Seis años celebrando un evento de este nivel hacen que esté en lo más alto de las concentraciones ciclistas a lo largo del año. La Clásica Otero vuelve este año en un doble escenario.
Primero, el sábado 7 de septiembre en Villanueva del Pardillo, 80 kilómetros para subir los 1.256 metros del puerto de la Cruz Verde. Pero ya lo sabes, no vale cualquier bicicletas. Tiene que ser clásica. O una réplica. Con las palancas de cambio en el cuadro, con calapiés o rastrales... o bicis de pista, de cartero... tienes las normas en este enlace. Y, por supuesto, vestidos para la ocasión, al estilo de la época, para que la experiencia sea 100% real. La del domingo 8 de septiembre es en las calles de Madrid, sale desde la Puerta del Sol. Apenas 25 kilómetros, parte de los cuales se unen al circuito de la Vuelta Ciclista a España y aquí puedes ir hasta con una eléctrica.
Pura pasión
"Nació porque había muchas figuras que habían sido maravillosas, unos ídolos del ciclismo, y habían desaparecido" nos explica Sol Otero, el alma detrás de toda esta reivindicación cultural y de movilidad. "Nadie los recordaba, o los recordaban muy poquito”. La familia Otero no necesita presentación en la industria. Han estado tan ligados al ciclismo español desde sus inicios que es casi imposible explicar el uno sin el otro. "Hemos apoyando a ciclistas que marcaron una época y dejando su huella en la historia del deporte, por eso, la Clásica Otero es mucho más que un evento: es un tributo a esos pioneros que abrieron camino en el ciclismo, y una forma de mantener vivo su recuerdo" subraya.
"No es una carrera al uso. Más que una carrera es una celebración cultural. Esto es muy importante" nos explica Sol. No es la única de este estilo, hemos disfrutado también de muchas ediciones de L´Eroica, tanto en Italia como en nuestro país. Durante mucho tiempo se ha celebrado la Tweed Ride... pero la Clásica Otero tiene algo especial. "Somos la generación del 27 del ciclismo" continua. "Somos el origen de muchas cosas, de las federaciones española y madrileña..." Allá donde hubo bicicletas, eran Otero.
La Pluma de Otero
Fíjate en la Otero que tienes en casa. Todos tenemos una. Mira en la horquilla. Allí verás la cabeza de una pluma clásica, de esas de escribir. "Enrique Otero escribía y firmaba siempre con pluma, con una Parker" nos cuenta Sol. "Era su forma de dejar huella en cada pieza que fabricábamos".
"Para él, la bicicleta era una herramienta de cambio. Ahora es normal ver bicicletas por Madrid, pero no siempre fue así y aún hay mucho que hacer, por eso queremos que la marcha del domingo sea una reivindicación de la bici urbana, de llenar Madrid de bicicletas, de usar las calles; que la bici no es solo deporte o competición, sino, sobre todo, movilidad”.
Si quieres apuntarte este mismo fin de semana a cualquiera de las marchas de la Clásica Otero, puedes hacerlo en este mismo enlace. Es, probablemente, lo mejor que puedes hacer sobre una bici para dar la bienvenida a septiembre.