En esto no hay discusión: no importa el uso que le des a tu bicicleta porqueque, casi con total seguridad, necesitarás un buen conjunto de luces. Evidentemente, una luz delantera blanca, destinada tanto a ver lo que tenemos delante (y obligatoria en horas de poca luz) como a ser reconocibles por los vehículos que vengan de frente. Y, por supuesto, también una luz trasera roja, también obligatoria de noche. Porque, más allá de leyes y posibles multas, dos buenas luces nos aportarán muchísima seguridad en cualquier circunstancia (y esto incluye las horas del día o, por supuesto, el desplazarnos por carriles bici).
En los últimos años las marcas de referencia en este sector han experimentado una enorme innovación, ofreciéndonos productos cada vez más potentes, ligeros, de todos los tamaños y con distintos propósitos. Una de las firmas punteras es la alemana Sigma, con casi 40 años de trayectoria y premiada en distintas circunstancias por la calidad de sus productos. Un hecho, el de ser reconocida, que no evita que hablemos de herramientas a un precio asequible.
Potentes, resistentes y duraderas: el pack de luces Sigma es muy recomendable, y más con un precio de 49,95€
Buen ejemplo de todo esto es el pack de iluminación que hemos probado durante las últimas semanas. Hablamos del set Sigma Aura 45 + Nugget II, que incluye una luz delantera Aura 45 USB y otra trasera Nugget II Flash. Un conjunto perfecto para cualquier commuter, con un precio recomendado de 49,95€.
Por partes. En primer lugar, toca hablar de la luz Sigma Aura 45 USB. Perfecta para colocar en el manillar de la bicicleta, su instalación es muy sencilla y la luz queda fijada a la perfección. Basta cargarla durante un par de horas antes (con un simple cable USB) para poder darle un uso intensivo: la marca promete hasta 21 horas de autonomía. ¿Muchas? Sí, pero con una explicación: la Sigma Aura tiene varios modos de funcionamiento. El “normal” emite una luz de 45 lux, con hasta 6 horas y media de funcionamiento. Pero también hay un modo ‘eco’, que reduce la potencia lumínica a 15 lux con 21 horas de duración. Y, por último, hay una tercera opción: el modo automático e ‘inteligente’, que detecta la luz ambiente y adapta la potencia lumínica a nuestras necesidades.
En los tres casos la potencia es adecuada, y la autonomía muy similar a la que dice la marca. En el modo normal el halo de luz alcanza hasta 55 metros, cumpliendo (por supuesto) con las leyes de circulación. Pero, durante la prueba y más allá de la luz en sí, la Aura 45 transmite una alta sensación de calidad y tiene un diseño muy atractivo. La correa de goma para instalarla parece muy resistentes, y fijan perfectamente el accesorio a nuestra bicicleta. El tacto es muy bueno. Hay algún detalle muy interesante: por ejemplo, además de la luz frontal, incorpora dos pequeñas luces laterales de algo menos de intensidad, pero que ayudarán a mejorar también nuestra visibilidad lateral. Y todo lo que tiene que ver con la carga está bien resuelto: el cargador (mini USB) está en la parte trasera de la luz, con un acceso muy cómodo.
La luz Aura 45 tiene más ventajas. Ofrece un certificado de resistencia al agua IPX4, lo que significa que resiste chorros de agua. Es bastante ligera (su peso es inferior a 90 gramos). Y, como decimos, muy sencilla de usar: basta con pulsar dos veces su botón de encendido para ponerla en marcha o apagarla, y con una vez para ajustar el modo de iluminación deseado.
El conjunto se completa con otro producto de Sigma, la Sigma Nugget II Flash. En este caso, Sigma apuesta por la sencillez y la comodidad, a través de una luz pequeña, muy fácil de instalar o desinstalar pero capaz de ofrecer una buena potencia lumínica: en este caso, hablamos de una lente con luz LED de 0,5 vatios capaz de hacernos visibles hasta a 400 metros de distancia.
Como decimos, en el Nugget II se ha buscado la sencillez y la comodidad. Su instalación, al igual que la de la Aura 45, es muy sencilla: basta con enganchar uno de sus anillos de goma (hay dos tamaños, según la anchura de la tija de nuestro sillín) para poner (o quitar) la luz. Una luz que, según la propia Sigma, es la más ligera de todo el catálogo de la marca, con un reducido peso de 24 gramos. La protección frente a la lluvia también tiene certificado IPX4, y la duración de la batería (acumulador de iones de litio) es de hasta 8 horas. En ese sentido, es de agradecer que la luz también cuente con dos iconos que nos informan del estado de la batería, encendiéndose cuando está a menos de la mitad de la carga o la carga ya es muy escasa. Un elemento a sumar a que, gracias a su diseño, la luz Sigma Nugget II también tiene muy buena visibilidad lateral.
Aunque pueden adquirirse por separado, el pack nos ha parecido perfecto para las necesidades de cualquier ciclista, especialmente si se desplaza por ciudad (para no tener sobresaltos en recorridos por distancias muy largas, donde podríamos hasta quedarnos sin batería a la vuelta). En esas circunstancias, circulando por una superficie no demasiado irregular, las luces permanecen en su posición sin afectarles las vibraciones, quedan muy a mano (y son fáciles de manipular, incluso con guantes) y, desde luego, su luz avisa de nuestra presencia. También, en el caso de la delantera, ilumina a nuestro paso permitiéndonos pedalear con una gran sensación de seguridad. Y, claro, queda hablar del precio: el recomendado es de 49,95€ (aunque, por supuesto, no sea nada difícil encontrar en la web precios todavía más asequibles). Para lo que obtenemos, nos parece muy razonable: calidad, autonomía, potencia y resistencia están asegurados, y por menos de 50 euros ya tendremos luz más que suficiente para rodar con seguridad.