Y eso explica la estética de la GT S, una auténtica pura sangre concebida para buscarle los límites al ciclismo de montaña. Entre otras cosas, la bici incorpora tecnología monocasco de fibra de carbón, un manillar Pro Tharsis Di2 de carbono o unos frenos Formula AMG R1 Racing FCS, que según la marca “son los más ligeros del mercado con un peso total de apenas 267 gramos”.
También la horquilla busca la máxima resistencia y eficacia con el mínimo peso: hablamos de una Formula 33 Factory ajustable, que se combina con el grupo de transmisión electrónica Shimano XTR Di2, que entre otras ventajas elimina el ajuste de la tensión de los cables para accionarlos mediante impulsos eléctricos, además de poder adoptar, a través de un ordenador, ajustes personalizados infinitos.
El conjunto se completa con un sillín Ergon SRX, llantas Crankbrothers Cobalt 11 de 29 pulgadas, ruedas Continental Race King RaceSport o pedales Crankbrothers Candy 3, junto a accesorios como una bolsa de transporte Thule o un hinchador especial de Topeak.
La inspiración es el exclusivo Mercedes AMG GT, un superdeportivo del que, según la marca, se ha extraído “el dinamismo, la ligereza, el diseño y la comodidad”. Cada una de las 100 Rotwild GT S producidas puede adquirirse por 9.990 euros.