Nørreport Station es la estación de tren más concurrida de Copenhague. Un lugar por el que desfilan a diario unas 350.000 personas. Construida en 1916, era un apacible plaza que conectaba el centro medieval con el barrio de Nørrebro hasta que sucumbió a la plaga del automóvil y, durante décadas, se erigió como uno de los espacios más degradados de la ciudad.
"Encontramos un lugar caótico", explican los arquitectos, "una isla en medio del tráfico y de muy difícil acceso para los peatones".
Fue en 2009 cuando el Ayuntamiento tomó cartas en el asunto, y encargó una profunda reforma a dos estudios de arquitectura, Cobe y Gottlieb Paludan Architects. "Encontramos un lugar caótico", recuerda el fundador de Cobe, Dan Stubbergaard, "una isla en medio del tráfico y de muy difícil acceso para los peatones". "Nørreport Station era insegura y ruidosa", confirman desde Gottlieb Paludan, "pero todos teníamos una visión: crear un espacio donde las personas caminaran y se sentaran, descansaran y pudieran ver pasar la vida".
Pregúntale a la nieve
En una ciudad castigada por el frío, fue éste el que dio pistas de cómo organizar los espacios. "El paso constante de personas y bicis por la nieve", dice Stubbergaard, "creaba caminos orgánicos que nos indicaban, con claridad, dónde hacían falta las entradas a la estación, los espacios cubiertos y los aparcabicis. Así, pudimos proporcionar un acceso óptimo a esos lugares clave sin interrumpir el flujo natural de la circulación".
Como explican desde Cobe, el 60% de los desplazamientos diarios en Copenhague al trabajo y los estudios se hacen pedaleando, lo que exigía un aparcabicis de gran capacidad: con la reforma, completada en 2015 y que afectó a 10.500 metros cuadrados, hay ahora sitio para unas 2.500 bicicletas. "Esos aparcabicis están un poco excavados y algo más bajos que el resto de la superficie", cuentan desde Gottlieb Paludan Architects, "lo que garantiza una mejor jerarquía del espacio y vistas sin obstáculos del conjunto". Eso sí, como añaden desde el estudio, "queríamos reflejar el lado más vibrante y dinámico de la ciudad, por lo que lejos de esconder las bicis aparcadas decidimos exponerlas como un aspecto importante de nuestra identidad cotidiana".
Hay más: las pocas edificaciones de la explanada están construidas principalmente en vidrio y con formas redondeadas, lo que acentúa la claridad y genera mayor sensación de seguridad. Los materiales son sencillos (hormigón blanco, granito, vidrio y acero inoxidable), garantía de un fácil mantenimiento. Cuando cae la noche la iluminación, obra de la empresa alemana Bartenbach, se convierte en protagonista, ayudando a orientarse a la gente y transformando las torres de ventilación de los andenes subterráneos en hitos lumínicos que dan personalidad a la zona. El resultado de todos estos esfuerzos ha merecido todo tipo de galardones: la Nørreport Station ganó en 2016 el Premio Danés de Iluminación, el Premio WAN de Transporte, el Premio Europeo del Espacio Público Urbano y el Premio al Mejor Entorno Urbano de Copenhague. En 2017 recibió el Premio Internacional de Paisaje Landezine. En 2018, el Civic Trust. Y, cada día, la satisfacción y agradecimiento de cada uno de sus visitantes.