El término apareció en 2010, pero se hizo mucho más popular cuando, tras los éxitos del ciclismo británico en verano de 2012 (con la victoria de Bradley Wiggins en el Tour y las medallas en los Juegos de Londres), la bicicleta se convirtió en el vehículo de moda en las islas.
No sólo eso: como antes comprarse una moto o un descapotable, adquirir una cara bicicleta se convirtió en una forma de manifestarse contra la crisis de la mediana edad que sufren muchos varones de entre 40 y 50 años.
En un artículo de la BBC de verano de 2010, Dominic Casciani reflejaba con bastante gracia como “el silencio de las delgadas ruedas y la fibra de carbono ha sustituido al atronador sonido de las motos”, y aseguraba que el notable incremento de ventas de bicicletas de gama alta había sido provocado por una ola de cuarentones en crisis.
“El silencio de las delgadas ruedas y la fibra de carbono ha sustituido al atronador ruido de las motos”
Fue Michael Oliver el inventor del término. En junio de 2010, este experto en marketing publicó un informe en el que señalaba que el mercado de la bicicleta había crecido en más de un 4%, pese a que se había reducido el número de máquinas vendidas, gracias a la proliferación de bicicletas de más de 4000 euros adquiridas por adinerados padres de familia.
¿Crees que, en efecto, hay una fiebre ciclista (y consumista) entre los hombres de mediana edad? ¿Es beneficioso para el ciclismo? O, directamente… Si eres uno de ellos, ¿puedes contar tu experiencia?