Pamplona quiere convertirse en una referencia en materia de movilidad ciclista. El Plan de Ciclabilidad 2017-2022 del Ayuntamiento de la ciudad afronta en los próximos meses su segunda fase con el objetivo de crear una red ciclista conexa, completa, continua y directa, formada por 127,4 kilómetros de carril bici y la red de ciclocalles derivadas del Plan Ciudad 30. De los 127,4 kilómetros de carril bici, 36 kilómetros pertenecen a la red existente (hay otros 36 kilómetros más, pero son acera – bici), aunque esta se analizará y reformará para integrarla en la nueva red, según informa el Diario de Navarra.
La inversión inicial asciende a 8,7 millones de euros. Si todo va según lo previsto, el 86% de la población tendría a menos de 100 metros de su domicilio un carril bici, dato que está por encima de las expectativas incluso de Vitoria-Gazteiz, una de las ciudades más ciclistas de España, que sitúa esa distancia en los 250 metros.
La inversión inicial asciende a 8,7 millones de euros
El concejal delegado de Ecología Urbana y Movilidad, Joxe Abaurrea, y la responsable del servicio de Movilidad, Alexia Canto, han presentado este martes en rueda de prensa los contenidos que propone esta segunda fase del plan, propuesta que será expuesta y debatida el próximo jueves en la Junta de Movilidad. El plan considera la bicicleta como un modo de transporte más y, como tal, debe poder circular por toda la ciudad y ser utilizado por todo tipo de personas usuarias. Por ello, y como filosofía, la propuesta mantiene que la bicicleta debe gozar de especial protección debido a sus características de sostenibilidad ambiental, económica y social.
“Hemos llegado a un punto insoportable en cuanto a la presencia de ciclistas en las aceras”
“En líneas generales es positivo” señala Eneko Astigarraga, de la tienda Mundoraintxe y uno de los mayores conocedores de la movilidad ciclista en la capital navarra. “Hemos llegado a un punto insoportable en cuanto a la presencia de ciclistas en las aceras. La gente ha asumido que es el espacio de refugio mientras nadie diga otra cosa. Y nadie dice otra cosa, porque en legislaturas anteriores se fomentó la presencia de bicicletas en la acera. Si el precio de que esa gente abandone las aceras es hacer unos carriles bici, que así sea. Pero creo esencial que se siga apostando por la convivencia de ciclistas y conductores en las calles secundarias, que al fin y al cabo son el 80% de la ciudad”.
Astigarraga lanza otra reflexión. “Me parece triste que los logros en movilidad ciclista se midan en kilómetros de de carril bici. Hay muchos más factores que contribuyen a que la movilidad sea más amable, sostenible y ecológica de cara a conseguir ciudades más enfocadas a las personas que a los vehículos. Y me da igual qué vehículo sea si condiciona el espacio público. El titular se lo lleva el carril bici, pero debería hacer referencia a las personas”.