Por suerte, y aunque de forma todavía algo tímida, es cada vez más frecuente cruzarnos en las calles de nuestras ciudades con pequeñas e-bikes urbanas, una fantástica forma de desplazarnos de manera rápida, eficiente y barata. También, y pese al inmenso reto que supone, es posible encontrar varias marcas españolas en este nicho de mercado, algunas de ellas con varios e interesantes modelos en sus catálogos, precios más que asequibles y, todavía más importante, máquinas fiables, bonitas y absolutamente recomendables.
Entre ellas está, sin duda, la marca Legend Ebikes, firma afincada en Cataluña que desde su nacimiento en 2012 ha apostado por las bicicletas urbanas de pedaleo asistido. Quizá la estrella de su catálogo sea la Legend Monza, un modelo nacido en 2013 y que, desde entonces, ha ido evolucionando. La que hemos probado es la cuarta versión, presentada en 2018 y, de momento, la más reciente actualización del producto.
El test ha sido realizado durante un mes, y podemos asegurar que la Legend Monza ha sido probada de forma exhaustiva y, sobre todo, en unas condiciones absolutamente reales. Además de pedalear casi a diario con ella la hemos subido al transporte público (tren de cercanías) y hasta hemos viajado con ella doblada en el maletero de un coche, para recorrer sobre ella San Sebastián. No solo eso: en la Legend Monza han pedaleado, además del que esto escribe, dos usuarios más de perfiles muy distintos, pero cuyas opiniones nos han servido para poder dar una perspectiva aún más amplia del producto.
La Legend Monza es una e-bike urbana y plegable, con un precio básico de 1.299€
Un producto que, lo primero, hay que presentar. Hablamos de una bicicleta urbana y plegable con pedaleo asistido. En el caso de nuestra unidad, equipa una batería de 36V y 8Ah, la opción más accesible que ofrece la marca (montar una batería de 10,4Ah implica un sobrecoste de 100€ y la de 14A de 250€). Nuestra bicicleta venía pintada con el color Onyx Black (negro), aunque sin sobrecoste alguno puede elegirse también en los llamados Artic White (blanco) y Steel Blue (azul). El precio de nuestra unidad está, pues, en los 1.299€, aunque también nos fueron enviados el pack de dos alforjas (30€ de sobrecoste cada una) y una maleta para transportar la bicicleta (opcional por 159€).
Recibimos la bicicleta directamente en nuestro domicilio, como es posible elegir a través de la web de Legend (también puede pedirse la recogida en una tienda, donde le atenderán personalmente sobre el funcionamiento de la bicicleta). Aunque esta última opción es interesante , no es imprescindible: la Monza nos llegó lista para pedalear. Al extraerla de caja, quizá lo primero que llama la atención es su extenso equipamiento, ya que incluye accesorios como el portabultos trasero, luces delantera y trasera, guardabarros o pata de cabra. Hay más opciones (como el soporte para teléfono móvil, las ya mencionadas alforjas y maleta o una potencia doble para los usuarios más altos), pero o bien no las mandó la marca o apenas las utilizamos.
Una vez desplegada (proceso del que hablamos después), la bicicleta muestra un aspecto magnífico. Aunque, por supuesto, todo lo concerniente a la estética depende del gusto de cada uno, en nuestra opinión la Legend Monza es una bicicleta de aspecto robusto, cuidado, elegante y, en general, muy atractivo. El cuadro, recto, corto y fabricado en aluminio, le da una imagen muy compacta y moderna, y detalles como los neumáticos “de balón” o la discreta ubicación de los cables contribuyen a la elegancia del conjunto.
