Ciudades

Los profesionales de la salud pública, totalmente a favor de Madrid Central

Los profesionales de salud no tienen dudas: todo esfuerzo por reducir la contaminación en las ciudades es bienvenido. Por eso, y aunque desde distintas plataformas, partidos políticos y medios de comunicación se haya puesto en tela de juicio, durante las últimas semanas, la implantación del llamado ‘Madrid Central’, que limitaría el acceso al tráfico en el centro de Madrid, los profesionales de la salud pública han decidido apoyar la medida.

En una nota de prensa difundida ayer, la Asociación Madrileña de Salud Pública (AmaSaP) afirma querer “contribuir a centrar el debate, poniendo el foco en los beneficios de reducir la contaminación atmosférica en términos de salud y calidad de vida para los habitantes de la Comunidad de Madrid. Beneficios de tal magnitud que deberían prevalecer sobre los posibles inconvenientes sobre la movilidad y las limitaciones del uso del vehículo privado”.

Como explican dichos profesionales, los motores de combustión de los vehículos utilizados para el transporte, mayoritariamente de carácter privado, “son los responsables de la mayor parte de la contaminación atmosférica en ciudades como Madrid”. En su rigurosa opinión, dichos vehículos “emiten una mezcla de pequeñas partículas sólidas de distintos tamaños y de gases como el dióxido de nitrógeno o el monóxido de carbono, que se acumulan en el aire y que son inhaladas por la población al respirar. Su presencia llega incluso a ser percibida por la población sin necesidad de ningún artefacto cuando su concentración es alta”.

Los motores de combustión de los vehículos privados son los responsables de la mayor parte de la contaminación en ciudades como Madrid

Como expertos en la materia, los profesionales de la salud explican que la contaminación en el aire “daña la salud de manera silenciosa”, sobre todo entre aquellos que viven cerca de vías “con mucho tráfico y en barrios con poco arbolado y pocas zonas verdes”. Entre otros, la contaminación aumenta los ingresos hospitalarios por “problemas cardiacos, accidentes cerebrovasculares, bronquitis, asma y otras enfermedades respiratorias, así como la mortalidad por estas causas”, además de citar estudios que alertan “del riesgo de recién nacidos prematuros y con bajo peso, y altera el desarrollo neurológico en la infancia. A largo plazo, aumenta la probabilidad de padecer cáncer de pulmón. Los efectos son peores para ancianos, embarazadas, población infantil y pacientes con enfermedades cardiacas y respiratorias previas”.

Citando estudios realizados en Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Italia, Reino Unido los miembros de AmaSaP afirman “que la delimitación de zonas con tráfico restringido, sobre todo cuando la restricción afecta a todos los vehículos con altas emisiones contaminantes y no solo a los vehículos pesados, permite disminuir la concentración de contaminantes, como partículas sólidas o dióxido de nitrógeno”. Por eso, y siempre que la restricción de vehículos privados con motores de combustión en Madrid Central se ejecute “de forma correcta y se mantenga en el tiempo”, la medida “reducirá de manera importante la concentración de partículas sólidas, dióxido de nitrógeno y otros contaminantes en el aire, sobre todo en la zona de restricción, aunque algunos beneficios pueden extenderse a todo el municipio. Disminuirá tanto la concentración media anual de contaminantes en el aire como la intensidad de los picos de alta contaminación, lo que contribuirá a aminorar los efectos de la contaminación en salud tanto a corto como a largo plazo”.

Restringir el tráfico en el centro “reducirá de manera importante la concentración de partículas sólidas dióxido de nitrógeno y otros contaminantes”

Según estos profesionales, dichas restricciones propiciarán además, de forma indirecta, un “aumento de la movilidad activa, principalmente a pie y en bicicleta, y por lo tanto, de la actividad física de los residentes en esa zona, lo que podría contribuir a reducir el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. La progresiva peatonalización de la ciudad propiciará que los escolares puedan desplazarse de forma segura a los centros escolares a pie o en bicicleta, iniciativa que se está fomentando en muchos países de nuestro entorno”.

Aunque son muchos los que se oponen a estas medidas, los profesionales de la salud instan a aceptar cambios de tan calado. “Es normal que se produzcan estas resistencias”, aseguran, “porque en un primer momento estos grupos solo contemplan los inconvenientes que esta medida puede suponer, y no perciben de igual manera los aspectos positivos, como vivir y pasear por calles más tranquilas, que los niños estén más seguros en las calles, que nuestros pulmones estén más limpios, o que los autobuses y coches circulen con mayor fluidez. No hay que olvidar que en Madrid, en torno al 30% de los desplazamientos se realiza caminando, y es el transporte público el modo de desplazamiento más utilizado con más de un 40% de los viajes. De modo que aunque solo una minoría de la población de Madrid se desplaza habitualmente en vehículo privado, la contaminación perjudica a la salud y el bienestar del conjunto de madrileños y madrileñas”.

Para concluir, y subrayando todo lo anterior, los profesionales de la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMaSaP) aseguran apoyar esta iniciativa. “La implantación del proyecto de Zona de Bajas Emisiones Madrid Central tendrá un gran impacto beneficioso en la salud y calidad de vida en las personas que viven en estos barrios, así como en las que viven en toda la ciudad. Por ello animamos al gobierno del ayuntamiento de Madrid a implantar el proyecto en su totalidad en los plazos previstos, y que en su implantación se mejore y refuerce la comunicación sobre el impacto beneficioso que tendrá sobre la salud”.

Madrid Central comprende casi todo el distrito Centro, en el cual se encuentran los barrios de Palacio, Embajadores, Cortes, Justicia, Universidad y Sol. Cuando se implante Madrid Central, las cuatro áreas de prioridad residencial existentes en la actualidad (Letras, Cortes, Embajadores y Ópera) se integrarán en una nueva Zona de Bajas Emisiones, de perímetro continuo e intuitivo casi coincidente con los límites del Distrito Centro.