Prueba de la Orbea Kemen Tour 20 Mid: prácticamente perfecta

2024 fue un año de muchas novedades para la gama urbana eléctrica de Orbea. En primer lugar llegó la Orbea Diem, una e-bike de estética impactante, elementos técnicos muy interesantes y una filosofía resumida en una frase, 'The New A to B', que ofrecía un nuevo paradigma para desterrar el coche de los desplazamientos urbanos y sustituirlo por una bici eléctrica de ultima generación. Por supuesto, la Diem pasó por las páginas de Ciclosfera, y tienes un videotest en profundidad en nuestro canal de YouTube.

Ahora le toca el turno a esta Orbea Kemen, en concreto a la versión Tour 20 Mid. Por partes: el Tour hace referencia a que hay dos versiones: la Tour, más orientada al cicloturismo o vías más sencillas, y la Adventure, más montañera. El 20 indica que es el modelo intermedio de la gama, entre la 10 (que cuesta 4.599€) y la 30 (3.499€). Y, por último, el Mid muestra algo evidente: que la barra del cuadro está a una altura intermedia, lo que facilita el subir y bajar, mientras que la versión Top cuenta con una barra superior más elevada para una mayor rigidez del cuadro.

La Orbea Kemen es una e-bike para todos los días, tanto si vas por ciudad como para excursiones campestres, y con versión de barra alta o barra media.

Espectacular. Y espectacularmente acabada

Al igual que la Diem, la Orbea Kemen es una e-bike con un diseño espectacular y muy llamativa. Es verdad que no tiene un cuadro tan original como en el caso de la Diem, que proponía una zona inferior “flotante” que amortiguaba los impactos traseros, pero sí propone una línea muy moderna, que se ve realzada con el bonito color verde de la unidad de prueba. Analizada por partes, vemos como la bicicleta mezcla una línea más urbana en sus partes central y trasera con una zona delantera más campera gracias a la horquilla.

Desde fuera, también hay que destacar que sus componentes eléctricos están muy disimulados: el controlador del sistema de asistencia apenas se ve, porque es negro y muy pequeño, se prescinde de un display en un lado o en el centro del manillar (aunque sí se le puede enganchar un teléfono móvil, y manejar toda la asistencia a través de una app) y tanto la batería, escondida en el cuadro, como el motor, un Shimano muy pequeño, están perfectamente integrados.

Lo que sí llama bastante la atención en el plano estético son los acabados y varios elementos. La terminación de la bicicleta es impecable: la mayor parte del cableado es interno (con la excepción del freno delantero, que recorre todo el frente de la bici, y los cables del freno trasero y el cambio, que se esconden en la base del manillar). La pintura es muy bonita, y hay unos cuantos dibujos o el nombre de la bicicleta impresos en el cuadro que la hacen muy especial. Y, desde luego, el tacto del cuadro de aluminio es excelente: Orbea lo explica como un "cuadro hidroformado con soldaduras altamente pulidas”, lo que además de darle una terminación estupenda (sólo se ven las soldaduras en las vainas), contribuye a una mayor rigidez del conjunto.

Los acabados del cuadro de la Kemen son llamativos: Orbea lo atribuye a las "soldaduras altamente pulidez". Además de muy estéticas, parecen contribuir a una mayor rigidez.

Pero no es sólo eso: la Kemen, por ejemplo, es muy llamativa de noche, lo que no sólo la hace muy atractiva sino también más segura. El guardabarros trasero integra una luz muy elegante, pero lo mejor está en la parte delantera, donde se combinan dos conjuntos de luces integradas. Destaca, en particular, la luz inferior, que envuelve toda la parte delantera de la bici, haciéndola además de original muy visible desde los laterales.

Cómoda e intuitiva

Sí, la Kemen es muy atractiva (tanto que, personalmente, apenas me he atrevido a aparcarla en la calle, porque me parece que llama demasiado la atención), pero quizá lo mejor es cuando ruedas sobre ella. La primera impresión ya es muy buena: la geometría es más relajada y confortable de lo que parece a simple vista, y hace que montarla sea una experiencia muy cómoda en cualquier circunstancia. El tacto del manillar es muy bueno, con reposamanos Ergon integrados, y una posición tan erguida que nos da mucha visibilidad en la ciudad, pero también una gran sensación de control cuando salimos al campo.

En cuanto a la ergonomía, todo queda muy a mano y es muy cómodo de manejar. Los frenos, el cambio o el timbre están en la posición perfecta y responden con naturalidad. El control de la asistencia es muy minimalista, y eso nos gusta: apenas podemos encender y apagar el sistema, subir y bajar la asistencia y apagar la luz trasera en el caso de que llevemos un remolque infantil y no queramos deslumbrar a nuestros hijos. En el control, apenas hay dos luces: la superior, que indica el nivel de la batería (se pone en rojo cuando es menor al 20%), y la inferior, que nos indica el nivel de asistencia (el amarillo vendría a ser el modo turbo con la máxima asistencia, mientras que el verde es un nivel intermedio o ‘Trail’ y el azul es un ‘Eco’ que aporta la mínima asistencia). En esa zona nos llama también la atención, aunque es verdad que está un poco escondida, una toma USB-C, que me lleva a cinco cosas que me encantan de esta Orbea Kemen 20 Tour.

Cinco cosas que nos gustan de la Orbea Kemen Mid Tour

El confort de marcha es espectacular. La combinación de una excelente geometría, la horquilla SR Suntour de 80mm de recorrido o las ruedas anchas hacen que cada kilómetro sea un placer.

La Kemen es también muy cómoda gracias a su sillín y, sobre todo, a la tija de suspensión. Es sorprendente cómo, campo a través, uno se enfrenta a un bache pensando que va a sentir una sacudida, y como por arte de magia lo sobrepasamos e, incluso, lo disfrutamos.

La asistencia del motor Shimano cuadra muy bien con la filosofía general de la bici. Si queremos hacer una conducción más agresiva, especialmente cuando rodamos fuera del asfalto, disponemos de los 85Nm del motor Shimano EP6. Pero, al mismo tiempo, si queremos ejercitar más las piernas, podemos incluso apagarlo y rodar con cierta naturalidad, poco arrastre y un peso muy manejable.

En esta misma línea, también la autonomía nos ha parecido más que buena, y hemos tenido que rodar más de 50 kilómetros para que el controlador nos avisase de que nos estábamos quedando sin asistencia. Hablamos de una batería Shimano de 630Wh: el punto favorable es que, si necesitamos más, podemos incorporar una batería adicional con 252Wh adicionales. En contra, que la batería está tan integrada en la bici y no podemos extraerla para cargarla, y sólo podemos hacerlo con la toma integrada en el cuadro.

Para terminar, creo que Orbea ha conseguido con esta Kemen una bici, realmente, muy polivalente. Es una bestia para el día a día o el cicloturismo: es rápida, es cómoda, es divertida y, gracias a su portabultos trasero o a distintos enganches repartidos por el cuadro, tiene una muy buena capacidad de transporte. Pero es que, además, transmite una gran seguridad sobre tierra, gracias a una extraordinaria amortiguación, la perfecta respuesta de sus frenos Magura o la confianza que transmiten sus ruedas y todo el conjunto.