sé tú mismo

¿Te imaginas a tu jefa dejando de moverse en taxi para desplazarse, veloz y grácil, sobre una bici? ¿Y al engominado director dejando el coche aparcado para llegar, sonriente y relajado, al trabajo? No… Ellos regresarán un poco más colorados del verano, pero seguirán teniendo la misma actitud que siempre: tensos, estresados, estirados y adictos a los combustibles fósiles. Pero tú no. Cuando te vean empezar a moverte en bici harán bromas y, después, se dirán que pronto volverás al redil. Pero pasarán los meses y tu vida habrá cambiado, porque la bicicleta es sinónimo de libertad, independencia, autonomía y eficiencia.