¿Cuándo, cómo y por qué usas la bici?
Sobre todo, como un entrenamiento. Va genial: con ella haces mucho cardio y mantienes las piernas tonificadas. Además, donde vivo hay muchísima afición al ciclismo, por lo que me ha enganchado desde siempre.
Tienes un acuerdo con Cannondale. ¿Qué bicis usas?
En carretera uso una Evo, y en la montaña una F-SI. Ambas, tope de la gama.
Has participado como ciclista en la Andalucía Bike Race. ¿Es más duras que una carrera de motos?
Creo que sí. Son seis días muy duros, más que cualquier carrera de motos, pero es un reto que me gusta porque se respira compañerismo y afán de superación.
La bicicleta te exige resistencia, mientras que la moto requiere más técnica
¿Cuáles son las principales diferencias a la hora de afrontar ambos deportes?
Los dos necesitan mucha preparación, pero muy distintas. La bicicleta te exige resistencia, mientras que la moto requiere más técnica. Pero en ambas tienes que ser muy competitivo y dedicarte al 100%.
¿Te mueves en bici por ciudad?
Sí. Es muy necesario que se tomen medidas para que la gente pueda ir más en bici. He estado en otras ciudades europeas en las que hay más presencia de bicicletas en las calles, y es envidiable.
¿Cómo ves la convivencia entre la bici y otros vehículos, incluidas las motos?
Tiene que mejorar, como ocurre con la convivencia entre motos y coches, que a menudo es una locura. En la ciudad todos tenemos que tener nuestras obligaciones y el respeto es fundamental. Cabemos todos.
Te subiste a la moto a los tres años. ¿Lo recuerdas?
No. Tengo recuerdos a partir de los seis años. Así que fue como si ya hubiera nacido yendo en moto.
¿La fama puede llegar a ser una losa?
No. En ningún momento lo he sentido así, sino como un elogio. Me siento afortunado por tener tanta afición detrás de que me reconozcan por mi trabajo y mi esfuerzo.