La Legend Monza es rápida, pero también cómoda y segura gracias a un notable equipamiento
Toca, por fin, hablar de cómo es la Legend Monza en movimiento. Por supuesto, lo primero que hay que mencionar tratándose de una bicicleta eléctrica es de la asistencia al pedaleo. En el caso de la Monza dicha asistencia es muy rápida (entra en acción apenas pisamos el pedal), actúa con mucha progresividad y también se interrumpe muy pronto, apenas 0,2 segundos después de dejar de pedalear. El sistema se enciende y maneja a través de un sencillo display en el lado izquierdo del manillar, a través del cual podemos controlar de forma muy fácil el motor. El display, bautizado por la marca responsable de la electrónica Ebikemotion (usada por otras marcas como Orbea, BH, Pinarello o Bianchi) como ‘joystick iWoc’, cuenta con cinco botones y diez luces, y tanto su calidad como su aspecto son correctos. Como es habitual, a través de este mando seleccionamos la asistencia al pedaleo (hay tres niveles de asistencia), se nos informa de la carga de la batería (a través de tres LED) y encendemos y apagamos el sistema. Como hemos dicho, este joystick es más que suficiente para el día a día, y nos permite “relacionarnos” de forma práctica y sencilla con la e-bike.
Pero, para aquellos que quieran ir más allá, hay dos botones adicionales que pueden combinarse con el llamado Ebikemotion y ampliar las capacidades del sistema de forma exponencial. Por resumir, Ebikemotion es una aplicación gratuita que, conectada por Bluetooth con la batería y el motor, nos da todo tipo de opciones. Entre otras, y a través de la pantalla de nuestro teléfono móvil, conoceremos datos como la velocidad a la que circulamos, el total de kilómetros recorridos, los kilómetros parciales, el consumo instantáneo o la hora. Pero hay mucho más, y esto le gustará mucho a los adictos a la tecnología: con la app Ebikemotion es posible, por ejemplo, manejar a través del joystick nuestro teléfono, contestando o colgando o llamadas. Puede gestionarse y personalizarse la entrega de potencia, adaptando la asistencia a nuestros gustos y necesidades. También podemos conectarnos a Google Maps (usando la función de GPS), o aplicaciones como Strava, para llegar a nuestro destino, compartir nuestras rutas o revisar cada uno de los recorridos realizados (ya que es posible grabar actividades y después revisarlas en unas gráficas resumen, y estudiarlas más a fondo en la plataforma de Legend Ebikes). Y, muy interesante también, el sistema también puede facilitarle información a Legend y a la tienda para avisar de cualquier anomalía o problema del motor y la batería.
Una vez repasada, aunque de forma básica, la parte “tecnológica”, es hora de hablar de la mecánica de la Legend Monza. Del cuadro, fabricado en aluminio 6101, cabe destacar su robustez y dinamismo, muy satisfactorios y más considerando que es una e-bike plegable. Precisamente, el sistema de plegado es muy sencillo, “doblándose” por la mitad a través de una leva bien acabada, bastante rígida y sin ningún tipo de holguras. Desde Legend insisten, eso sí, en la importancia de realizar un buen mantenimiento, apretando con cierta frecuencia el perno de la leva para mantener la presión correcta. El proceso de plegado y desplegado es bastante sencillo: como hemos comentado, el cuadro se pliega por la mitad a través de una leva, cuenta con doble seguridad y, pese al repetido uso, aparenta ser absolutamente fiable y duradero. La potencia delantera, además de contar con altura regulable para el manillar, también puede plegarse, y los pedales pueden escamotearse. En general, todo lo referente al plegado nos ha parecido correcto: considerando el tamaño de las ruedas y la solidez del conjunto, la Monza puede manejarse con bastante comodidad, almacenarse en lugares relativamente reducidos y dejarse “aparcada” una vez plegada.
La Legend Monza vuela, pero también es muy práctica gracias a su sistema de plegado y fiabilidad
Y, en movimiento… la Legend Monza, simplemente, vuela. La primera sensación es de absoluta comodidad. Quien esto escribe mide más de 1,90 metros, pero la posibilidad de ajustar la altura tanto del manillar como del sillín permiten encontrar pronto la postura ideal. El sillín, un Velo 3061A, es amplio, cómodo y, por lo que hemos visto en la prueba, muy resistente. El manillar es recto (queda totalmente integrado cuando doblamos la bici), e incorpora, además de las manetas de freno, el controlador iWoc en el lado izquierdo, cuyas funciones ya hemos explicado y al que solo cabe achacar el defecto de, en condiciones de muy alta luminosidad, no distinguirse demasiado bien qué luces están encendidas (indicándonos la carga de la batería y el nivel de asistencia). En el manillar también encontramos un discreto timbre negro, un soporte para el teléfono móvil adaptable a varios tamaños de pantalla. Todo el cableado de esta zona está agrupado, no resultando nada molesto ni en movimiento ni al plegar la bicicleta.
