2,7 kilómetros de longitud, cuatro metros de ancho y 18 centímetros de elevación sobre el resto de vehículos. Esas son las medidas del nuevo carril bici de la avenida Paulista, la más importante de São Paulo. Una infraestructura que fue inaugurada este domingo y que ha hecho felices a muchos ciclistas de la ciudad, que llevaban tiempo reclamando una apuesta por la bicicleta que, poco a poco, parece estar llegando.
El nuevo carril bici tiene mucho de simbólico. Dada su ubicación estratégica, es una demostración de que el alcalde de la ciudad, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), quiere seguir apostando por el medio de transporte más eficiente que existe. Cuando Haddad llegó a la alcaldía, hace ahora dos años, São Paulo tenía apenas 64 kilómetros de vías ciclistas; ahora ya son 335, y su objetivo es llegar a 400 en este mandato.
“La principal postal de América Latina ahora tiene un carril para bicicletas”, ha declarado el alcalde
Los ciclistas urbanos de São Paulo celebraron la inauguración por todo lo alto, según ha informado el diario El Mundo. Unas 2.000 personas aprovecharon el corte del tráfico para conquistar la carretera y pedir que la apuesta por las bicicletas sea una política “abrazada por todos los políticos y todos los gobiernos”. Con toda seguridad, el alcalde ha tenido la oportunidad de escucharlos, pues pedaleaba al frente de la propia comitiva vestido con un polo y vaqueros, fiel a su estilo informal.
La inauguración estuvo precedida de duras protestas por parte de vecinos que no querían perder plazas de aparcamiento
“La principal postal de América Latina ahora tiene un carril para bicicletas”, ha declarado con orgullo el que será recordado como el alcalde más ciclista de la historia de la ciudad brasileña. “La gente tiene que aprender a cuidar los espacios. Crear carriles bici es necesario especialmente en ciudades caóticas como São Paulo, donde si muchas personas usaran la bicicleta mejoraría no sólo el tráfico sino también el medio ambiente”, ha declarado a El Mundo el empresario Renato Godinho desde su bici.
La llegada del carril bici ha estado, pese a todo, plagada de obstáculos. Muchos vecinos se manifestaron en contra de una infraestructura que les restaba plazas de aparcamiento, e incluso el descontento se tradujo en una serie de disturbios que acabaron en la quema de varios contenedores. Y es que en Sao Paulo el coche sigue siendo el rey absoluto de la jerarquía urbana y un símbolo de estatus al que muchos no están dispuestos a renunciar.