No, no es el mundo al revés. Está lejos de ser una obra caritativa. El ciclismo urbano no sólo es beneficicioso para la salud o el medio ambiente, también lo es para las empresas. En un informe reciente de la organización People For Bikes se analizaban las posibles causas por las que los líderes empresariales de EE UU empiezan a apostar fuerte por la infraestructura ciclista en las ciudades. Ciudades en las que, progresivamente, el ciclismo está experimentado un gran crecimiento, y no hablamos de unas pocas, sino de la mayoría: en 85 de las 100 mayores áreas metropolitanas de EE UU, el auge del ciclismo urbano es un hecho.
“Es mejor para la economía, para la planificación, para la infraestructura…”
Al parecer, una ciudad saludable es mucho más atractiva y rentable para los negocios. Pero ¿por qué? En primer lugar, las rutas ciclistas protegidas aumentan la visibilidad y las ventas de los pequeños negocios. Cuando se pedalea, uno puede observar y fijar su atención en pequeños comercios en los que no repararía si fuera en coche, así como aparcar sin ningún problema, uno de las principales problemas con los que cuentan las grandes urbes, donde los pequeños establecimientos no cuentan con parking.
Rentable y beneficioso para todos
Las rutas para ciclistas convierten al barrio o vecindario en un lugar deseable para vivir y para trabajar: la bicicleta es sinónimo de seguridad y bienestar. Al ampliar la red de carriles bici, se abre la posibilidad de poder ir a trabajar sin usar el coche, de disfrutar tranquilamente del entorno, etc. Y qué decir del centro de las grandes ciudades, lugar preferido por muchas empresas y en el que el aparcamiento es casi imposible para sus empleados. Si se favoreciera una infraestructura ciclista, muchos de los empleados se trasladarían al centro, con la posibilidad de ir a trabajar andando o en bici, todo un lujo hoy en día.
Por último, parece que la salud y el bienestar de los** empleados es esencial para que los trabajadores no sólo estén más sanos, sino también para que sean más **productivos y creativos. Frente al gimnasio -opción que, por ejemplo, ofrecen muchas empresas a sus empleados- se impone ahora la bicicleta. Sus beneficios son mayores: no sólo se trata de realizar ejercicio o liberar el estrés, sino que además le otorgan al trabajador una mayor sensación de autonomía y libertad.
“Las ciudades que invierten en infraestructura ciclista van a ganar”, afirmó Jeff Judge, un empresario de marketing digital de Chicago para The Guardian. “Es mejor para la economía, para la planificación, para la infraestructura… es mejor para todo”.