Sin embargo, y salvo honrosas excepciones, todos sabemos lo que terminaba pasando con ellas: en
el mejor de los casos terminaban convertidas en extraños percheros, acumulando polvo en algún destartalado trastero o, mucho peor, en un contenedor de basura.
Son bonitas. Tienen manillar, sillín, pedales… ¿Por qué tenerlas encerradas en casa?
Sin embargo… Son bonitas. Tienen elementos utilizables. Y, sobre todo… ¡Se morían por salir a la calle y ver lo que era el viento y el sol! Por eso una marca brasileña de cacao, Nescau (algo parecido al Cola Cao o Nesquik español) ha lanzado una campaña para recuperar esos viejos aparatos y, con la ayuda de artesanos, convertirlos en bicicletas de paseo.
El resultado es maravilloso, y ellos han sabido plasmarlo en un vídeo de una enorme belleza. El encanto de un aparato de otra época se convierte, gracias a la habilidad del hombre, en una máquina totalmente utilizable, capaz de llenar de belleza y buena actitud la ciudad.
Y además… ¿Qué pensarán ellas? ¿No serán esas bicicletas mucho más felices recorriendo calles y parques en lugar de sosteniendo camisetas usadas o medias?