Prueba de la Liv Amiti E+ 2: para las ciclistas sin límites

Sabido es: hay una marca que, desde su nacimiento, se dedica a hacer bicicletas exclusivamente enfocadas al público femenino. Se llama Liv, y tiene un amplio catálogo en el que destacan sus modelos deportivos y, cada vez más, las propuestas urbanas o polivalentes. Buen ejemplo es esta Amiti E+ 2, una eléctrica cuya estética elegante no debe llevarnos a engaños: es tan capaz de transportarte con rapidez y comodidad por la ciudad como de acompañarte en toda una aventura off-road. Así que no perdemos más tiempo y nos subimos a rodar, con mucha intensidad y a diario durante más de tres semanas, sobre una de las joyas de la familia Liv.

Para nosotras

Esa es la primera pregunta que muchas personas se hacen al hablar de Liv y, en concreto, de bicicletas concebidas para mujeres. ¿Por qué una bicicleta diseñada para mujeres? ¿Tantas diferencias hay a la hora de pedalear? Liv lo explica a través de su filosofía 3F, que traducido al español sería "ajuste, forma y función" ('Fit, Form, Function'), e implica desarrollar sus modelos analizando tres tipos de datos: dimensiones del cuerpo, actividad muscular y patrones de fuerza. El resultado se aprecia en detalles como la ligereza, el empleo de sillines reductores de presión específicos para mujer o los manillares con una longitud optimizada, procurando así una postura más natural.

En el caso de esta Amiti E+2, nos encontramos frente a una bicicleta imponente, a medio camino entre el confort, la deportividad y la polivalencia. El diseño del cuadro y esa barra superior curvada hacia abajo facilita el subir y bajar sin tener que hacer demasiadas acrobacias. El conjunto transmite contundencia y solidez pero, al mismo tiempo, también elegancia. Y, en general, todo da impresión de mucha calidad: cada uno de los componentes, la pintura del cuadro, el sillín... Una máquina con la que, nada más verla, ya nos dan ganas de pedalear, y en la que pronto sentiremos que vamos a hacer muchos, muchos kilómetros.

Con asistencia

Sabido es: la Amiti E+ 2 es una bicicleta eléctrica con asistencia al pedaleo. Para eso cuenta con un motor SyncDrive Sport, que se caracteriza, entre otras cosas, por su suavidad. Tiene una potencia de 250W y 70Nm de par, siendo capaz de darnos hasta el 350% de la potencia que apliquemos a nuestras pedaladas. Traducido a un uso cotidiano, y como hemos podido comprobar a lo largo de todas estas semanas (y más de 300 kilómetros recorridos), hablamos de una e-bike con cierto carácter y con la que podemos rodar muy rápido, pero sin sentir los "empujones" que sí he percibido en otras bicicletas, a mi gusto, menos logradas.

El uso de la tecnología 'Smart Assist' hace que la asistencia al pedaleo sea particularmente agradable y natural.

Uno de sus puntos fuertes y distintivos es el uso de la llamada "tecnología Smart Assist", que según la marca "evalúa de manera instantánea distintas variables para optimizar y suavizar la asistencia eléctrica y ofrecer un funcionamiento similar al de la transmisión automática de un automóvil". En efecto, esta Liv cuenta con cinco niveles de asistencia al pedaleo (los ya consabidos 'Power', 'Sport', 'Active', 'Tour' y 'Eco'), pero también podemos elegir el modo 'Auto' que adaptará la asistencia para obtener la máxima eficiencia energética, según Liv, "tanto para la ciclista como para el sistema de batería".

En mi caso, he combinado trayectos por asfalto con distintos tramos de tierra, ya que para ir a trabajar combino ambas superficies en unos viajes de aproximadamente diez kilómetros. El resultado es que la bici, por decirlo de algún modo... ¡Vuela! Pero lo hace, en efecto, de un modo natural, animándonos a pedalear con fuerza y con la certeza de que, además, el motor nos dará un empujoncito cuando lo necesitamos. ¿Conclusión? Cada desplazamiento es un placer, ningún desplazamiento se te hace pesado y, esto es muy importante, la Liv te incita a moverte pedaleando a todas partes. Es una bicicleta que se maneja muy fácilmente, responde de manera inmediata y noble y que transmite una total seguridad.

Buena culpa de esa seguridad y comodidad vienen marcadas por distintos componentes, como la horquilla delantera SR Suntour con 75 milímetros de recorrido, que le otorga buena parte de esa personalidad "campera" que también tiene la Liv. Ese recorrido se nota, al amortiguar casi todas las imperfecciones del terreno y facilitarnos las excursiones por el campo que, al menos en mi caso, han sido cotidianas. Las ruedas 700x45c llevan cubiertas Giant Crosscut Gravel 2, y al ser Tubeless Ready podemos rodar con algo menos de presión sin miedo al pinchazo por los caminos de tierra.

Queda hablar del cambio y los frenos. El primero es un Shimano Alivio M3100 de nueve velocidades, cuyo rendimiento ha sido óptimo a lo largo de toda la prueba. Ubicado debajo del timbre, las marchas suben y bajan con total normalidad y agilidad, permitiéndonos una conducción muy ágil y divertida. Los frenos son también Shimano, unos BR-MT200 de disco hidráulico con 180 milímetros y un funcionamiento perfecto. En el aspecto de la seguridad, todo son halagos hacia la Liv: es estable, frena a la perfección, transmite aplomo en cada pedalada y todo transmite una inmensa sensación de calidad.

¿Algún pero? Quizá uno difícilmente evitable, e intrínseco a (casi) cualquier bicicleta eléctrica urbana: el peso. Desconozco qué valor concreto da esta Amiti E+ 2 en la báscula, pero dudo mucho de que baje de los 25 kilos. He de reconocer que cada desplazamiento era un placer, pero el verme obligada a subir con ella dos pisos a pie cada vez que llegaba al trabajo resultaba agotador. Eso sí: hay también que tener en cuenta que la bicicleta no era mía, sino de Liv, con lo que no quería dejarla ni un momento en la calle por miedo a que la robasen o sufriese algún desperfecto. Por supuesto, si fuese mía (ojalá), buscaría alternativas: o bien encontrar algún aparcamiento cercano o asegurarla. Lo que no aconsejo es tener que cargar con ella. Insisto: como pasa con casi cualquier eléctrica, todo lo placentero que es pedalear sobre ella se convierte en fatigoso e incluso duro en caso de tener que cargarla.

Último apunte: si Liv incluye esta e-bike entre sus modelos de "aventura y ciudad" es por algo: además de poderosa, la Amiti E+ 2 es, como he dicho anteriormente, suave, cómoda y muy agradable. Pero también está muy equipada, y muy orientada a un uso cotidiano en la ciudad. Para muestra, varios ejemplos: su barra baja permite subir y bajar con mucha facilidad en el tráfico y desplazamientos diarios. Y, por supuesto, incorpora detalles como unas potentes luces Axa BlueLine de 30 Lux (lúmenes por metro cuadrado) delante y Axa BlueLine Steady E6 detrás, guardabarros delantero y trasero o un estupendo portaequiajes trasero que multiplica su usabilidad. ¿Conclusión? Claramente, un sobresaliente, que hace que su precio (3.049€) nos parezca justificado. Lástima tener que devolverla... ¿Se la puedo pedir a Papá Noel esta Navidad?