A priori, cualquier ciclista urbano se mostraría favorable a cualquier inversión que tuviera como objetivo último fomentar una mayor presencia de bicicletas en las calles. Pero, ¿y si el plan pasara por demoler viviendas que chocan frontalmente con el proyecto?
Esa es la situación con la que se han encontrado los habitantes de Christchurch, una ciudad de 400.000 habitantes situada 300 kilómetros al sur de Wellington, la capital de Nueva Zelanda. Las autoridades están estudiando la viabilidad de construir una nueva vía ciclista que conectaría el suburbio de Halswell, al sudeste de la ciudad, con el centro de Christchurch. Un proyecto para el que habría que demoler dos viviendas.
La nueva ruta sería “más directa, más segura para los ciclistas y también más barata”
En declaraciones al medio local stuff.nz , el responsable de transporte de la ciudad, Steffan Thomas, ha asegurado que la nueva ruta sería “más directa, más segura para los ciclistas y también más barata”, incluso con la necesidad de comprar las dos propiedades que haría falta derribar.
Por su parte, los vecinos han arrojado dudas sobre el proyecto. “Estamos totalmente a favor de que haya más ciclistas en las calles, pero es complicado hacer las cosas de una manera correcta y que todas las partes queden satisfechas”, ha advertido Julie Tobbell, de la asociación de vecinos del barrio afectado.