En el lado derecho del manillar, además de la maneta del freno trasero, encontramos el accionamiento del cambio Shimano Tourney TX de 6 velocidades, con palanca Revoshift, indicador visual de marcha y fijado con abrazadera. Tan sencillo como adecuado para un uso urbano, combinado con la asistencia eléctrica hace que circular con la Monza sea un placer: con un simple movimiento de la muñeca podemos encontrar la marcha más adecuada para cada situación, lo que nos permite rodar con tanta eficacia como seguridad ya que las marchas entran con precisión y rapidez. La sensación de control se ve acentuada, desde luego, por la eficacia de los frenos, que en este caso son unos Tektro hidráulicos. Su respuesta es espectacular, tanto en asfalto como incluso por caminos de tierra, no muestran síntomas de agotamiento pese a “castigarlos” durante bastante kilómetros y, desde luego, transmiten una seguridad absoluta.
Y es que, y ya para terminar con el tema de la seguridad, el conjunto se completa con los neumáticos. La Legend Monza equipa unos Schwalbe BigBen de 20 pulgadas y 2.15 pulgadas de grosor, protección antipinchazos y banda reflectante, que terminan de equilibrar un conjunto impecable. Con esos “zapatos”, la bicicleta no solo rueda con mucha seguridad, sino que ejercen un efecto amortiguador que convierte en innecesaria una suspensión delantera: incluso circulando fuera del asfalto, o por adoquines, la bicicleta se maneja perfectamente, nuestra espalda o muñecas no son demasiado castigadas y, en resumen, la sensación es óptima. Tampoco, y pese a los muchos kilómetros realizados, hemos tenido ningún pinchazo, por lo que todas las precauciones adoptadas por la marca en lo referente a este tema parecen haber logrado su propósito.
Ya para finalizar, algunas reflexiones sobre la autonomía y el motor. La primera nos ha parecido correcta: pese a usar el modelo con menos amperios, en este caso la batería de 8Ah, hemos podido rodar entre 40 y 60 kilómetros por ciclo de carga, pese a requerir en muchas ocasiones de la máxima asistencia (¡solemos ir con prisa a todas partes!), y que mi peso está en torno a los 90 kilogramos. Según la marca, y cuidando la batería (haciéndole cargas cuando no se usa, por ejemplo), la vida útil está en torno a los 700 ciclos, lo que nos permite hablar de, incluso con una carga y media semanal, entre cinco y ocho años de uso. Respecto al motor, está ubicado en el buje de la rueda trasera, ofrece 250W a 36V y no tiene escobillas. Su funcionamiento es divertido, contundente y, relativamente silencioso, y nos permite circular, si así lo deseamos, con mucha viveza y aceleración.
La Legend Monza nos parece una e-bike perfecta para quienes necesiten moverse cómodos y veloces por la ciudad
¿Conclusión? La Legend Monza nos parece una bicicleta perfecta para aquellos que quieran moverse cómodos y veloces por la ciudad, disfrutando de una máquina muy dinámica y que, en determinadas circunstancias, necesiten de una bicicleta plegable que quepa en el maletero de un coche. Algunos detalles, como el contar con un conector USB en el cuadro para cargar el teléfono o las posibilidades que ofrece el Ebikemotion denotan el esfuerzo de la marca por ofrecer una herramienta adaptada al perfil del clásico ciclista urbano, una estética impecable y el rendimiento de todo el conjunto (cuadro, componentes, geometría, accesorios) es sobresaliente. Con todos estos argumentos, y un precio que, en el caso de nuestra versión está en 1.299€, la Legend Monza nos parece una e-bike absolutamente recomendable, y no podemos más que desear que haya muchas más en las ciudades de todo el mundo. ¡A por ello!