El sistema público de alquiler de bicicletas de Barcelona, el veterano Bicing, quiere lavarse la cara e ir un paso más allá. La segunda generación de bicicletas contará a partir de 2017 con estaciones en las que convivirán bicicletas eléctricas y normales, un modelo inédito entre las ciudades con bicicleta pública. Además, crecerá en número de bicicletas para llegar a más barrios de la ciudad, según ha informado El País.
El Área de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona y la empresa pública BSM ultiman el que será uno de los grandes contratos del mandato de la alcaldesa Ada Colau, que además premiará la producción local de la nueva flota. Aún están por decidir toda una serie de cuestiones, como si el servicio se integrará en la T-Movilidad -compartiendo tarjeta o incluso con una integración tarifaria- o si las bicicletas llevarán publicidad.
El concurso del Bicing es complejo, ya que requiere poner en marcha y gestionar el servicio. Además, tiene que estar adjudicado en marzo de 2016 para que el nuevo sistema esté funcionando un año después. El adjudicatario tendrá un año para fabricar 7.000 bicis, mil más que las actuales, y sustituir las 400 estaciones, que serán más. Habrá Bicing, por ejemplo, en la Zona Universitaria, donde ahora no hay, o en barrios de orografía complicada o alejados del centro (Sarrià-Sant Gervasi, Nou Barris o el Guinardó), ya que las bicicletas eléctricas permitirán salvar desniveles y llegar antes.
Objetivo: más ciclistas en las calles
Aunque aún no está decidido qué porcentaje de la nueva flota de Bicing será eléctrico, lo que sí ha trascendido es que el uso de éstas será ligeramente más caro que el de las normales. Actualmente existe un reducido número de bicicletas eléctricas -concretamente, 125-, que se pusieron en circulación el pasado mes de diciembre a modo de prueba.
Bicing cuenta hoy en día con 95.000 usuarios. El abono anual cuesta 47 euros, 14 más para los que están probando la modalidad eléctrica. La intención de ampliarlo forma parte del Plan de Movilidad Urbana 2013-2018, que prevé duplicar el número de ciudadanos que utilizan diariamente la bicicleta (un 1,8% del total de desplazamientos) con medidas como ampliar la red de carriles bicis priorizando grandes ejes, aumentar los aparcamientos, reducir la siniestralidad, pacificar el tráfico en la ciudad con el proyecto de las supermanzanas… y “trabajar para mejorar la eficiencia del sistema de bicicleta pública”.