Pedalite 360º es un producto que extrae energía de la rotación del perno del pedal, almacenándola e iluminando siempre que se pedalea (e incluso cinco minutos una vez se ha parado). Con una duración de más de 100.000 horas, y sin contar con ningún tipo de batería, los pedales funcionan como un sistema de seguridad pasiva, es decir, se encienden cada vez que se pedalea, lo que permite al usuario relajarse y concentrarse en la conducción al no tener que prestarle atención alguna.
Para ser visto y “respetado”
De esta forma, los pedales Pedalite 360º se hacen ideales para intersecciones o semáforos (un 75% de los accidentes ocurren en intersecciones o lugares próximos a ellas, según un estudio de la RoSPA (Royal Society for the Prevention of Accidents). Aunque no sustituyen al sistema de luces trasero y delantero, son muy eficaces como sistema de emergencia, pues crean un campo de iluminación –un carril visual- que permite a los automóviles detectar a los ciclistas a gran distancia (según la misma encuesta, un gran número tiene miedo de no ser visto, y la queja más acusada es que los coches pasan muy cerca de ellos, desequilibrándoles a menudo).