Este martes ha tenido lugar la comparecencia de María Seguí, directora de la DGT, ante la Comisión sobre Seguridad Vial y Movilidad Sostenible, para informar y defender los cambios que pretende introducir el nuevo Reglamento General de Circulación. Seguí se ha vuelto a reafirmar en que las nuevas medidas tienen como objetivo “garantizar” la seguridad del ciclista y que se han de contemplar “en conjunto”. Y entre ese conjunto, la obligatoriedad del casco, que ha defendido con convicción pese a las críticas y argumentos en contra esgrimidos en las últimas semanas por la comunidad ciclista.
Finalmente, Seguí ha propuesto una “ponencia específica” para discutir y analizar el uso del casco antes de que se imponga su uso obligatorio. Eso sí, los plazos para la aprobación dependerán de “la tramitación de la ley de seguridad vial”, ha apuntado.
“Matar moscas a cañonazos”
La directora de la DGT contestó a las preguntas, entre otros, de Jordi Jané i Guasch (CiU), Juan Carlos Corcuera (PSOE) o Toni Cantó (UPyD). Los diputados criticaron la “sospechosa” e “inapropiada” forma de presentar el borrador a través de medios no oficiales, sin consultar, informar o buscar un consenso previo; y aludieron a la falta de respeto no sólo por ignorar, sino por no tener en cuenta las numerosas protestas ante el borrador por parte de asociaciones y colectivos ciclistas.
Según Seguí, los beneficios del casco son “incuestionables”
Además, hicieron referencia a los dudosos documentos e informes presentados para justificar la relación directa entre siniestralidad y uso del casco, resaltando que “todavía no hay un estudio o estadísticas oficiales” para constatar dicha relación. Asimismo, todos apoyaron la “recomendación” y el fomento del uso del casco en vías urbanas, pero no su imposición a través de la vía legislativa. “Recomendar sí, obligar no”, ha sugerido el socialista Juan Carlos Corcuera, quien ha definido el borrador como “matar moscas a cañonazos”.
La respuesta de Seguí ha sido clara: Tráfico apoya la medida del casco y, a pesar de las críticas y protestas, considera los beneficios de su uso en la ciudad “incuestionables”. “Toda la ciencia ratifica el elevado índice de protección que confiere el casco cuando ocurre un accidente”, afirmó la directora de la DGT. Además, recordó que esta medida no sólo se dirige a cilistas o colectivos ciclistas, sino a toda la población, que “estará de acuerdo con salvar una vida o que se produzca un herido grave menos”.
Además del hipotético uso obligatorio del casco en vías urbanas, la nueva normativa elevará el límite de velocidad en algunos tramos de las autovías y autopistas hasta los 130 km/h, aunque “de modo muy restringido”, según Seguí. Además, en “numerosas calles” no se podrá circular a más de 20 o 30 km/h.