Santafixie Raval: diversión, eficacia y un precio insuperable

Santafixie, una de las tiendas online más reputadas del mercado europeo y marca fundamental en el panorama del piñón fijo, lanzó el pasado mes de diciembre su propia línea de bicicletas urbanas. Una manera de seguir creciendo para una tienda online imprescindible para los amantes del ciclismo.

El modelo Raval Matte Black 30 mm es el más asequible de todos los que oferta Santafixie, con un precio de sólo 425 euros. Una bicicleta con la que rodé durante tres semanas, en las que la puse a prueba en todas las situaciones imaginables: por las calles de Barcelona, pero también en pista. Cuesta arriba, cuesta abajo. A toda velocidad y a ritmo pausado. Todo, para contarlo con detalle.

Atractiva… y agresiva

Lo primero que destaca de la Raval es el atractivo visual de su geometría. Es joven, atractiva y agresiva. Y todos esos atributos se transmiten a todo aquel que se cruza con ella. Porque una cosa está clara: esta bicicleta no pasa desapercibida.

A la hora de subirse, todo ello se traduce en una comodidad que la hace perfecta para utilizarla como commuter en nuestros desplazamientos diarios. No sólo eso: también para entrenar en pista y para introducirte en el mundo de los criteriums.

Hay que decir, eso sí, que para ser una bicicleta de piñón fijo es algo pesada (9,5 kilos), al menos si la comparamos con bicicletas de alta gama. Por ejemplo: la que yo uso para competir ronda los 5,9 kilos. Es decir: no estamos ante una bicicleta de alta competición, pero sí sobre una máquina perfecta para iniciarse en ella. Y sobre todo, por un precio absolutamente imbatible.

Fiable y robusta

Los componentes de la Raval siguen esa misma línea: nadie te dará nada mejor por ese precio. Si bien las ruedas (cubiertas Kenda Kwest 700c x 25, llantas Santafixie de aluminio 30mm de perfil de doble pared) no son especialmente ligeras (hay que tener en cuenta que sólo unas de carbono costarían unos 1.000 euros), todas y cada una de las partes que componen la bicicleta funcionan a la perfección. En el caso del manillar, opté por el de pista (drop-bar), aunque también están disponibles las versiones con manillar de cuernos (bullhorn) y de doble altura (riser).

¿Problemas? Ninguno en las tres semanas que la Raval estuvo en mi poder

La Raval incorpora un freno delantero que probé durante varios días, y que responde a la perfección. Eso sí: durante las siguientes semanas decidí quitarlo y disfrutar plenamente de las sensaciones del piñón fijo. De serie puede venir con doble freno delantero y trasero (Radius Tipo Caliper), pero en mi caso opté por la ligereza y la deportividad.

¿Problemas? Ninguno en las tres semanas que la Raval estuvo en mi poder. Todo es extremadamente sólido y requiere un mantenimiento mínimo: no se salió la cadena ni una vez. En ningún momento la bici hizo ningún ruido extraño. Quizá la explicación es que las bicicletas son montadas en Santafixie: eso significa que todo está hecho con cariño, muchísima experiencia y la máxima profesionalidad.

Capítulo aparte merece el sillín (San Marco Monza), una auténtica pasada. Santafixie monta sus bicicletas con Selle San Marco, una marca top. Hablamos, pues, de un sillín de gama alta, algo muy a tener en cuenta por el precio de la Raval (insistimos: ¡sólo 425€!)

Seguridad y maniobrabilidad

Los componentes de una bicicleta se traducen, al final, en las sensaciones que emanan de rodar con ella. Y en el caso de la Raval, no pueden ser mejores. Personalmente valoro dos cosas por encima del resto: la seguridad y la maniobrabilidad. En ambas parcelas cumple con nota.

Valoro mucho la seguridad y la maniobrabilidad: las dos cosas abundan en esta Santafixie Raval

La Raval es una bicicleta como ninguna otra en su rango de precio. He probado muchas bicicletas más caras con unas prestaciones y un rendimiento muy inferiores. Por ello no es exagerado afirmar que es, en cuanto a su relación calidad-precio, me parece la mejor bici de piñón fijo del mercado. Una bicicleta 10 para moverte con ella por la ciudad. Y una gran apuesta si quieres iniciarte en el mundo de la competición.